El País Vasco no ha conocido las libertades que estableció la Constitución de 1978. Desde que en España triunfó la democracia vive bajo la dictadura del miedo. Los ciudadanos no votan libremente sino coaccionados por un clima irrespirable. Varias decenas de miles de vascos eligieron el exilio para eludir las amenazas, la extorsión, los secuestros y los atentados.
Con muy buen criterio, el ministro del Interior ha decidido que los exiliados vascos puedan votar, tras las correspondientes acreditaciones. Y no se pueden producir más retrasos. Los ciudadanos vascos que se trasladaron al exilio deben votar desde ya. Deben hacerlo en las próximas elecciones autonómicas. Todavía padecen las provincias vascongadas bajo la dictadura del miedo.
La matonería de Bildu y afines, es decir, de Eta, en los lugares donde gobiernan produce repugnancia. Mantienen la política etarra de atemorizar a la gente.
Que voten, pues, todos los vascos. Que empiecen a abrirse las ventanas para que circule el aire libre. Que se ponga fin de una vez a la dictadura del miedo. Bien por Jorge Fernández Díaz. Ha acertado plenamente y así hay que reconocerlo. De lo que se trata ahora es de que no se demore una decisión certera. Las próximas elecciones autonómicas son demasiado importantes como para sustraer el voto de los ciudadanos vascos a los que Eta empujó al exilio. (Luis María ansón/El Imparcial).
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