domingo, 21 de enero de 2018

AUTOENGAÑO Y REALIDAD PARALELA.



 (En la foto, catalanista mirándose al espejo.)



AUTOENGAÑO Y REALIDAD PARALELA.



Nadie está libre de autoengaño. He recordado lo que dijo Jesús a los fariseos y escribas. ‘Quién esté libre de pecado, que tire la primera piedra’. Así que podemos remedar, diciendo: ‘Quién esté libre de autoengaño que tire la primera piedra’. Nadie puede tirarla. Sin embargo, hay grados.



Unos tienen altos niveles de frecuencia e intensidad. Otros, menos. Puede haber mucha diferencia. Y las consecuencias pueden ser muy importantes.



Una forma intensa de materializar el autoengaño, es la realidad paralela. ¿Cómo funciona? Algunas personas rechazan la realidad que viven, la propia y la del mundo entorno. Es habitual que estas personas interpreten la realidad de manera muy sectaria. Nunca aceptarán, por ejemplo, que este mundo, al que tanto desprecian, haga algunas cosas bien.



Un ejemplo lo tenemos con motivo del atentado de las Torres Gemelas, el 11 de septiembre de 2001. En algún momento posterior, alguien- estas cosas suelen ser anónimas- lanzó la especie de que Ben Laden era, en realidad, un agente de la CIA. A partir de
ahí, la noticia se desparramó por las redes sociales.



 ¿Por qué se dijo esto? Porque estas personas odian a Occidente en general, y a USA, en particular. En consecuencia, un asesinato masivo como el del 11-M, sólo podía proceder de una mente satánica. ¿Quién es la esencia del mal? USA. No lo dude. A menos que esté alienado.



Cuando alguien no se conforma con una idea o un acontecimiento de estas- o parecidas- características- y generaliza el autoengaño, va construyendo una realidad paralela. El autor se cree muy listo porque no se ha dejado engañar por la conspiración judeo-capitalista-imperialista. A diferencia de la mayoría alienada. La realidad paralela que ha creado, desmiente a la realidad real, que es mentira. Porque va en beneficio exclusivo de las multinacionales y el imperio. No hay, ni puede haber, evidencias que le convenzan. Su realidad paralela no tiene fisuras.



En el caso del atentado, sugerir que los pilotos que guiaron los aviones contra las Torres Gemelas eran islamistas que odiaban a USA, no le hace cambiar. Más bien, confirma la maldad de la Casa Blanca. Manipularon a unos islamistas para que atentaran y así poder activar sangrientas represalias. ¿Por qué? Porque al imperio le gusta matar y esclavizar a los que no se someten a sus malvados intereses.



 Ninguna realidad real puede convencerle. Porque su realidad paralela es cerrada. Por eso no pueden dialogar-en sentido estricto- con los de ‘fuera’ de su mundo. Como les sucede a los independentistas catalanes, que viven en un mundo alimentado por la identidad, la xenofobia y el supremacismo.

Es sabido que, de forma unilateral e ilegal, el 27 de octubre de 2017 se declaró la independencia de Cataluña. Aprobada en el Parlamento de Cataluña por 70 votos a favor, 2 en blanco y 10 en contra. Sin contar los 53 diputados que abandonaron el Parlamento antes de la votación.



El 31 de Octubre de 2017, el Tribunal Constitucional, por unanimidad, suspendió tal declaración y avisó de las consecuencias penales de no acatarla. Y no la acataron. Resulta que el ex presidente Puigdemont, montado en una realidad paralela, acusó al gobierno de perpetrar un golpe de Estado contra Cataluña.


El siguiente paso es la locura. Preciso. La locura ya está instalada en las cabecitas separatistas y xenófobas de Puigdemont y unos dos millones de catalanistas. Me refiero a que los médicos dictaminen que están locos. Que es lo que sucede cuando no se es capaz de percibir la realidad real.



¿Y cómo es posible tanta demencia? Recordemos que Calígula (Anzio, de 12 a 41, d. C.), que fue emperador de Roma a los 23 años, decidió nombrar a su caballo Inciatus, Senador y Sacerdote. ¿Cómo fue posible? Si a usted le dicen, los que le rodean, todos los días, que es un dios, o una víctima de la opresión española, se lo terminará creyendo.



Puigdemont no es Calígula, pero está rodeado de personas que piensan- más o menos- como él. Exceptuando a los charnegos y políticos del PP y Ciudadanos, que no son realmente ‘de casa nostra’. El PSC depende. ¿Se acuerdan de Durán y Lleida, que decía una cosa en Madrid y otra en Barcelona? Pues en formato Iceta.



No hagamos caso, dicen los auténticos catalanes de pata negra, de las manifestaciones fascistas y anticatalanas de estos políticos que no son de los ‘nuestros’. Este es el personal que rodea a Puigdemont. Por ejemplo, la expresidenta del Parlamento de Catalunya Núria de Gispert instó a la líder de Ciutadans, Inés Arrimadas, a "volver a Cádiz", donde nació, si no le parece bien que continúe el proceso para la independencia de Cataluña.  En este caso, la xenofobia forma parte de la realidad real, la paralela y la perpendicular.

El ex presidente huido a Bruselas, fomenta la realidad paralela. Según el digital, ‘El Español‘, a principios de noviembre de 2017, Puigdemont recordó ‘’que otros Governs ya han sido encarcelados… y que el fascismo español ejecutó a Companys".

 El 15 de octubre de 1940, el líder de Esquerra Republicana y ex presidente de la Generalidad, Companys, muere fusilado "como responsable en concepto de autor por adhesión del delito de rebelión militar". Así lo dice la sentencia de 14 de octubre de 1940, firmada por los siete miembros del tribunal militar del régimen franquista. O sea, pongamos en el mismo saco al gobierno democrático de Rajoy y al general Franco. Reforcemos la realidad paralela. Reforcemos el victimismo patológico y el supremacismo xenófobo.


O lo que dijo Marta Rovira, diputada del Parlamento catalán y secretaria general de ERC. Que ‘’el Gobierno amenazó con muertos en la calle tras el 1-0 … directamente nos decían esto: que habría sangre…’’

Sin olvidar a Sor Caram y la monja Forcades.

Y TV3, Catalunya radio, la escuela pública y prensa del Movimiento.cat, reforzando diariamente la realidad paralela.

¡Terminarán todos majaretas! Y, encima, tendremos que pagarles el psiquiatra.


PD. Las empresas siguen huyendo del oasis. Realidad real.


Sebastián Urbina. 

(Publicado en ElMundo/Baleares/19/1/2018.)

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