lunes, 16 de abril de 2012

CARO, CARÍSIMO.












EL ESTADO ES MUY CARO.


Más de 200.000 millones de euros al año. Eso es ya lo que cuesta sostener la estructura pública de España: administración central, administraciones autonómicas y corporaciones locales —ayuntamientos, diputaciones y cabildos o consejos insulares— y la larga lista de empresas públicas, organismos y entidades ligados a todas ellas.

Son más de 200.000 millones que se van exclusivamente en cubrir los gastos fijos de una estructura que suma más de tres millones de empleados públicos entre todas las administraciones y sus organismos y empresas públicas. En mantener la extensa maquinaria de su sector público, a España se le va en estos momentos casi la cuarta parte de todo su Producto Interior Bruto (PIB). 


Solo para pagar las nóminas de los empleados públicos, este año España se gastará alrededor de 100.000 millones de euros. La cifra no solo incluye funcionarios, sino también la larga lista de cargos políticos y asesores, interinos y contratados en el extenso entramado de empresas y organismos públicos. El grueso de todo ese gasto en sueldos corresponde a las autonomías —unos 60.000 millones de euros—, que ya suman casi dos millones de trabajadores en nómina y cuyas plantillas han seguido creciendo en estos años de crisis económica, mientras la Administración del Estado ha reducido la suya.

Y esto es solo una parte de lo que cuesta sostener toda la estructura del sector público español, la maquinaria de la administración central, las autonómicas, las diputaciones provinciales, los ayuntamientos y los consejos o cabildos insulares. Y en Aragón, además, sus 32 gobiernos comarcales.

Gastos ordinarios

35.000 millones
A los costes de personal hay que sumar lo que en los presupuestos de las administraciones se denomina «gasto corriente». Son los gastos ordinarios de funcionamiento, como luz, combustible para sus instalaciones, suministros... Sumará este año no menos de 35.000 millones de euros, según los presupuestos consolidados de las comunidades autónomas y del Estado para 2012 analizados por ABC. 

Y a lo anterior hay que añadir otro gasto fijo: el coste de la deuda, lo que el sector público tiene que dedicar a pagar amortizaciones e intereses por los préstamos y los títulos de deuda pública con los que se ha ido cargando para cuadrar sus cuentas.

En total, entre estos tres conceptos —personal, gasto corriente y coste de la deuda—, el conjunto del sector público español tendrá que gastarse este año, por tanto, más de 200.000 millones de euros. Y el grueso de esta cantidad se concentra en las autonomías, cuyos gastos de estructura son muy superiores a los del Estado.

De hecho, la progresiva escalada del gasto público de las comunidades autónomas ha sido superior a lo que se ha ido reduciendo en la Administración del Estado. Es el desajuste económico que ha quedado conforme se ha ido completando el traspaso de competencias y la consolidación del Estado autonómico.

Autonomías

El 60%, gasto estructural
En estos momentos, los gastos de estructura de las autonomías ya suponen, de media, casi el 60 por ciento de todo el presupuesto que manejan. Es decir, desde el 1 de enero de cada año, ya tienen hipotecados seis de cada diez euros para pagar nóminas, gastos de funcionamiento y coste de su deuda acumulada

Y como los gastos superan a los ingresos, han tenido que ir recurriendo cada vez a más endeudamiento. Este año, a falta de la cifra exacta que marquen los presupuestos que presenten Castilla-La Mancha y Castilla y León, las autonomías gastarán más de 100.000 millones de euros en personal, gasto corriente y pagos por su abultada deuda financiera.

Empleados autonómicos

60.000 millones
Solo en personal ya se les va la tercera parte de todo su presupuesto. A algunas, bastante más. Cataluña es proporcionalmente la que tiene menor gasto de personal, un 26 por ciento de su presupuesto. Eso sí, también es, con mucho, la que acumula un mayor endeudamiento. 


La que más tiene que dedicar a pagar nóminas es la región de Murcia: el 42 por ciento de su presupuesto para este año entre empleados de su Administración, de organismos autónomos y de empresas públicas —la suma de estas tres partes es el presupuesto consolidado—. De los 2.146 millones de euros que gastará en personal, 1.021 corresponden a sueldos de empresas públicas. 


Otras comunidades tienen gastos de personal que se aproximan a la cifra del 40 por ciento de su presupuesto total. Es el caso de Extremadura, Aragón, Canarias y la Comunidad Valenciana.
Aunque se han ajustado algunas partidas de los presupuestos autonómicos para este año, la realidad es que los gastos de personal, si bajan, lo hacen mucho menos que sus presupuestos totales.


 De hecho, hay comunidades que este año no han recortado su presupuesto y que incluso gastarán más que el año pasado. Los ajustes se han cebado con otras partidas más «flexibles», como las inversiones, que llevan años desplomándose en las cuentas del sector público español. Y este año vuelven a caer
(ABC/Roberto Pérez)

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Ya sabemos que no se puede prescindir del Estado. La cuestión es otra. ¿Qué tipo de Estado es conveniente para cubrir lo que hemos decidido que queremos cubrir? Y una vez que hemos decidido cuáles son nuestras prioridades y necesidades, ¿podemos pagarlo? ¿es viable con un gasato equis?

Estas cuestiones son fundamentales para la supervivencia de un Estado del Bienestar realista. Necesitamos, no solamente una clase política mínimamente competente y responsable, sino unos ciudadanos suficientemente maduros para no dejarse adormecer por cantos de sirena. Tipo: '¡¡¡Nosotros os daremos más derechos!!!

Ya no se puede ser tan gilipollas. Lo que necesitamos es un debate serio y público acerca de estas cuestiones.

Recordemos que la democracia no puede tener mejor calidad que la que tengan sus ciudadanos. El compromiso democrático y la madurez política de estos últimos es la clave. Con estos ciudadanos, los políticos incompetentes e irresponsables lo tendrían mucho más difícil.


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