domingo, 8 de julio de 2018

INMIGRACIÓN ILEGAL Y BUENISMO


INMIGRACIÓN ILEGAL Y BUENISMO. (Sebastián Urbina/2 agosto 2015.)

¿Cuál es la respuesta de la izquierda- con las excepciones de rigor- a las limitaciones a la inmigración ilegal?



Fascistas, xenófobos, racistas. Es la gran reflexión de la izquierda. No hay mucho más. ¿Para qué tienen que pensar si estas palabras mágicas les bastan para acojonar a la mayoría de ciudadanos? ¡Horror, no quiero que me llamen facha, xenófobo o racista!



No interesa la justificación, consecuencias previsibles y los hechos probados. Interesa la palabra mágica y las ‘buenas intenciones’. Para esto se necesita un auditorio infantilizado, preparado para tragar soflamas y frases hechas. Progresismo de baratija. Por eso la izquierda quiere monopolizar la educación. Para manipular las mentes de generaciones de adolescentes.



Pero los hechos son tozudos. ¿Qué se conseguirá, previsiblemente, con esta política- o ausencia de ella- consistente en quejarse por la inmigración ilegal y poco más? O la política de ‘nuestra’ izquierda de progreso sin regreso: ‘Puertas abiertas’ y ‘Papeles para todos’.



Aparte del aumento del terrorismo- recordemos que el Estado Islámico ha dicho que introduce terroristas entre los inmigrantes- la presión de la inmigración ilegal provocará un aumento del rechazo. ¿Por qué? Porque, excepto las gentes como Teresa de Calcuta, una ‘invasión’ de gentes que- consciente o inconscientemente- modifican nuestro ‘paisaje’ cultural y ambiental, provoca malestar e inseguridad. Aumento del gasto social aparte.



A medida que aumenta esta presión de la inmigración- sin hablar del problema terrorista-, el malestar aumenta y aparecen los políticos que dan soluciones de cada vez más radicales.



Sería maravilloso que todos fuésemos como Teresa de Calcuta, pero no es así. Esto es una excepción. Siempre lo ha sido y siempre lo será.



De ahí que la izquierda, en general, esté llena de ‘cantamañanas’ y demagogos. ¿Por qué? Porque estas gentes no son excepcionales, como la monja citada, son sectarios que odian a Occidente. No les empuja el amor sino el odio a Occidente y el sectarismo.



Termino con el Papa Francisco. Si el Papa Francisco pretendiera un discurso político sería un peligroso irresponsable. Su mensaje, el de recibir a los inmigrantes con los brazos abiertos, es un mensaje religioso, no político. Por eso no sirve como solución política. Las personas religiosas, con un gran corazón, pueden, por ejemplo, dedicar su tiempo libre a atender a los inmigrantes ilegales. O marcharse a África para ayudar más y mejor.



En resumen las políticas progresistas facilitan el aumento de la tensión y el conflicto social. Y la progresiva aparición de políticas más radicales son un ejemplo de lo que, previsiblemente, vendrá. Si aumenta la presión inmigratoria.



Simplemente, no podemos recibir a todos los inmigrantes que quieran venir a Europa. Hay límites y hay que establecerlos. Y cumplirlos. La demagogia es una peligrosa irresponsabilidad que tendrá gravísimas consecuencias.



En cuanto a la ‘identidad nacional’, enfatizada por el primer ministro húngaro, recordemos la vergüenza que tiene la izquierda- excepciones aparte- con España. Siempre están dispuestos a menospreciar a España. En eso, como en otras cosas, van de la mano de los separatistas. La identidad nacional, si es española, es facha.



Sería aconsejable que los españoles decentes se enterasen. En el caso de que no estén enterados.)

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