(Artículo 155 de la Constitución: 'Si una Comunidad Autónoma no cumpliera las obligaciones que la Constitución u otras leyes le impongan, o actuare de forma que atente gravemente al interés general de España, el Gobierno, previo requerimiento al Presidente de la Comunidad Autónoma y, en el caaso de no ser atendido, con la aprobación por mayoría absoluta del Senado, podrá adoptar las medidas necesarias para oblgar a aquélla el cumplimiento forzoso de dichas obligaciones o para la protección del mencionado interés general.)
MAS
DEBE ACATAR , SÍ O SÍ, LA CONSTITUCIÓN
La opinión pública
está a la espera de que Mariano Rajoy se desembarace de las cautelas de Pedro
Arriola y declare públicamente que Artur Mas cumplirá, sí o sí, con lo que
exige la Constitución.
En el Título X, artículos 166-169, se permite la reforma
constitucional y que se plantee lo que Artur Mas propone. Vivimos en un país
libre, en un Estado de Derecho. Es obligado someterse a la ley que refleja la
voluntad general libremente expresada.
Lo que Artur Mas pretende debe ser aprobado por los dos
tercios del Congreso, después por los dos tercios del Senado. A
continuación se disuelvan las Cortes y se celebran elecciones generales. El
nuevo Congreso y el nuevo Senado deben aprobar otra vez y también por dos
tercios la propuesta de Mas y a continuación, referéndum nacional, porque
este es un país de hombres libres e iguales y corresponde a todos los españoles
votar si están de acuerdo o no con la secesión de una región de España.
Si Artur Mas no se pliega a lo que exige la
Constitución, entonces el Gobierno, conforme el artículo 155, deberá intervenir
Cataluña. Todo esto lo debe decir públicamente Mariano Rajoy, no un
periodista.
La persona que ha proclamado que convocará, sí o sí,
un referéndum no es un dependiente de El Corte Inglés ni un comentarista
provocador. Es el presidente de una Comunidad Autónoma de especial relieve. Y Mariano Rajoy no puede continuar
agazapado en su madriguera monclovíta. Tiene que salir de ella y aclarar las
cosas ante una opinión pública cada día más atónita.
(Luis Maria
Ansón/El Imparcial)
No hay comentarios:
Publicar un comentario