lunes, 3 de enero de 2011

¡PIDE PERDÓN POR TUS PECADOS!






MOURINHO, ENTRENADOR.

Acabo de leer en la prensa que José Mourinho ha sido elegido "mejor entrenador de club del mundo" en 2010 por la Federación Internacional de Estadísticas del Fútbol (IFFHS). Por 294 puntos por 188 de Josep Guardiola, otro gran entrenador. El tercero consigue 75 puntos.

¡Lo que le espera! Con independencia del odio a Mourinho por ser entrenador del Real Madrid, equipo que ganó muchas Copas de Europa gracias a Franco y a los Reyes Católicos, hay otro aspecto a considerar.

En España no se tolera el éxito. O mejor, no se tolera el éxito si no se pide perdón por haberlo obtenido. Hay un deportista español (mallorquín, por más señas) que es un compendio de virtudes, humanas y deportivas. Me refiero a Rafa Nadal. Cae simpático a todo el mundo. No solamente es un fuera de serie como deportista. Es una fuera de serie como persona. O esta es la impresión que produce. Nunca un mal gesto. Ni una actitud desafiante que diga al mundo ¡soy el mejor!. Que lo es.

Pero nadie tiene derecho a exigir tanto a los demás. Y menos, tanto pelanas que no es nada admirable en su vida pero exige ejemplaridad a los demás. Bueno, a los demás no. A los fracasados, a los que no han tenido suerte, o voluntad suficiente, les dirige una mirada de comprensión. No le cuesta ser bueno con aquellos a los que no les ha sonreído la fortuna. Y no me refiero a la lotería. Me refiero a los éxitos que son resultado del trabajo, del esfuerzo, la disciplina...

Recuerdo que el gran boxeador de los pesos pesados y campeón mundial, Casius Clay (luego Mohamad Alí), solía decir ‘¡Soy el mejor!’. Y lo era. No caía bien a muchos porque era sincero. Y arrogante. Y el mejor. Con independencia de sus opiniones políticas.

José Mourinho también es el mejor. En lo suyo. Y es arrogante. No se lo perdonan. Ni siquiera muchos seguidores del Madrid. Dicen no se qué del señorío. Quieren que mire con los ojos caídos, como pidiendo perdón por su éxito.

Es propio de una sociedad subvencionada. De una sociedad que adora al ‘Papá-Estado’, si le da la sopa boba, el PER o lo que convenga. Una sociedad que idolatra la igualdad, la igualdad a la baja. Que nadie destaque. Ya lo hemos visto con la LOGSE. ¡No destaques que podrías humillar a los demás! Por eso se mira con recelo el mérito. También la competitividad. Lo bueno es el ‘buen rollito’. Hoy ganas tú, mañana gano yo. Y nos repartimos el bocadillo.

En fin, todo muy hipócrita y penoso. ¡Ah! Y si ganas la Liga de fútbol, o alguna cosa, no te excuses. Te pondrán verde igual. Y si no ganas nada, dirán que eres malísimo. Que no tienes ni idea. Aquí se es bueno hoy, y malo mañana por la mañana. O sea, un país serio y ponderado.

Sebastián Urbina.

No hay comentarios: