(La leyenda negra es 'un invento contra España'.
Es comprensible que los palurdos separatistas, antiespañoles de toda laya e ignorantes sin distinción de sexo y condición, babeen cuando les hablan de la leyenda negra. No dan para más. Su odio pone el resto. Están dispuestos a creer cualquier maldad, siempre que sea española.
Pero es muy triste que haya españoles que siguen, como ovejas, la propaganda progre antiespañola. Porque no son solamente los palurdos separatistas los que odian y desprecian a España.
Una vez más, lea 'La izquierda y la nación. Una traición políticamente correcta' de César Alonso de los Rios, y verá lo miserable que ha sido la izquierda, supuestamente española. Y comprenderá lo miserable que sigue siendo con la nación española. 'De aquellos barros vienen estos lodos'.)
LA
LEYENDA NEGRA.
El historiador y divulgador Luis
Español acaba de publicar una edición crítica y comentada de un libro que
acaba de cumplir cien años pero está de enorme actualidad: «La
leyenda negra de España», de Julián Juderías (Esfera de los libros). El
gran traductor e historiador que tanta influencia tuvo en figuras como Ramiro
de Maeztu y José María de Areilza, publicó en 1914 en cinco entregas su
obra más famosa: «La leyenda negra y la verdad
histórica».
abc
Portada del
libro
Apareció en la publicación «La Ilustración
Española y Americana». En 1917 publicaría una segunda edición, considerada
definitiva. En esta obra denuncia, como nunca antes se había hecho, el éxito que han tenido
históricamente las manipulaciones y falsificaciones de los enemigos seculares
que nuestra nación tuvo.
Hechos como la represión en los Países
Bajos, la Inquisición e incluso las denuncias de Fray Bartolomé de las
Casas encontraron un eco propagandístico entusiástico que terminó
achacando a los españoles una querencia congénita a la crueldad, el fanatismo,
y la intolerancia.
josé maría de
pablo
El historiador
Luis Español
Hoy que tratamos de hablar de la
Marca España como algo positivo, conviene recordar que La Leyenda Negra es, además de
una falsedad, una corriente de opinión que tiene incluso éxito en la actualidad, como veremos. Luis Español ha preparado la edición
de este libro que conmemora el centenario de tanta lucidez.
- Qué tiene, en su opinión, de
actualidad el libro de Juderías?
«Es el primer estudio sobre la imagen de una nación que se escribió»
-Es una
reflexión sobre el ser y el devenir de España, y eso en el momento actual es
particularmente valioso si consideramos que hace unos días 47 diputados
consideraron asumible la idea de despedazar España y los argumentos de quienes
les hicieron frente se limitaron a invocar el texto de la Constitución vigente
en lugar de hablar de dos mil años de Historia, de los siglos de unificación,
de los lazos en común que nos unen desde tiempos de Maricastaña...
Así que además
de actual, el libro de Juderías resulta especialmente oportuno, incluso
necesario. Ese ensayo no perderá nunca actualidad. Sus planteamientos fueron
revolucionarios, porque trataba de la imagen, en concreto de la imagen de una
nación. Dígame si podría entenderse la historia del siglo XX o del tercer
milenio sin apelar a la omnipresencia de la imagen, a la valoración de la
imagen. Pues el primer estudio sobre la imagen, en concreto la imagen de una
nación y de un pueblo, no lo escribió un sabio extranjero sino un español,
madrileño para más señas, llamado Julián Juderías, el primero en llamar la
atención sobre el mensaje y no tanto sobre el mensajero…
-Usted es el biógrafo del autor:
¿por qué se embarca Juderías en esa obra, en su momento?
«Juderías era experto en la Edad Moderna y le sobraba material»
La razón más
obvia es que se presentó a un concurso que convocó La Ilustración Española y
Americana, la gran revista de la restauración, en junio de 1913. Las condiciones del concurso imponían
la óptica de los trabajos, había que presentar un «Estudio histórico,
documentado, de asunto español o hispanoamericano, que descubra, analice o
esclarezca alguna gloria o merecimiento de España o refute y destruya algún
error extendido contra ella.» Juderías ganó el concurso y la revista publicó la
obra por entregas a principios de 1914.
Pero es que además Juderías llevaba
toda la vida preparándose para ese libro. Sus primeras obras pretendían dar a
conocer la realidad contemporánea de Rusia, más allá de los clichés. Su
preocupación por las leyendas negras, por la propaganda negativa en general, es
anterior a su monumental estudio. En
artículos anteriores Juderías ya había apuntado absurdos prejuicios contra
España y los españoles. Por eso pudo escribir su libro en menos de tres meses:
le sobraba el material. Además era un experto de la Era Moderna periodo
en que se difunde la Imprenta y surge la propaganda contra una España
convertida en potencia global y en campeona del catolicismo.
-¿Cómo percibe Juderías la
interiorización de la leyenda negra entre los españoles de su época?
«Para él era deplorable y desmoralizador que los españoles creyesen la leyenda»
-Como una
catástrofe. De las cinco partes en que se divide su obra, dedica una por entero
a la influencia que ha ejercido la Leyenda Negra sobre el espíritu de los
españoles. Con ejemplos concretos. Sus términos literales son «deplorable» y
«desmoralizadora». La consecuencia es el papanatismo que lleva «al desprecio de
lo propio y a la admiración irreflexiva de lo ajeno» por usar, de nuevo, sus
propias palabras. Juderías fue el primero en comprender la
importancia de la autoestima y el derecho a la propia imagen.
Al principio
de su obra, nos dice que las naciones son como individuos, que viven de su
reputación y al final concluye con una pregunta: si se respeta la honra de los
individuos, ¿por qué no se ha de respetar la de los pueblos? Esta preocupación
de Juderías es muy interesante, porque hay otros ejemplos más cercanos en el
tiempo que reflejan esa misma inquietud, y no sólo españoles. Por ejemplo, Nelson Mandela creía, y así lo repite
varias veces en sus memorias, que el mayor enemigo para el progreso de los
negros era la rémora de una visión negativa de la negritud, interiorizada por
los propios negros…
-¿Cree que hemos mejorado en eso
en los últimos cien años?
«La percepción es mucho mejor que hace cien años, gracias a Juderías»
-Sin
duda. Y en gran parte gracias a la obra de Juderías, que divulgó la idea de que
las estupideces que se contaban acerca de los españoles eran pura leyenda,
propaganda negativa sistemática y contumaz a la que, por tanto, no había que
conceder el menor crédito.
Por otra parte dos Guerras Mundiales han ilustrado la sentencia de Romain Gary
«el patriotismo es el amor de lo propio y el nacionalismo el odio de lo ajeno».
Europa se ha vacunado contra el nacionalismo, contra el odio. En cambio el amor
no es algo exclusivo, puedes ser, a la vez, un patriota español, un patriota
europeo y un patriota de la humanidad, porque lo único que haces es ampliar el
concepto de «lo propio». Gracias al proceso de
unificación, al turismo y a las becas Erasmus, muchos estereotipos han perdido
fuerza, en Europa.
Curiosamente, el país en que peor se valora España y lo
español, hoy por hoy, es la propia España y por dos motivos: el cataclismo educativo y el afán de
los palurdos separatistas y localistas por reescribir la Historia en función de
sus ridículas tesis, que ha supuesto una reactivación para consumo propio de la
propaganda antiespañola.
-¿Por qué recomienda que leamos
esta obra?
«Es un texto reconfortante porque nos reconcilia con nuestra propia historia»
-Porque nos
informa, nos reconforta y nos desafía. Nos proporciona muchísimos datos
concretos, perfectamente hilvanados. Te la puedes leer de un tirón, pero además
tiene una estructura diáfana y eso te permite buscar los epígrafes y capítulos
que más te interesan. El texto es muy entretenido y con ese sentido de la
ironía que caracterizaba a don Julián.
Es un texto reconfortante porque te
reconcilia con tu propia historia y te presenta un pasado interesante que te
obliga a hacerte preguntas acerca del valor de las naciones, de en qué
consiste, realmente, el progreso, ¡te hace pensar! Sobre todo, es un desafío,
un envite que nos lanza Juderías desde la sepultura: tenemos que estar a la
altura de nuestra Historia, de nuestros mayores y de nuestros niños. No se trata de
desarrollar un absurdo orgullo nacional sino de inocularnos anticuerpos contra
la propaganda antiespañola.
-¿Cómo debemos defendernos de
falsedades históricas en un país tan acostumbrado a versiones manipuladas de
nuestro pasado?
«Las leyendas negras no son inocuas»
-Debemos defendernos
porque las leyendas negras, en general y nuestra Leyenda Negra —la
antiespañola, la que hay que escribir con mayúsculas— no son inocuas; persiguen
un fin: desprestigiar.
Y cuando desprestigias a alguien luego puedes hacerle de todo: robarle,
esclavizarlo, matarlo… La Leyenda Negra permitió que los rivales de España le
disputaran cualquier derecho y sigue
debilitando a los españoles en la jungla de las relaciones internacionales
igual que la leyenda negra antijudía facilitó el saqueo de los bienes de los
judíos y el Holocausto.
No nos podemos permitir el lujo de dejarnos calumniar. Hemos
podido comprobar con motivo del caso Odyssey, de la guerra del fletán o de las
crisis provocadas regularmente por los británicos en Gibraltar lo fácil que
resulta resucitar la Leyenda Negra para quitarnos algo. Toda defensa tiene una parte práctica y
otra argumental. La
parte práctica consiste en fomentar el patriotismo inteligente que modifique de
forma constante y positiva nuestra realidad, que es el mejor de los argumentos
y el más eficaz de los desmentidos.
Hacer patria consiste en trabajar, criar
niños, quererlos y educarlos, pagar los impuestos que te tocan, servir tu
comunidad, poner lo mejor de ti mismo al servicio del bien común. Por otra
parte está la defensa argumental. Eso lo hizo Juderías, cincelando una joya tan
documentada y sensata como La Leyenda Negra. Ahora el desafío lo ha recogido
una nueva generación de productores españoles como los de la serie Isabel que ha
hecho mucho para acercar al gran público los envites de aquella época y sus
protagonistas.
-¿Qué cosas o hechos de la
historia España le gustan más y han quedado ocultas por la leyenda negra?
«La leyenda negra ha ninguneado el Descubrimiento, un momento clave de la humanidad»
-En términos de
civilización, hay dos características españolas que me parecen fascinantes. La
primera es una sorprendente capacidad para recuperarse: en el momento en
que todo parece perdido, hundido y deprimido, cambian las tornas y volvemos a
galopar. La Leyenda Negra, que nos presenta como condenados a la Decadencia no
puede aceptar esa realidad, así que la oculta. La segunda característica notable de los españoles es su capacidad para
hibridarse, que se traduce en el mestizaje. La Leyenda Negra ha ninguneado
un momento clave de la Historia universal como el Descubrimiento, limitándose a
satanizar la Conquista.
La Conquista fue sin duda una hazaña
extraordinaria, pero el Descubrimiento de América, del Pacífico y Filipinas es
mucho más interesante, porque es algo personal y mutuo, algo tan íntimo como el
encuentro, hace cinco siglos, de un español y una india que se aman, y entre
besos y caricias engendran la Raza Cósmica que imaginó Vasconcelos. Ese
proceso, descubrir al Otro y fundirse en él prosigue en la actualidad.
Ahora en Madrid tenemos naturales de nuestra América que han abierto
restaurantes que ofrecen arepas, sancochos o cebiches y tiendas en que puedes
comprar panelas de azúcar, plátano macho, yuca o distintos tipos de maíz, que
antes, aquí, no consumíamos. Piense en el más ilustre de nuestros
conquistadores, nuestro último premio Nobel, que nació en Arequipa…
El caso Odyssey y la leyenda negra
Según afirma
Luis Español en el prólogo del libro de Julián Juderías, «ejemplos actuales de las consecuencias de la Leyenda Negra
son los viejos resortes antiespañoles y por ende anticatólicos de la prensa
británica y norteamericana. La prensa británica se puso del lado de Canadá durante la llamada
guerra del fletán, y salieron a relucir todos los estereotipos negativos
habituales.»
»En medios como el Financial Times se utiliza desde
2008 el desagradable acrónimo PIGS —que literalmente significa “cerdos”— para
designar por sus iniciales inglesas a Portugal, Italia, Grecia y España.»
»Otro ejemplo se puso de manifiesto con ocasión del
caso Odyssey. Habiendo
saqueado el pecio de La Mercedes —hundido en 1804 tras un ataque británico en
tiempos de paz— la empresa Odyssey trasladó su botín a los EE.UU. A raíz de las
primeras protestas españolas, el New York Times publicó un artículo en la
sección “dealbook” del periódico sospechosamente favorable a Odyssey en que se
afirmaba que las monedas pertenecían a los incas y a los aztecas puesto que
eran la consecuencia directa de las rapiñas de los conquistadores. De paso se
descalificaba a las víctimas de la matanza de la Mercedes llamándolas
“piratas”.»
»Las monedas
codiciadas por Odyssey tenían un origen mucho menos trágico: en su mayoría eran
la renta del correo del Perú.»
»Estos sencillos ejemplos
demuestran lo inspirado que estuvo Juderías al asumir que los prejuicios
antiespañoles eran algo vivo y perenne, algo que influye en lo presente, que
perpetúa la acción de los muertos sobre los vivos.»
(ABC)
No hay comentarios:
Publicar un comentario