LAS TRAMPAS DEL LENGUAJE.
Madrid.
Cristina Cifuentes:''Un puñado de cobardes no van a lograr callarme''.
. La delegada del Gobierno se mantiene firme tras ser escupida y empujada por radicales por la calle. (ABC).
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LAS TRAMPAS DEL LENGUAJE.
La Delegada del Gobierno de Madrid, señora Cifuentes, ha sido escupida, insultada y empujada por unos 'radicales' en plena calle. Tuvo que esconderse en un restaurante.
Algunos sinónimos de 'radical' son los siguientes: importante, fundamental, principal, primordial, etcétera.
Lo que aquí más importa es que en el cerebro de mucha gente, la palabra 'radical' tiene connotaciones positivas. En principio, se supone que un radical es alguien muy honesto, que no se deja corromper, que es justo y no acepta componendas.
Pues bien, esto es falso, en general. La mayoría de los 'radicales' reales (no los que están en la imaginación de mucha gente) son tipejos despreciables que, en nombre de lo que sea, agreden, insultan, escupen, avasallan. Como esta gentuza que agredió a la delegada de Gobierno.
Pero la culturilla de izquierdas ha conseguido que se mantenga el buen nombre de los 'radicales', que suelen identificarse con maravillosas gentes que se oponen al capitalismo salvaje en nombre de una sociedad justa de arriba abajo que nos traerá la felicidad colectiva.
Gran parte de la responsabilidad está en la derecha (por simplificar) que ha permitido y permite que la mayoría de los medios de comunicación estén en manos de la izquierda.
Ahora mismo, en Baleares, tenemos este problema. Con el paulatino agotamiento de los periódicos de papel se impone (de cada vez más) el periodismo digital, que es mucho más barato. Para evitar que la izquierda siga monopolizando la información y la formación (o desinformación y manipulación) bastaría que diez o doce empresarios importantes (que los hay, y más) aportaran una cantidad pequeña de dinero para hacer una web importante.
Pues no. A dormir y a centrarse en lo suyo. A mirarse el ombligo. Nada más. Como si la clarificación ideológica, el debate ideológico y la repetición de lo que debería ser obvio, no fueran muy importantes. Incluso para ellos, que no quieren dar el paso.
Sebastián Urbina.
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