Qué hacer ante un gobierno ilegítimo
30 de Diciembre de 2009 - 08:18:20 - Pío Moa
Depende. Si usted no cree en la democracia, no le queda otra que plantearse un golpe militar o algo por el estilo. Lo que pasa es que usted, a pesar de todas sus construcciones mentales contra la democracia, siente de modo confuso que un régimen del estilo que pretende, aun si triunfara en un primer momento, caería pronto y probablemente daría lugar a las peores consecuencias, como la disgregación definitiva de España. Además, sabe que el golpe no es viable por esto: un almirante que debía ocupar un puerto enemigo se volvió sin hacer nada y expuso a sus colegas un montón de razones que volvían imposible la empresa, que si la orografía del lugar, que si el calado, que si el combustible, que si las distancias, las defensas del puerto, etc. Al final, otro marino le observó: "Pero usted ha olvidado una razón importante" "¿Cuál?" "Que usted no se sentía capaz de intentarlo". Pues eso.
Además, los antidemócratas miran con nostalgia al franquismo, lo creen repetible (¿por qué no iba a hacer Dios el milagro, ya que ellos no se sienten capaces de intentarlo?) y extraen de él lecciones falsas. El franquismo surgió de la destrucción --por la izquierda y los separatismos-- de la democracia republicana, o de lo que la república tenía de democrática; y tras la convulsión del 31 al 36 prácticamente dejó de haber demócratas en España. El régimen no tuvo enemigo democrático interno, y se mantuvo porque Franco fue capaz, y solo él fue capaz, de tener bajo la rienda a las tradicionalmente díscolas "familias" (es decir, partidos) del régimen, que de otro modo se habrían bastado y sobrado para echar abajo los muchos logros positivos del franquismo. Esas condiciones no se dan hoy ni remotamente. Algunos de ustedes tienden a creer, en fin, que el catolicismo es una doctrina política interpretable a su gusto. Usted olvida, en suma, que las difíciles circunstancias actuales son recientes, y que gentes como las del gobierno empezaron en situación de inferioridad y se han hecho hegemónicas gracias a su trabajo empeñado y habilidad para explotar los errores e inepcias de ustedes.
Si usted cree en la democracia, la solución está en la articulación de lo que Alcaraz llama "rebelión cívica", que debe recurrir a la opinión pública. Si el gobierno actual es ilegítimo se debe precisamente a que va contra España y contra la democracia. Pero esta, aunque muy dañada, subsiste. A usted no le meten todavía en la cárcel por opinar (aunque ya hay amagos de ello, como he podido comprobar en mi caso) o por crear una asociación con fines determinados, o un medio de comunicación público, o por convocar una manifestación o por manifestarse o por denunciar la ilegitimidad del gobierno, etc. Que ello sigue siendo posible lo demuestra bien el caso de Es-radio o de Libertad Digital, que, contra todo y contra todos, se han abierto un espacio en crecimiento. O lo demuestran diversas asociaciones como Galicia Bilingüe, que realizan un buen trabajo con medios casi insignificantes. Lo que ocurre es que estos movimientos debieran crecer como manchas de aceite y hacerse más amplios, numerosos y fuertes. Y eso es un trabajo que requiere algo más que lamentaciones y la búsqueda de razones para no hacer nada práctico.
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