EL DERECHO A PUJOLEAR.
Como éramos pocos, parió la abuela. Ahora es Pujol, el hombre de Estado, el catalán comedido y prudente quien advierte: si avanza la uniformización, "la alternativa tan solo podría ser la independencia". Lo dijo el martes, 25 de enero, bajo el título: Del Tribunal Constitucional a la independencia. Pasando por Quebec. Lectura recomendable para conocer de cerca el pensamiento íntimo del constructor sinuoso de la Cataluña soberanista basada en el rechazo al mito de una España caduca nacida del dominio de Castilla.
En Cataluña el derecho a decidir va por barrios y se predica de muchas formas. La manera de predicar el "dret a decidir" de CiU es el "el derecho a chantajear". La pela es la pela y las arcas del Gobierno de la Generalitat están vacías. Curiosamente, en las elecciones Artur Mas y el propio Pujol repitieron hasta la náusea que "ahora no toca hablar de independencia". Parece que ya sí. Puede que antes se alimentara el espacio electoral de ERC y ahora se necesita para chantajear al Estado y agitar a la clientela.
Llueve sobre mojado. Artur Mas en La Vanguardia advertía el pasado 9 de enero: "si España no se mueve, hay riesgo de ruptura". Y ayer mismo, añadía: "Desde Cataluña nos hemos de rearmar" frente al "intento de laminación y de disminución" del autogobierno. Su vicepresidenta, Joana Ortega, en Catalunya Radio, se sumaba al chantaje al relacionar las reivindicaciones económicas con la independencia: "Si a esto se le puede llamar [ser] independentista, pues quizá sí, [lo soy]". Y el cabeza de lista de CiU a la alcaldía de Barcelona, Xavier Trias enfatizaba: "Iré a votar a la consulta por la independencia del día 10 de abril, sin duda".
Seguramente los ciudadanos preferirían que el presidente de Cataluña se rearmase para asegurar empresas como Nissan o Yamaha, derrochase menos millones en sostener a Spanair por cuestiones identitarias en clara competencia desleal contra el resto de compañías (especialmente Vueling), pusiese límites a la deuda pública o acabase con la política internacional de embajaditas. Pero esas acciones son empíricas y verificables, el magreo de sentimientos no, y además crea "país".
La escusa de Pujol ha sido las sentencias del Tribunal Constitucional y del Tribunal Supremo. Cosas de la liturgia soberanista. La de Artur Mas es la administración de los "recursos propios" a través de un "pacto fiscal", o sea, el "concierto económico" o cupo vasco. Forma y fondo. A veces es la pasta, o sea, el fondo; a veces es el Volksgeist, el espíritu del pueblo, la nación, la bandera... la forma. Y siempre la advertencia, la bronca, el chantaje.
Mala cosa es para una nación que algunos de sus gobiernos regionales utilicen la amenaza de la ruptura institucional cada vez que la aritmética democrática no les es favorable. La estructura del Estado no puede depender de las disputas democráticas ordinarias.
Hay quien cree que a estas bravuconadas no hay que darles demasiado crédito. La autosuficiencia perdonavidas de buena parte de la intelectualidad política española afincada mentalmente en Madrid siempre las ha despreciado. Sin embargo, Pujol sabe lo que dice y por qué lo hace, Artur Mas achucha para conseguir beneficios, Joana Ortega se deja querer para estar en misa y repicando, y Trias dispara con escopeta de perdigones. Pero mientras estos profesionales del chantaje utilizan el tremendismo para conseguir ventajas hablando de independencia, una pléyade de adolescentes inadvertidos interpretan la chulería al pie de la letra. Así crecerán, nunca sabrán por qué piensan así. Sentirán. Eso es todo.
Esta misma mañana en RAC 1 Pujol insistía: "Somos diferentes [es decir, somos superiores], (...) La inmersión lingüística es un punto clave. Si nos dicen que la inmersión lingüística se ha acabado, esto es un casus belli". Inquietante pasividad del Gobierno de la nación y del fiscal general del Estado ante esta espiral de violencia en el lenguaje de altos representantes del Estado: "Tenemos que rearmarnos", dice Mas, y añade Pujol, "tumbar la inmersión es causa de guerra".
La ley les ha puesto frente al espejo. Quieren romper el espejo para incumplirla. Tómenles en serio, no para arrugarse, sino para hacerles cumplir la ley. (Antonio Robles/ld)
2 comentarios:
Y los jiliprogres, o sea la mayoría en los medios, diciendo toda la vida, incluso aun, aquello de 'Pujol, que gran hombre de estado', 'español del año'.
Que cierto lo de que: aquí no cabe un tonto mas. A lo que añado: ni un caradura tampoco.
Lo recuerdo muy bien. Da vergüenza recordarlo. Gente sensata, en otros aspectos, diciendo bobadas en relación con Pujol. 'Hombre de Estado' y otras idioteces. ¡País!
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