CATALUÑA INDEPENDIENTE.
CAE SU PIB UN 25%
Mikel Buesa ha escrito un libro sobre la crisis económica de España asequible a los profanos.
-¡Eso es lo que he intentado! Se pueden decir las cosas de manera que se entiendan.
-Se entienden. Deja usted bien claro que además de los problemas más comentados (falta de liquidez de los bancos, burbuja del ladrillo), también la fragmentación territorial lastra la recuperación de España.
-Porque junto a los aspectos más estrictamente económicos de la crisis hay un aspecto político fundamental, y que se deriva del actual reparto territorial del poder. Las Administraciones de las comunidades autónomas son excesivamente grandes y el Estado tiene cada vez menos peso. De hecho, la importancia de las autonomías es ya mayor que la de los länder alemanes. Si una comunidad autónoma incurre en un déficit excesivo, el Estado tiene la competencia para limitar eso. Pero no se ejerce.
-¿La responsabilidad atañe a los dos grandes partidos?
-Por supuesto. De hecho, el gran salto en la autonomía en España no se da con el PSOE en el poder, sino con el PP, cuando Aznar transfiere la sanidad y la educación a todas las comunidades. Ese es el momento en el que se llega al mayor nivel de autonomía dentro del país. El problema es que seguramente no se sopesó lo suficiente la incapacidad del Estado para ejercer sus propias competencias porque los nacionalistas tienen un poder que excede con mucho su nivel de representación, como resultado del sistema electoral que tenemos.
-¿Le choca entonces que Aznar ahora ponga en cuestión el actual estado autonómico?
-Yo me imagino que él creyó que eso acabaría acallando todas las pretensiones localistas y nacionalistas. Pero finalmente esas aspiraciones han aumentado. En ese sentido, se equivocó. Sin embargo, no me parece mal que exprese esa opinión si a posteriori se ha dado cuenta de que el resultado final de ese proceso autonómico que también él impulsó no ha sido el apetecido.
-El expresidente dice también que ahora España está intervenida de hecho.
-La formulación que hace es un poco exagerada, pero no está mal encaminada. Estamos siendo vigilados muy de cerca por el FMI y por las instituciones europeas, y las decisiones de Zapatero vienen impulsadas desde esos foros internacionales. En ese sentido, es verdad que hay una intervención exterior de la política económica española.
-Aviso a separatistas: la ciencia económica revela que la secesión es un negocio ruinoso.
-Mis cálculos señalan, por ejemplo, que el PIB de una Cataluña independiente caería más del 25 por ciento y el déficit, al actual nivel de gasto público, sería superior al 11 por ciento. Así que esa idea que tienen los nacionalistas de que la independencia es un chollo porque ellos se van a quedar con los impuestos que ahora van al resto de España no es verdad. Porque por el efecto frontera la actividad económica sería menor y habría menos ingresos.
-Pone a caer de un burro el Plan E del Gobierno.
-Porque al final no ha sido más que una operación de propaganda. Que la intención fuera la de crear empleo no se corresponde con que dieran más dinero para obras a los ayuntamientos con más población, no a los que más parados tienen.
-Y no se cree que Zapatero haya fomentado la igualdad en términos contantes y sonantes.
-Ni Zapatero ni el Partido Socialista pueden decir que gracias a ellos hay más equidad porque no es verdad, según los datos del Instituto Nacional de Estadística, que muestran que con este gobierno ha aumentado la desigualdad. No mucho, pero se ha incrementado. En España la desigualdad disminuyó mucho en la segunda mitad de la década de los setenta y casi hasta finales de los años ochenta. Lleva veinte años más o menos igual.
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