lunes, 30 de julio de 2012

EL RETRETE AUTONÓMICO

 




 EL RETRETE AUTONÓMICO.

Periodismo de opinión en Reggio’s

Bacterias autonómicas, de Carlos Cuesta en El Mundo.

OPINIÓN: LA ESCOPETA NACIONAL

El FMI ha cargado contra la indisciplina de las autonomías. Contra su endeudamiento, que supera los 145.000 millones tras multiplicarse por 2,5 desde el inicio de la crisis. Y contra su insolidaridad con el sufrimiento de los españoles, plasmada en déficits anuales de 30.000 millones.

Pero el FMI no ha llegado a describir la bacteria autonómica. Una enfermedad más profunda que las cifras y que es el origen del descontrol: la deslealtad a España. Una deslealtad tan evidente que ha permitido que los dirigentes autonómicos más insolidarios logren votos, prebendas -cuando no maletines- en base a un derroche que acababan pagando los demás españoles por la conexión de las haciendas regionales.

Dos comunidades han vuelto a dar muestra de esta deslealtad: Cataluña y Andalucía. La primera, exigiendo lo que denomina pacto fiscal, el enésimo intento de quedarse con los impuestos recaudados en esta comunidad.

 La segunda, reclamando 5.000 millones al Estado por gastos sanitarios e inversiones recogidas en su Estatuto. 

Y ambas en un momento en el que intentan bloquear los mecanismos de control del gasto lanzados por el Gobierno central y que, además, necesitan la ayuda de ese Gobierno al que tanto detestan para cubrir 5.755 millones en vencimientos en el caso catalán, y 1.493 millones, en el andaluz.

Pero esa deslealtad no carece de osadía. La osadía de unos dirigentes catalanes que aseguran sostener a España esgrimiendo datos falsos y olvidando que si Cataluña recibe el 7,88% de su PIB del sistema de financiación, Madrid percibe casi dos puntos menos (el 6,06%) y casi cinco menos que Andalucía (el 10,98%). 

Un hecho que no impide que Madrid no haya planteado ningún acto de insumisión, pese a sufragar el 73% del Fondo de Garantía de la sanidad, educación y servicios sociales que reciben las autonomías necesitadas.

España debe convencer a Europa de que puede y debe ser rescatada. De que sabremos salir de las cenizas en las que nos consumieron quienes permitieron este endeudamiento autonómico. Pero deberán acabarse las deslealtades. Porque, dudo que nadie, ni en Europa ni en ningún sitio, confíe en un médico que preserva las bacterias.

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