Dos libros para comprender la crisis actual
Los libros de Enrique de Diego “Crisis Planetaria” (103 páginas) y “Mileuristas: los nuevos pobres” (78 páginas), ambos publicados por la editorial Rambla media, son dos textos cortos que se dejan leer con facilidad. “Crisis Planetaria” plantea la tesis central de que nos hallamos ante una crisis de modelo, causada por las ineficiencias generadas por el excesivo peso del sector estatal y paraestatal, incluyendo en éste último a todos aquellos que viven de la subvención pública. Según el autor, para salir de la crisis sería necesaria una importante liberalización, con el consiguiente desmantelamiento de muchas estructuras y esquemas estatales.
Dos libros para comprender la crisis actual
Los libros de Enrique de Diego “Crisis Planetaria” (103 páginas) y “Mileuristas: los nuevos pobres” (78 páginas), ambos publicados por la editorial Rambla media, son dos textos cortos que se dejan leer con facilidad.
“Crisis Planetaria” plantea la tesis central de que nos hallamos ante una crisis de modelo, causada por las ineficiencias generadas por el excesivo peso del sector estatal y paraestatal, incluyendo en éste último a todos aquellos que viven de la subvención pública. Según el autor, para salir de la crisis sería necesaria una importante liberalización, con el consiguiente desmantelamiento de muchas estructuras y esquemas estatales.
Para De Diego, el sistema vigente en España se caracteriza por una hipertrofia del Estado, reflejada por una gigantesca inflación de cargos políticos si se suman los correspondientes a la Administración Central, Autonómica, Provincial y Municipal. Son miles de cargos, cada uno de ellos con una corte de asesores. Y también por el descomunal crecimiento de grupos que, envueltos en una coartada supuestamente moral y caritativa, se afanan en vivir del presupuesto, es decir, a costa de los demás. Es lo que el autor llama el “pilla pilla presupuestario”, fenómeno en el que los términos del lenguaje se trastocan: el que pretendidamente desea hacer una obra generosa cobra dinero en lugar de darlo. De este modo, legiones de personas viven a costa de los sectores activos de la sociedad, de aquellos que pagan los impuestos, que el autor denomina las “clases medias”.
Resulta también interesante en el libro la reflexión acerca del proceso que ha llevado a donde nos encontramos. De Diego plantea el origen en la caída del muro de Berlín con la conversión de los antiguos marxistas en funcionarios de la mente. Aprovechando el dominio izquierdista en sectores clave como las universidades, los medios de comunicación, el arte, la cultura y el cine, la estrategia consistió en “regar” con millonarias subvenciones a estos grupos con el fin de que difundiesen en la sociedad unas ideas falsas que justificasen el mantenimiento de la casta política y la expoliación de las clases medias. Entre estas ideas cabe destacar lo que llamaríamos a) la “cultura de lo gratis” o creencia de que el Estado proporciona servicios gratuitos (cuando esto no existe pues todo lo paga el contribuyente), b) la palabrería de lo “social y la solidaridad”, que en realidad no es más que una coacción al que debe pagarlo todo o c) la identificación del Estado con los valores de la generosidad (cuando, en gran medida, constituye una suerte de latrocinio).
Para lograr su propósito, los gobiernos buscan unos “grupos mascota” y los subvencionan a cambio de apoyo, en una política claramente clientelista. Entre estos grupos cabría citar a feministas, ecologistas, grupos de gays militantes y, sobre todo, islamistas con los que, según De Diego, los progres coinciden en muchos aspectos de su ideología: el rechazo a la libertad y la responsabilidad individual, la mentalidad tribal y colectivista así como su oposición al capitalismo y a la cultura occidental.
Finalmente, el sistema acaba con las energías vitales del sector activo e innovador (las clases medias) y sobreviene una profunda crisis sin salida. Para el autor, la única solución consiste en desmantelar una buena parte del sector estatal, acabar con las subvenciones y establecer mecanismos que incrementen la capacidad de decisión individual como el cheque escolar o las pensiones de capitalización. Pero existe el peligro de que, ante la crisis, los ciudadanos se vuelvan asustados hacia el Estado y reclamen más protección exigiendo soluciones que ya no son posibles desde un esquema estatalista y que tenderían a agravar todavía más la crisis. Se hace por ello necesaria una mayor autoconciencia de las clases medias y una rebelión cívica que recupere los valore de libertad individual, responsabilidad, mérito y esfuerzo.
En “Mileuristas”, De Diego plantea la tragedia de toda una generación de jóvenes, la más preparada de la historia, con un nivel educativo que sus padres habían deseado para sí pero a) con unos salarios que rozan los 1000 euros y que resultan muy bajos para el nivel educativo alcanzado, b) con una gran falta de expectativas de futuro y c) sin posibilidades de ascenso en la escala social. Son personas que proceden de la clase media pero están en riesgo de dejar de serlo: no se emancipan, no procrean no son capaces de establecer una familia.
Estas personas tuvieron una infancia feliz y una juventud cómoda pero, según el autor, cayeron en la trampa de un sistema educativo en el que no se destacaron los valores del mérito y el esfuerzo. Un sistema educativo caracterizado por a) la demolición del bachillerato, b) la masificación de la universidad con la consecuente devaluación de los títulos y c) una escuela que educa en la adoración al Estado y no fomenta la iniciativa, el riesgo ni el esfuerzo.
Las consideraciones de De Diego por esta generación no pueden ser más pesimistas: “Hurtados los elementos de análisis para comprender su situación, anestesiado el espíritu crítico por una red de sentimentalismos evanescentes ecopacifistas, lo enervante de esta generación es su conformismo”. Y es que esta generación no puede salvarse sin un cambio radical del sistema.
“Crisis planetaria” y “Mileuristas”, dos libros para comprender la crisis actual.
Juan Manuel Blanco
Máster en Economía por la London School of Economics
Profesor titular de la Universidad de Valencia
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