LA ENFERMEDAD IDENTITARIA. CAT
¡¡Visca Catalunya Lliure!! Y el que disiente de la 'versión oficial' es un mal catalán, o un españolista de mierda. Tan fanatizados están, que ni siquiera perciben sus pestilentes aromas identitarios. ¡Qué lástima!).
LA
ENFERMEDAD IDENTITARIA. CAT
No es la primera vez que
ocurre, pero en este caso el nacionalismo catalán ha dado una de las mayores
vueltas de tuerca a su particular interpretación de la historia. En una
página web turística vinculada a la Generalitat (cataloniatours.cat),
se difunden ante todo el mundo varias rutas turísticas ligadas al pasado de esa
región. Y una de ellas se basa en la «casa real catalana». Hasta ahora solía hablar de la «Corona
catalano-aragonesa», un concepto que historiadores e instituciones aragonesas
han insistido desde hace años en denunciar como una falsedad histórica.
Ahora da un paso más y la
Generalitat habla abiertamente de la «casa real catalana» y llega a obviar por completo el nombre de Aragón. Así
lo hace cuando, en esta web, al referirse a finales del siglo XV apunta que «es
en aquella época esplendorosa que nace la concepción de la nación catalana
como una unidad territorial y lingüística, entre países hermanos y de igual a
igual, que reúne el Principado de Andorra, el Principado de Cataluña, el País
Valenciano y las Islas Baleares». Ni
mención a Aragón, pese a que la realidad de aquel momento era que era actual
Cataluña era un territorio más de la Corona de Aragón, junto a lo que hoy son
la Comunidad Valenciana y Baleares.
Como ha recordado en
reiteradas ocasiones el historiador Domingo Buesa, nunca
existió un Reino de Cataluña, sino un Condado de Barcelona. Y éste
accedió a la condición de territorio real en el siglo XII, «cuando la reina
Petronila de Aragón se casó con el conde Ramón Berenguer IV de Barcelona, y el
hijo de ambos, Alfonso II, fue el primer rey de la Corona de Aragón».
En el año 2009, Cataluña provocó otra disputa
con Aragón a vueltas con la historia, cuando la
Generalitat «rebautizó» al rey Pedro III de Aragón como «Pere II» y,
de esa forma, ir construyendo su relato de la inexistente Corona catalana.
En aquel momento surgió en Aragón un amplio movimiento de contestación social y
política. El PAR acusó al nacionalismo catalán de «profanar» la historia de
Aragón y, por ende, la de España. (ABC)
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