España
Los cronistas catalanes se muestran españoles más allá de la geografía.
Día 20/04/2014 - (ABC)
La vocación hispánica de la Cataluña medieval
La búsqueda de los orígenes
nacionales como justificación del nacionalismo entendido como ideología y
proyectos políticos ha sido un común denominador del nacionalismo catalán en
sus diferentes fases. Si en el siglo XIX el objeto no era poner en duda la
«nación española» sino afirmar la pluralidad «sociológica y étnica» de España, en
el siglo XX esta historiografía de corte romántico pretende poner las bases de
la negación de España como nación, limitando su existencia histórica y
contraponiéndola a una historia e identidad catalana que la precedía en el
tiempo.
Así, parte de los esfuerzos de la historiografía
romántica nacionalista ha sido justificar la escasa
tradición de España, que tendría, a lo sumo, doscientos o trescientos años
de historia, contraponiéndola a la existencia de una Cataluña más que milenaria.
Estos esfuerzos por
crear una identidad catalana ancestral en contraposición a una identidad
española moderna e impuesta por las armas, no sólo traiciona el legado
científico de Vicens Vives, que acusaba a estos historiadores de «manipular la
realidad histórica», como apunta Aurell, sino que va en contra de la propia
evidencia científica.
¿Cómo explicar si no el fervor
hispánico de los autores catalanes de la propia Edad Media? Un fervor que aparece reflejado en la mayoría de
cronistas catalanes que expresan un sentimiento hispánico que va más allá de
conceptos meramente geográficos.
Y es que al contrario de lo que afirman algunos historiadores
nacionalistas, sobre el significado puramente geográfico de la palabra España,
lo cierto es que los escritores medievales no hacen otra cosa que reforzar el discurso hispanista de los
autores godos, rememorando la
unidad perdida por la invasión árabe y considerándose a sí mismo como naturales
de España, aunque sirviendo a diversos reyes.
Conciencia de pertenencia
Siguiendo la magnífica obra de Luis
González Antón, «España o las Españas», las crónicas de esta época, centradas
muchas de ellas en un reino o, incluso, en un monarca, enmarcan siempre sus
historias en las «ystories d’Espanya, les conquestes d’Espanya, los pobladors
d’Espanya o los reyes de Espanna». De esta forma, conviven en una misma crónica
la conciencia de pertenecer a una unidad política mucho más amplia que la
delimitada por el monarca.
Esta unidad surge de la convicción del pasado común godo de
todas las tierras de España. La
historiografía nacionalista, ha querido ver en la Marca Hispánica y su relación
con los francos como un hecho diferencial de Cataluña dentro de España. Una
Cataluña que miraría a Europa desde la Edad Media en comparación a una
Castilla encerrada al sur de los Pirineos.
Nada más lejos de la realidad. Los cronistas medievales son conscientes de sus
raíces góticas comunes con los demás reinos y así lo expresan. Si Ramón
Berenguer I se atribuye la autoridad de la legitimidad goda a la hora de
redactar leyes y fueros, cronistas posteriores como Carbonell hacen referencia
a la «Hespanya Gothica», o un Mieres que reafirma el origen godo de catalanes y
aragoneses.
Respecto a Ramón Berenguer I cabe
recordar que el jurista Socarrats señala como este conde «que dio los Usatges,
se tituló dominador de España», mientras que Ramon Berenguer III en el Liber
Feudorum Major se titula «Marqués de Barcelona y las Españas».
El godo Guifré el Pilós
Es más, la propia creación de
Guifré el Pilós como mito fundador de Cataluña tiene connotaciones godas. Así, Pere Antoni Beuter hablará de él como «natural español»
y Francesc Calça y Francesc Diago lo llamarán godo.
España como realidad política es común en todas las crónicas
catalanas de la Edad Media. Así se
aprecia en los Gesta Comitum Barcinonensium, en el Recort de Gabriel Turell o
en el Libre de feyts d’armes de Catalunya, del falso Bernat Boades. Como explica Luis Suárez, en la España medieval existía una «conciencia
de unidad. Los reyes de España compartían un principio de
legitimidad que los hacía solidarios. De ahí que interviniesen constantemente
unos en los asuntos de otros».
Así, Turell escribe: «tanta bella obra como se muestra en Spanya», el
falso Boadas hace un cántico a España al afirmar «la princessa de totes les
provincies, que be.n és Spanya per la sua gran riqueza, e bellea e noblea, e
per la bellicorositat dels seus naturals, ente totes les del món».
Es más, el falso Boadas clarifica de manera nítida lo que entiende por
España y lo que entiende por Cataluña al afirmar: «Cuando vinieron (los cartagineses) a España, toda la
tierra estaba divida en muchas y diversas regiones… y en esta parte que hoy
llamamos Cataluña, estaban los ilergaones».
(ABC)
No hay comentarios:
Publicar un comentario