martes, 8 de diciembre de 2009

HERMANN TERTSCH.






VARIAS COSTILLAS ROTAS

El periodista Hermann Tertsch hospitalizado tras sufrir una agresión

Martes, 08 de Diciembre de 2009
FórmulaTV.com
El periodista fue asaltado por un desconocido y tiene varias costillas rotas, un pulmón encharcado, así como varias contusiones.

El periodista Hermann Tertsch se encuentra hospitalizado tras ser agredido este lunes por un desconocido, según informa Intereconomía. Al parecer, el individuo, sin mediar palabra, le propinó una patada por la espalda. El periodista tiene varias costillas rotas, un pulmón encharcado y sufre diversas contusiones. Hermann Tertsch, director del informativo 'Diario de la Noche' de Telemadrid, se encontraba en un local de la calle Almirante de la capital cuando sufrió la agresión.

El periodista ha sido noticia esta misma semana después de haber anunciado que presentará una demanda contra laSexta, el Gran Wyoming y Globomedia por un montaje emitido el pasado miércoles en 'El intermedio'. La cadena, por su lado, afirma que no hubo mala intención con ese montaje.

El programa de laSexta tomó unas palabras de Tertsch y las "manipuló" de tal manera que los espectadores pudieron ver y oir cómo decía que él mataría a quince pacifistas, que está dispuesto a acabar con quince menores y con sendos ministros del Gobierno, incluso con Zapatero.

El montaje no sentó nada bien al periodista. "Me han llamado asesino cuatro veces, mis abogados están preparando la demanda". "Les va a costar cara esta miseria moral que permite todo a estos gurús de la izquierda apoyados por laSexta, Roures y Zapatero", aseguró.

Por su parte, laSexta han querido aclarar que "no ha habido intención de ofender a nadie" y que se trata de una práctica habitual en el programa de humor de Wyoming. Hermann Tertsch afirma que no le da la gana de aguantarse y que va a destinar "la mitad de la indemnización a las Hermanas Misioneras del Santísimo Sacramento y su centro de beneficencia de Chueca".
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¿Tendrá algo que ver la izquierda?
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YA EMPEZARON.
Horacio Vázquez-Rial.

Iba a pasar. Lo percibo desde hace rato. Le pegaron a Hermann Tertsch. Es el primero. No se dice por qué, nadie le explicó nada. Pero da la casualidad de que ocurrió poco después de que este periodista y amigo, hombre valiente, desterrado por ello del imperio Polanco, anunciara que se iba a querellar contra el pequeño Wyoming. La cosa se inició cuando Tertsch dijo en el Diario de la Noche que estaba dispuesto a matar a unos cuantos terroristas de Al Qaeda para liberar a los secuestrados españoles de Mauritania. Wyoming replicó en su magazine oficialista de la Sexta diciendo que así se inician las guerras. Tertsch, evidentemente, le estaba respondiendo al ex presidente autonómico, ex ministro, actual presidente de ese Congreso de los Diputados que ahora quiere sesionar en Palestina, ése, Bono, el que dijo que prefería que lo mataran antes de matar a nadie, toda una filosofía si se toma en cuenta que el hombre era entonces ministro de Defensa.

Ésa es la historia mínima. La máxima se remonta a hace unos noventa años, cuando los nazis empezaron a agredir a la gente por la calle, a incendiar el Reichstag para colgarle la culpa a otros, a romper escaparates de tiendas judías. O un poco antes, cuando los squadristi se lanzaron a la misma política, antes y después de la Marcha sobre Roma. Vivimos una democracia autoritaria, en la que los que ocupan el Estado desean en demasía perpetuarse en él.

