sábado, 12 de diciembre de 2009

AROMAS DEL OASIS.

Perfil : Antonio Robles

«Si el Estatut sale adelante los que vivimos en Cataluña ya podemos hacer las maletas»

«El PP podría ganar mucho, pero como es tan pusilánime acabará pidiendo perdón por haber presentado el recurso de inconstitucionalidad»

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Antonio Robles, en una de sus intervenciones públicas.
Foto L. O. Z.
BEGOÑA GALACHE Su aventura política como primer zamorano en el Parlamento catalán, por Ciudadanos, apenas ha llegado a los tres años. Antonio Robles, profesor de Filosofía, ha renunciado a su escaño desencantado por pactos políticos que, asegura, chocan frontalmente con su forma de ser. En la entrevista arremete sin contemplaciones contra el Estatut y sus defensores.


-En 2006 accedía al Parlamento catalán gracias al inesperado éxito obtenido en las urnas por Ciudadanos. Apenas tres años después, ¿ha despertado del sueño político?


-La política es el mayor avance de la humanidad. Con ella los hombres racionalizan la vida de la selva, del más fuerte y gestionan el bien común, el derecho, etc. Pero los políticos casi nunca están a la altura de la política. Ahora no lo están. En ese sentido he despertado del sueño de la política ideal, me ha dejado cicatrices, pero estoy más curtido para enfrentarme a otros retos, con los mismos ideales.


-Habla de fraude electoral por la alianza de Ciudadanos con Libertad, que considera de ideología ultraconservadora. ¿Por qué no ha mantenido su acta de diputado y su trabajo parlamentario al margen de Ciudadanos?


-La decisión del presidente de C's de aliarse con una formación reaccionaria, xenófoba, racista y ultraconservadora católica como es Libertad para las Elecciones Europeas fue la gota que colmó el vaso. Si hay una cosa que no debe permitírsele a un político es que predique, prometa una cosa y haga otra. Ciudadanos nació con unos principios ilustrados, progresistas, laicos, y en defensa de la España constitucional donde todos los españoles somos iguales. Todo eso se traicionó. Yo no podía seguir en un partido que había nacido para ser limpio, fresco, cercano, honesto y leal a las promesas dadas. En mi pueblo tenemos palabra, ¿por qué la iba a perder en el Parlamento? Y eso implicaba no sólo dejar el partido, sino también el acta de diputado que había sido obtenida con él.


-¿Qué decisión final espera del Constitucional sobre el Estatut?


-El Constitucional es un órgano jurídico, la última instancia del Estado para garantizar que ninguna norma o ley viole el articulado de la Constitución, incluidas las leyes orgánicas. Y el Estatut viola claramente varios artículos de ésta, por ejemplo, pretende que en Cataluña se acaben determinadas instancias judiciales, que exista bilateralidad entre España y Cataluña como si fueran dos Estados en igualdad de soberanía en determinadas cuestiones o en el tema lingüístico, que hace del catalán el único idioma de las instituciones catalanas, expulsando a la lengua común española de todos los ámbitos oficiales.


-Medios de comunicación y partidos políticos han plantado cara al alto tribunal con claras advertencias si finalmente se recorta el Estatut catalán. ¿Cree que se han radicalizado las posturas?


-En Cataluña no hay diferencia entre partidos políticos y medios de comunicación. Los segundos viven de las subvenciones de los primeros y ambos viven del chantaje constante al Estado. Ahora están muy nerviosos, porque por primera vez les pueden poner en su sitio. Por eso amenazan. No se han radicalizado las posturas, son más histriónicas, más histéricas, no más radicales. Pero están envalentonados por culpa de ese indigente intelectual que es Zapatero. Ha renunciado a ser un hombre de Estado y sólo le preocupa el día a día, el poder, en una palabra. Si España fuera una empresa, los accionistas ya lo hubieran echado a patadas por inútil. ¡A quién se le ocurre prometer a los nacionalistas que el Estatuto que saliera de Cataluña, lo respetaría! Su irresponsabilidad es mayúscula, parecida a esos adolescentes que actúan sin tener en cuenta las consecuencias.


-¿Teme el desafío de los nacionalista?


