sábado, 15 de enero de 2011

SOCIALISMO ES RUINA.











LA INFLACIÓN ROBA 14.000 MILLONES A LAS FAMILIAS.




Demuestran ya los datos macroeconómicos que la subida de impuestos, más el encarecimiento de los carburantes, están saqueando los bolsillos de los ciudadanos. El Índice de Precios al Consumo (IPC) escaló siete décimas de noviembre a diciembre de 2010 y cerró el año en una tasa interanual del 3%, la más alta desde octubre de 2008, según publicó ayer el Instituto Nacional de Estadística (INE). En otras palabras: en un año, los hogares españoles vieron mermada su capacidad de compra en unos 14.000 millones de euros.

Teniendo en cuenta que la renta total de las familias españolas ronda los 700.000 millones —era de 726.252 millones al cierre de 2009—, y que los incrementos medios, salariales y de pensiones, cruzados con el mayor aumento del paro han estancado el alza de sus ingresos en torno al 1%, cada punto porcentual «adicional» que sube la inflación supone una merma de 7.000 millones en el poder adquisitivo de compra, según los cálculos realizados por Ángel Laborda, director de coyuntura económica de la Fundación de Cajas de Ahorro (Funcas). «Y cerramos 2010 con una inflación dos puntos por encima de lo que tendría que ser una tasa normal, del 1%, en la coyuntura actual», explica Laborda para explicar esas cifras.

La evolución de la inflación en los últimos meses viene a empeorar una situación mala por sí sola. Porque, aclaran desde Funcas, sin tener en cuenta el efecto del IPC, el poder adquisitivo de hogares y familias ya se había reducido un 2,2% al cierre de septiembre de 2010, fecha en que el INE publicó el último dato sobre la renta total disponible: 522.534 millones de euros, cuando en el mismo mes de 2009 era de 534.167 millones.

«Cóctel dramático»
Este ejercicio no pinta mejor. Al menos en su inicio: según las previsiones hechas por Funcas, la inflación seguirá escalando los dos primeros meses del 2011, hasta alcanzar el 3,3% en enero y el 3,4% en febrero, una vez se registren las ya aprobadas subidas de la luz
(+9,8%) y el gas (+4%), así como las nuevas tarifas para el transporte público. Será en marzo cuando empiece a descender y lo seguirá haciendo hasta cerrar el año en una tasa del 1,7% y una media del 2,7%.

Además, el final de 2010 dejó otra mala noticia para las economías domésticas. El Euríbor a doce meses, tipo al que están referenciadas más del 80% de las hipotecas que se conceden en España, cerró en el 1,52%, 0,28 puntos por encima del nivel de 2009, lo que supondrá una nueva subida de 200 euros al año en estos créditos.

«Mal comienzo de año, ya que en 2011 los sueldos de los empleados públicos no sólo se congelan, sino que disminuirán; se congelan la mayoría de las pensiones; los salarios del sector privado seguirán moderándose atenazados por la crisis y el desempleo, y se seguirá perdiendo nivel adquisitivo», resumió el sindicato USO en un comunicado, que junto a UGT y CC.OO. aprovechó los datos para reclamar el mantenimiento de las cláusulas de revisión salarial ante esta subida de la inflación. «Un cóctel dramático», describió Izquierda Unida.
Tabaco y energía, al alza

Como fuere, la tasa de inflación con la que se cierra el peor año de la crisis se justifica por el «rally» alcista de algunos productos y servicios. El que más, el tabaco, que se anotó una subida del 20,8% anual tras el alza del precio aprobada el pasado 3 de diciembre. Pero también el transporte, con una variación del 9,2%, a raíz del incremento de los precios de los carburantes, que se dispararon un 18,4%. El precio de la calefacción, la luz y el agua se encareció un 9,8%. Y no sólo eso: el importe de las patatas se eleva un 17,5% y las legumbres y hortalizas suben un 7%.

«¿Tabaco y energía? En realidad, todos los componentes», resume José Luis Martínez Campuzano, estratega de Citi en España. «Es que al resto de países de la Eurozona también le ha subido el precio del petróleo. Pero allí han sido capaces de contener el resto de productos y servicios», dice Rafael Pampillón, profesor del Instituto de Empresa, quien ve en la diferencia entre la tasa la inflación española y la media europea el peor dato de los conocidos. La inflación en la Eurozona cerró el año 2010 con una subida de un 2,2%, lejos del 3% registrado en España. Con ello vuelve a escena uno de los males históricos de la economía española, como es el diferencial de precios con Europa, al margen del elevado desempleo, claro.

Brecha respecto a Europa
¿La consecuencia inmediata? Una pérdida de competitividad de la economía española frente a los socios —pero también competidores— de la Unión. «Nuestros productos en el extranjero son ahora más caros que los de nuestros competidores», destaca Pampillón. «Así, una de nuestras formas de salir de la crisis, las exportaciones, se ve afectada», comenta Javier Díaz, profesor del IESE Business School, quien ve cierta división en el seno de Europa. «Ya hay dos zonas: una de países deflacionistas, con Irlanda a la cabeza —con un tasa de inflación negativa del 0,8%— y otra de inflacionistas», con Estonia de líder, cuyo IPC se disparó 5,4 puntos, y en la que también estaría España.

Para reducir ese diferencial de inflación con la zona euro y no perjudicar la competitividad de las empresas españolas frente a sus socios europeos, desde las Cámaras de Comercio consideraron ayer «esencial incrementar la competencia en todos los mercados y evitar que los aumentos en precios de los grupos más volátiles se traduzcan en una espiral inflacionista».

En cualquier caso, la tasa media de la Eurozona rebasa en dos décimas el objetivo marcado por el Banco Central Europeo por primera vez desde noviembre de 2008. Y al que tantos esfuerzos ha dedicado. El presidente del emisor, Jean-Claude Trichet, ha asegurado en multitud de ocasiones que en calidad de guardián de la estabilidad de precios su objetivo es que éstos aumenten menos del 2% en términos interanuales o en el entorno de esa cifra, nunca
por encima, por lo que los expertos aseguran que la entidad podría decidir una subida de tipos de interés, situados en el 1% desde mayo de 2009, tal y como insinuó el jueves él mismo en Fráncfort. «Sería nefasto para España», sentencia María Jesús Valdemoros, directora del departamento de Economía del Círculo de Empresarios. (ABC)

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