El afán totalitario siempre genera falsos espontáneos que se ponen a patear a la gente por si acaso, por si hay quien no quiere abortar, ni dejar de fumar, ni que haya parados: por si se desvía, vamos. Recuerdo que hace unos años comimos en Laredo, territorio amenazado por los euskaldunizadores forzosos, Iñaki Ezquerra, que ocificiaba de anfitrión, Tertsch y el que suscribe, rodeados de escoltas. El riesgo era ETA, una cosa definida, concreta, y los escoltas eran pagados por el Estado. Contra esto no podemos pedir protección oficial, pero lo que le ha pasado a Hermann nos va a pasar a unos cuantos: los piqueteros son así. No tienen amo reconocible, como Julius Streicher, porque les da vergüenza hasta a ellos asumirlos, pero están ahí y sirven a quien sirven. Hemos pasado una línea puesta por ellos, invisible en democracia, pero realmente existente cuando la democracia lo es sólo a medias. El que toque el timbre a las seis de la mañana ya puede no ser el lechero.

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LA VILEZA DE EL PAÍS.

Sobre la agresión a Hermann Tertsch dice El País que "todas las violencias de cualquier género son condenables en sí mismas". ¿Todas? ¿También la legítima defensa? ¿También la de un Gobierno legítimo? ¿Y condenables en qué sentido, aparte de la pura retórica? El País, como los gobiernos socialistas, siempre ha condenado, por ejemplo, la violencia de la ETA para a continuación premiarla con diálogos, dinero, proyección internacional, ataques a la Constitución y negocios varios, como ha hecho con los piratas o las violencias de la tiranía castrista. O la de los terroristas del 11-M: el Gobierno y El País deben de creer realmente que fueron los islámicos, pues inmediatamente los recompensaron con la retirada de tropas que en Irak protegían a los irakíes de asesinos en masa semejantes.

Aclarado esto, para que todos sepamos a qué atenernos con las condenas de El País, acusa este chantajista periódico al "ala dura" del PP, que según esos periodistas es casi todo ese partido (¡hay que fastidiarse!), por aprovechar la agresión a Tertsch para denunciar un más generalizado estado de persecución por las ideas. Que esa persecución existe es evidentísimo, y el PP, precisamente, colabora con ella, bien activamente, como en el caso de Jiménez Losantos, bien pasivamente haciéndose el loco, como en el intento chekista de encarcelarme. Entre el Gobierno y el PP han conseguido echar a Jiménez Losantos y a César Vidal de la COPE, para mal de la COPE, espero. Y todos ellos no paran de sembrar veneno al modo hipócrita como suelen hacerlo y hace El País en su comentario, hasta en la alusión insinuante al "movido barrio de Chueca" donde habría sido agredido Tertsch.

El País se burla de la hipótesis de que el ataque tuviera relación con la "sátira" del Gran Wyoming, omitiendo que el inocente cómico (tan inocente como El País) presenta a Tertsch, canallescamente, como un asesino. ¿Tienen relación las dos cosas? Tal vez sí y tal vez no. Lo que es cierto es que El País y el PSOE llevan largo tiempo envenenando a la opinión pública y acusando a otros de lo que ellos mismo hacen. Han sido colaboradores de ese periódico, y no Tertsch, quienes han hablado de "fusilar" a escritores o de quemar sus libros, lo que podría entenderse como pura charlatanería si los partidos que ellos defienden no tuvieran tan larga y nutrida trayectoria de actos de ese tipo; son los jefes de El País los que, intencionadamente, acusan de "extrema derecha" a quienes discrepan de ellos, con las connotaciones (connotaciones chekistas) que ellos saben dar a esos palabros. Por no extendernos sobre lo del "sindicato del crimen", como llamaban a los periodistas demócratas que sacaban a la luz las enormes corrupciones del partido favorito y de los gobiernos favoritos de El País.

Termina este periódico recomendando con chulería al PP que "le cobre afición de una vez a la racionalidad y la mesura". La racionalidad y la mesura del encubrimiento de la corrupción socialista, del premio a terroristas y piratas y las asechanzas contra la democracia en que tanta pericia ha demostrado ese periódico. (Pío Moa)


6 comentarios:

Persio dijo...