-No. Ni son tantos, ni son tan decisivos. Con un cambio de la Ley Electoral se les podría reducir a la nada. Un hombre un voto. Rosa Diez sacó en las elecciones generales 303.000 votos y un solo diputado. El PNV, obtuvo 3.000 votos menos y por el contrario sacó seis diputados. A quien temo es al Gobierno de la nación y a la falta de grandeza de los dos partidos mayoritarios. Si ellos se pusieran de acuerdo en temas de Estado, los nacionalistas no serían nada. Pero como quieren gobernar se echan en manos de los nacionalistas. El chantaje de estos hace el resto.


-Parece irremediable que se modifiquen el texto original, lo que se considera una agresión por parte de determinados sectores. ¿Será también irremediable la confrontación social y política?


-No habrá confrontación social porque el nacionalismo catalán es una minoría social en Cataluña. Tienen todo el poder y harán mucho ruido porque tienen el poder, el presupuesto que el poder gestiona y los medios de comunicación públicos y parte de los privados. El problema, ya le digo, está en el Gobierno de la nación. El problema es Zapatero. Está para hacer cumplir la ley y es el primero que disculpa su incumplimiento si son socios suyos. Y los nacionalistas lo son.


-¿Ve a Cataluña en la calle para reivindicar su Estatut?


-A Cataluña no, a los nacionalistas catalanes sí. A ver si en España se enteran de una vez que el Estatut lo votaron sólo el 49,9%, ni siquiera la mitad y a favor sólo el 36% del electorado catalán. En Cataluña hay una inmensa mayoría de ciudadanos que no participa de la vida política y el poder está monopolizado por los catalanistas. Son estos los que dominan el poder y la información. Estadísticamente hay un 16% de independentistas irredentos y otro 20% que no se sienten españoles, aunque no se sientan independentistas. Ese 36% es el que saldrá a insultar al Tribunal Constitucional. Como siempre hicieron las mentes totalitarias.


-Si en lugar de ser el catalán hubiera sido el de otra región, ¿la polémica se habría minimizado?


-Seguramente no, porque a los demás no se les teme, a los nacionalistas catalanes sí. En cualquier caso, no es de recibo que el PP, que se opone a determinados artículos del Estatut de Cataluña, no lo ha hecho en otras comunidades. Andalucía o Valencia son dos ejemplos. Y eso desorienta y provoca más victimismo entre el catalanismo.


-¿Qué gana el PSOE y qué pierde el PP en esta guerra?


-El PSOE pierde mucho, porque Zapatero se ha empeñado hasta las cejas con la constitucionalidad del Estatut. Y el PP podría ganar mucho, pero como es tan pusilámine, acabará pidiendo perdón en Cataluña por haber presentado el recurso de inconstitucionalidad. La inconsistencia de este PP es patética. Quienes perderán serán los ciudadanos de Cataluña si este Estatut sale adelante con los parabienes del Constitucional. Entonces ya podemos empezar a hacer las maletas quienes vivimos aquí. Si sin el amparo de la ley han abusado y excluido, con la ley de su parte, nos convertirán en ciudadanos de segunda. España seguirá llamándose España, pero los derechos de los españoles ya no serán los mismos según en qué lugar del territorio nacional se viva.


«A la política hay que llegar con la personalidad conformada y la vida resuelta»


-¿Los intereses puramente políticos condenan de alguna forma al fracaso a movimientos ciudadanos que tratan de acceder a las instituciones?

-Hoy hay muchos arribistas que llegan a la política para vivir de ella. A ella hay que venir con la personalidad conformada, con la vida resuelta para poder ofrecer ayuda y compromiso. Malo cuando a ella se acercan personas sin oficio ni beneficio, sin formación y sin una personalidad completada. La corrupción es la consecuencia. Algo a lo que no nos tenemos que acostumbrar. La política merece la pena, los políticos corruptos, no. Lo primero que ha de hacer un responsable político es ser el primero en perseguir a los compañeros corruptos dentro del propio partido, en vez de justificarlos, esconderlos o disculparlos con las corrupciones del partido contrario.

-¿Qué diferencia al Antonio Robles de antes de las elecciones de 2006 al que acaba de retomar su labor docente como profesor de Filosofía?

-Ninguna. Soy el mismo, con un poco más de experiencia y con las mismas ganas de combatir al nacionalismo soberanista obsesionado por ridiculizar la cultura española y desmembrar el Estado.

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