(Además del odio enfermizo contra el Partido Popular, además de su rendición suicida a 'Podemos', ahora presumen de desaparecer voluntariamente de Cataluña.
No será del único lugar.Tanta idiotez sólo se explica por su profundo fanatismo.
Tal vez no se han enterado de que el PSC es nacionalista. Numeritos mitineros aparte. Peor, no quieren enterarse.)
EL PSOE SE SUICIDA.
Para explicar la reforma federal que promueve su partido,
Rubalcaba presume de que "el PSOE no existe en Cataluña".
"Esto probablemente no lo habría dicho hace un
año cuando era el secretario general del PSOE, pero el PSOE hizo una
apuesta estratégica en Cataluña que es no existir.
Esto significa algo
en relación a cómo concibe el PSOE Cataluña", señala.
(Crónica Global)
El candidato socialista al
ayuntamiento de Valencia ha hecho público su apoyo al portavoz de Compromís
para convertirlo en el nuevo alcalde de la capital del Turia, en un acuerdo al
que se sumará Valencia en Común, la plataforma electoral impulsada por Podemos.
Gracias al PSOE, Valencia tendrá un alcalde perteneciente a un partido que promueve la expansión territorial del nacionalismo catalán y defiende la existencia de lo que los separatistas, en pleno delirio, han dado en llamar los Países Catalanes, ente ficticio en el que incluyen también a las Islas Baleares. Los diez concejales de Rita Barberá, ganadora de las elecciones, no bastarán para renovar su mandato -ni siquiera con ayuda de Ciudadanos-, ante esta unión de pancatalanistas (9 concejales), socialistas (5) y populistas de extrema izquierda (3), que en total suman exactamente la mayoría absoluta.
Todavía más significativo es lo sucedido en Badalona, donde la colaboración del PSC ha sido clave para un Gobierno municipal que estará encabezado por la coalición radical Ganemos Badalona, ahormada en torno a Podemos a imagen y semejanza de la plataforma de Ada Colau en la ciudad de Barcelona. En el ayuntamiento de la tercera localidad de Cataluña por población, hasta ahora presidido por el popular Xavier Albiol, será necesaria la unión de la franquicia de Podemos, PSC, ERC y la filial de Izquierda Unida para desbancar al PP, claro ganador de las elecciones con el doble de concejales que el segundo partido más votado.
En ambos casos se demuestra bien a las claras qué es lo que Pedro Sánchez y su equipo entienden por "centralidad, estabilidad y responsabilidad", las tres virtudes que, según el secretario de Organización de los socialistas, Cesar Luena, definen a su partido en esta hora en la han de tomarse importantes decisiones para el futuro de España.
Ha bastado que surja la posibilidad de volver al poder en algunas de las taifas más tiempo ocupadas por su rival político, para que los barones regionales socialistas se hayan echado en brazos de las formaciones más radicales de la izquierda y el separatismo, sin excluir casos realmente grotescos como los pancatalanistas valencianos de Compromís. Todo con el apoyo explícito de Pedro Sánchez, un personaje sin autoridad sometido al capricho de los mandamases territoriales de su partido, y dispuesto a cualquier traición a la nación española a cambio de mantenerse en el cargo unos meses más.
En este contexto de pactos contranatura, vaivenes ideológicos y traiciones
varias, justo es reconocer la lealtad sin fisuras de Ciudadanos a su ideario, en virtud del cual ha decidido
suspender cualquier negociación con el PSOE en las regiones en las que los
candidatos socialistas se han puesto a los pies del separatismo. El partido
de Albert Rivera está haciendo honor al compromiso con sus electores, en unos momentos en los que la segunda
fuerza política del país está ofreciendo un espectáculo de deslealtad
institucional sin precedentes, preámbulo de una catástrofe en las próximas
elecciones generales que nunca habrá estado más justificada.
Pedro Sánchez, al servicio del separatismo populista
Gracias al PSOE, Valencia tendrá un alcalde perteneciente a un partido que promueve la expansión territorial del nacionalismo catalán y defiende la existencia de lo que los separatistas, en pleno delirio, han dado en llamar los Países Catalanes, ente ficticio en el que incluyen también a las Islas Baleares. Los diez concejales de Rita Barberá, ganadora de las elecciones, no bastarán para renovar su mandato -ni siquiera con ayuda de Ciudadanos-, ante esta unión de pancatalanistas (9 concejales), socialistas (5) y populistas de extrema izquierda (3), que en total suman exactamente la mayoría absoluta.
Todavía más significativo es lo sucedido en Badalona, donde la colaboración del PSC ha sido clave para un Gobierno municipal que estará encabezado por la coalición radical Ganemos Badalona, ahormada en torno a Podemos a imagen y semejanza de la plataforma de Ada Colau en la ciudad de Barcelona. En el ayuntamiento de la tercera localidad de Cataluña por población, hasta ahora presidido por el popular Xavier Albiol, será necesaria la unión de la franquicia de Podemos, PSC, ERC y la filial de Izquierda Unida para desbancar al PP, claro ganador de las elecciones con el doble de concejales que el segundo partido más votado.
En ambos casos se demuestra bien a las claras qué es lo que Pedro Sánchez y su equipo entienden por "centralidad, estabilidad y responsabilidad", las tres virtudes que, según el secretario de Organización de los socialistas, Cesar Luena, definen a su partido en esta hora en la han de tomarse importantes decisiones para el futuro de España.
Ha bastado que surja la posibilidad de volver al poder en algunas de las taifas más tiempo ocupadas por su rival político, para que los barones regionales socialistas se hayan echado en brazos de las formaciones más radicales de la izquierda y el separatismo, sin excluir casos realmente grotescos como los pancatalanistas valencianos de Compromís. Todo con el apoyo explícito de Pedro Sánchez, un personaje sin autoridad sometido al capricho de los mandamases territoriales de su partido, y dispuesto a cualquier traición a la nación española a cambio de mantenerse en el cargo unos meses más.
(Edit. LD)
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