Unos largan en la tele y otros sueltan la patada. Como los presidentes de los clubs de fútbol y los hooligans. Y tantos otros ejemplos.

María dijo...

No lo puedo creer. Estas cosas, o algo parecido, me imagino yo que pasaban en tiempos de Franco. Tan progres son que progresan hacia atrás.
Wyoming debería saber que trabaja en un medio de comunicación. Y eso conlleva una responsabilidad, a pesar de que las cosas se hagan con humor o a través de la burla. Que la gente inteligente entenderá sus bromas, pero que hay mucho paleto suelto hijo de la LOGSE que acaba siendo un fanático.
¡Ay, si esto le hubiera pasado a Gabilondo, o a Francino!
Pero siendo Hermann, seguro que no falta quien, desde la progresía, sale diciendo que es que se pasó, que hay que respetar a los de Al Qaeda y no provocar, como con las caricaturas de Mahoma.
¡Dios, qué país!

Anónimo dijo...

María, no te equivoques, en tiempos de Franco no pasaban estas cosas.

En aquellos tiempos, se cumplía la Ley, y nadie te agredía por la calle. Con unos cuantos serenos bastaba para poder andar seguros en cualquier ciudad, aunque fueras sola, a las 12 de la noche, tuvieras 20 años, y estuvieras "de buen ver" como me pasaba a mí entonces (ahora ya no le estoy, pero entonces si)

Con Franco, lo que te podía pasar, es que hicieras alguna fechoría, te cogiera la policía, y te moliera a palos. Eso si pasaba.

Pero mira, sinceramente, ¿Qué prefieres? ¿Que a los delincuentes les pegue la policía para que las personas honradas vivan seguras, o que los delincuentes delincan con seguridad y muelan a palos a las personas honradas aprovechando que la policía tiene las manos atadas y nadie les va a hacer nada?

Para mi no hay duda.

Arcoiris dijo...

"Para mí no hay duda", dice "Anónimo" (10:15 AM).
Bien. Yo empiezo a contestarme algunas de esas dudas, algunos interrogantes incómodos. Por ejemplo, me pregunto si debí de correr delante de los grises de Franco. Me cuestiono si, entonces, no dejábamos de ser unas marionetas manipuladas por los padres de los que ahora calientan sus culos en el Parlament y similares; de los que se amparan en la democracia para reivindicar su derecho a proclamarse independentistas pero firman pactos como el del Tinell para excluir a sus disidentes y no hacen nada para neutralizar a los saboteadores de los discursos y campañas electorales de quienes no son de su cuerda; de los que imponen su propio idioma y persiguen el castellano pero se escandalizaban con eslóganes tales como el de "habla la lengua del imperio"; de los que cobran suculentas pensiones vitalicias por tratarnos como a animales económicos; de los que hacen parecer a Franco como un sabio y santo varón porque manifestaba su aversión contra las clases políticas...
En el País Vasco, el entorno etarra ponía en la diana de los sicarios a los personajes a eliminar. Ese trabajo de selección del heterodoxo incómodo, el apuntarle ostensiblemente con el dedo de la muerte, parece que ahora lo asume la "gauche du vin". Quizás tengan experiencia histórica en tal materia.

Joan dijo...

gauche divine

Arcoiris dijo...

Joan dijo: "Gauche divine" (7:16 PM)

Sí, hombre, ya lo sé. Pero también es la izquierda del buen vino, de los más caros licores, la de los coches oficiales tuneados con nuestros dineros, la de los chalets en las zonas residenciales más pijas, la de las ministras escandalizando con los modelitos exclusivos estrenados a diario, la que abandera a nuestros jóvenes cabalgando hacia el delirium tremens, la psicosis de Korsakow y la cirrosis de Laennec... En fin, esa pandilla que ni se cree su propio eslogan de "la superioridad moral de la izquierda".