viernes, 15 de junio de 2012

POR FAVOR, ENTÉRESE

 






POR FAVOR, ENTÉRESE.


Madrid.- El gobierno de Mariano Rajoy (PP) afronta una semana decisiva en la que los mercados tienen la última palabra. La desconfianza sobre la solvencia de España para afrontar su nivel de gasto, combinado con una financiación cada día más cara (este jueves la prima de riesga alcanzó los 550 puntos básicos, lo que equivale a un interés a 10 años del 7 por ciento), se complementa con la falta de toma de medidas para frenar el origen de todos los males: el gasto presupuestario

 Una cosa es el precio al que hay que pagar el déficit y otra, precisamente, un presupuesto que está por encima de las posibilidades del país.

Jens Weidman, presidente del Bundesbank alemán, que es precisamente quien más soporta la financiación de los distintos mercados de los diferentes países en quiebra o semiquiebra de la zona euro, en una entrevista a 'El País' este viernes, asegura que "una solución integral requiere más reformas", entre las que cita el control presupuestario en las comunidades autónomas y la laboral.

 El caballo desbocado del gasto de las estructuras de la Administración pende del hilo de la voluntad de unas comunidades autónomas que, en parte, no sienten la responsabilidad del Estado -en ocasiones ni siquiera de la solidaridad nacional- y despilfarran sin control.

Si Mariano Rajoy asume este riesgo y decide utilizar las bridas y controlar, cuando no amputar, 17 sistemas de salud, de televisión, de promoción exterior, en ocasiones, duplicados, pero también enfrentados, podrá dar señales de voluntad de resolución de la raíz del problema. Como Hércules, el presidente debe enfrentarse a la Hydra de 17 cabezas autonómicas que es España.

Y todo a 15 días de que cumpla el plazo para que las comunidades autónomas tengan que devolver, en conjunto, 9.000 millones de euros. La situación es muy delicada para algunos gobiernos autonómicos, que habían contado con que el Estado central saldría en junio en su auxilio con los hispabonos para hacer frente a al vencimiento de esa cantidad. Un ejemplo es Cataluña, al que el mercado podría exigir más del 11% por comprar su deuda a dos años.

17 SERVICIOS DE SALUD DISTINTOS
Por un lado, España dispone de 17 servicios de Salud distintos, con cada uno de ellos compitiendo por tener infraestructuras en muchas ocasiones innecesarias, difíciles y extremadamente caras de mantener y rivalizando con la propia sanidad privada, cuando no con la comunidad de al lado, o entre ciudades o municipios vecinos.

La financiación del sistema sanitario depende, básicamente, de la voluntad de los gestores autonómicos, salvo partidas mínimas como el céntimo sanitario o los programas del Ministerio. El actual sistema, lejos de contribuir a tener una mejor Sanidad, provoca la fragmentación de la experiencia necesaria en todos los procesos médicos. Esto ha sido puesto de manifiesto por numerosas voces autorizadas del mundo sanitario, que han visto como esta carrera por gastar esconde los intereses de poderosos grupos, instalaciones e infraestructuras médicas y farmacéuticas.


Esta situación ha provocado que la deuda sanitaria haya llegado ya a 16.000 millones, creciendo desde 2004, cuando se supone que estaba a cero. A 31 de diciembre de 2011, se deben 6.300 millones de euros a laboratorios y 5.200 a las empresas de tecnología sanitaria, que fabrican desde tiritas a marcapasos. A ello hay que sumar otros proveedores (sanidad privada concertada), más de 2.000 millones, y las farmacias (otro tanto).

EL DESPILFARRO DE LAS EMBAJADAS AUTONÓMICAS
Pero a la deuda económica contribuyen gastos a todas luces prescindibles, como es el caso de las embajadas. En total, las autonomías disponen de más de 200 oficinas, que se dedican a la promoción comercial, turística o cultural, y cuyo coste asciende a unos 150 millones de euros al año. La primera autonomía que montó una red de embajadas fue Cataluña, que cuenta con medio centenar, pero luego le han seguido todas las demás.

El caso de Cataluña es especialmente ilustrativo para hacerse una idea de lo que se llega a despilfarrar en esta materia. Y es que la Generalitat, mientras hace duros ajustes en, por ejemplo, Sanidad o Educación, gastó en 2011 32,8 millones de euros en su red diplomática. Para 2012, el presupuesto es de 26,9 millones. Actualmente, Cataluña cuenta con embajadas en París, Londres, Rabat, Nueva York o Buenos Aires, entre las ciudades más importantes, a las que hay que añadir un gran número de oficinas en otras ciudades del mundo.

TELEVISIONES QUE PAGAMOS TODOS
En las televisiones autonómicas también se va buena parte del dinero de las comunidades autónomas, lo que ha hecho que muchas de ellas tengan ya planes de privatización. El presupuesto para 2012, según las televisiones autonómicas de cada autonomía, refleja los siguientes números: Cataluña (TV3), 300 millones de euros; Andalucía (RTVA), 232 millones de euros; Comunidad Valenciana (RTVV), 183 millones de euros; País Vasco (EITB), 177 millones de euros; Madrid (Telemadrid), 132 millones de euros; Galicia (CRTVG), 121 millones de euros; Castilla-La Mancha, 64 millones de euros; Baleares (IB), 57 millones de euros; Aragón, 56 millones de euros; Asturias y Canarias, 39 millones de euros; Murcia, 36 millones de euros; y Extremadura, con 32 millones de euros.

LA CASTA AUTONÓMICA
Después están los despilfarros que cada pueblo, ciudad o comunidad autónoma ha realizado durante esos días de vino y rosas en los que durante algunos años estuvo instalada España. Infraestructuras inútiles, instituciones sin competencias, sueldos estratosféricos, dietas, coches oficiales, millonadas en políticas identitarias
Leyes que chocan entre sí, recursos duplicados, diferentes derechos según en la comunidad autónoma en la que se haya nacido y situaciones absurdas de una piel de toro con más de 8.000 ayuntamientos, un auténtico disparate teniendo en cuenta que en Gran Bretaña se apañan con poco más de 300 entes locales para 60 millones de habitantes. Como ejemplos de esta delirante España de los chiringuitos locales, ambulancias que no se mueven más allá de sus fronteras regionales, tarjetas sanitarias que sólo están permitidas en un territorio, más de cien subprogramas educativos diferentes o bomberos que no pueden apagar el fuego en otra región.

En definitiva, un sistema insostenible unido a un sinfín de derroches que han sido habituales en las 17 comunidades autónomas y que han provocado que a cierre de 2011, la deuda global de las regiones haya alcanzado su máximo histórico, con 140.083 millones de euros (el 13,1% del PIB). (LaVozLibre)

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