(Cataluña hacia el abismo. No me refiero, solamente, a la ruina económica sino a algo peor, aunque algunos crean que no hay nada peor que la ruina económica. Pues sí. La ruina moral de una sociedad, o buena parte de ella.
Cuando un periodista de un periódico destacado de Cataluña puede decir este tipo de canalladas, sin que sufra el reproche generalizado, es que la enfermedad moral ha alcanzado cotas muy preocupantes.
¿Cuál será el siguiente paso? ¿Encerrar a los castellanohablantes? ¿Ponerles una estrella en el traje como hicieron los nazis con los judíos? No lo dude, cuando ya no se distingue entre el bien y el mal, todo es posible. No hay que llorar después, hay que hacer algo ahora. ¡Pobre Cataluña!)
¿Sabía usted que eso de simular atentar contra la vida del Rey y pegar tiros en la rodilla de un periodista no tiene nada de censurable?
Al contrario, ahora parece que es algo propio de un "programa excelente, transgresor, incomodo, inteligente y sensible".
Eso es al menos lo que defiende Ernest Folch en su artículo La entrega de 'Bestiari' publicado en la contrapartida de El Periódico de Cataluña.
¡Qué inteligente y sensible debe de ser el señor Folch, capaz de percibir las virtudes de uno de los capítulos más negros de las televisiones públicas de toda España! O del Estado español, no vayamos a herir sus nobles sentimientos.
(Antonio José Chinchetru/Periodista Digital)
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