jueves, 18 de mayo de 2017

CATALUÑA: NI LIBERTAD NI DEMOCRACIA


 (Y, TODAVÍA, HAY SINVERGÜENZAS- lo más suave que se me ocurre- QUE DICEN QUE EN CATALUÑA NO PASSSSA NADA. INCLUYO A LA MAYORÍA DE LOS POPULARES Y LA MAYORÍA DE LOS SOCIALISTAS.

ME DAN UN PROFUNDO ASCO TODOS ELLOS Y ESPERO QUE, MÁS PRONTO QUE TARDE, SE HUNDA ESTE ENGENDRO AUTONÓMICO.)








CATALUÑA: NI LIBERTAD NI DEMOCRACIA.

No es previsible que en un súbito ataque de decencia, cordura y dignidad los líderes del proceso separatista suspendan sus planes de organizar, convocar y celebrar lo que llaman referéndum y no es más que la culminación de un golpe de Estado en toda regla. 

Cuando los guionistas del denominado procés se refieren a un referéndum o consulta hablan en realidad de la consumación de un enorme pucherazo en un contexto totalitario, de modo que eso que pretenden celebrar es ajeno por completo al más liviano conato de democracia.

Un amplio informe presentado este miércoles por Sociedad Civil Catalana describe con profusión de ejemplos, categorías y detalles el adoctrinamiento nacionalista en las escuelas, la difusión del odio a España en los colegios y en los medios de comunicación controlados por la Generalidad, el delictivo hostigamiento a las familias que solicitan una educación bilingüe, el acoso administrativo, la anulación sociolaboral de los discrepantes y la ocultación mediática de la disidencia.

Se censuran los hechos, datos y circunstancias que descuadran el discurso nacionalista, se ridiculizan y marginan las opiniones diferentes, se anulan y machacan las objeciones al modelo lingüístico, al sistema educativo y al sesgo informativo.

 Debido al nacionalismo y a la pasividad de los partidos nacionales, Cataluña es un agujero negro de la democracia donde el imperio de la ley se ha sustituido por un autoritarismo nacionalista avalado además por una izquierda que del PSOE a la CUP -resultado esférico del engendro educativo implantado por el pujolismo- ha asumido los códigos totalitarios del catalanismo, la infundada y perversa teoría de que el nacionalismo es perfectamente democrático y los catalanes, un pueblo escogido.

Que los impulsores del procés no contemplen la hipótesis de una derrota electoral del separatismo debería poner sobre aviso a quienes sostienen los lirios del derecho a decidir, de la fragmentación de la soberanía popular, de la vulneración de la ley y de que Oriol Junqueras, el tapado, no es un talibán como Mas o Puigdemont, sino alguien con quien pactar un par de décadas de estabilidad y mamoneo.

La trampa es doble. Si el Gobierno no accede a tolerar el referéndum deberá impedirlo, con lo que el guión nacionalista acentuará los perfiles supuestamente antidemocráticos de un Estado ladrón, jacobino y mangurrino. Si el Estado accede a las concesiones económicas de fondo, una versión ampliada del trespercent para pasar página, dará alas a la imposición más pronto que tarde de una república nacionalista cuya única escapatoria plausible es la de convertirse en una ampliación de Andorra, propósito en el que llevan décadas empeñados los Pujol y demás grandes familias del nacionalismo.

La única salida racional y legal es la aplicación del artículo 155 de la Constitución e intervenir la administración autonómica. La única alternativa política pasa por el mismo precepto, una recomposición institucional de Cataluña mediante la que las paletadas de recursos generales y abstinencias partidistas que se han gastado en fomentar el odio a España y los españoles se destinen a reconstruir la realidad, la libertad y la dignidad ciudadana. Como en el caso del ataque de cordura nacionalista, el regreso del Estado a Cataluña tampoco es previsible.

(Pablo Planas/ld.) 



(FASCISMO CATALANISTA)

Bieito Rubido: «La propuesta del independentismo catalán es fascismo, y hay que decirlo».

«Nunca he entendido por qué los socialistas están tan fascinados con los nacionalistas», afirma el director de ABC.




Barcelona y varias poblaciones catalanas vuelven a amanecer con banderas españolas.

Colocan miles de adhesivos de la bandera nacionall en el mobiliario urbano, fachadas y paradas de transporte público. (ld)

 

 

  

3 comentarios:

Arcoiris dijo...

Me pregunto porqué se inhabilita políticamente a personajes como los señores Mas y Homs, de momento, y no se hace lo mismo, es más, porqué no se prohíben los partidos que han alimentado a estas criaturas, los partidos que han nacido para el propósito de emancipar la provincia catalana del resto de España. Cataluña, a principios del s. XX contaba con apenas dos millones de ciudadanos (no todos serían íncolas); hoy cuenta con cerca de ocho millones, de ellos unos quinientos mil, si no más, de confesión musulmana, alguno de los que, presumiblemente, dará lugar a problemas a corto plazo. La mayoría abrumadora, pues, somos “de fuera”, “xarnegos”. Si el pretendido referéndum sumase un mayor o menor número de adhesiones se debería, seguramente, a la labor continuada y consentida de casi cuarenta años de acondicionamiento de mentes y voluntades, de imposición de un pensamiento único por quienes pretenden convencer de la moralidad del “procés”, de su democracia. ¿Porqué, pues, han permitido nuestros sucesivos Gobiernos la existencia y crecimiento de estos comportamientos? ¿Sólo por complacer a unas contadas familias poderosas? ¿Por razones políticas, cambalacheando, pignorando España por ganar apoyos parlamentarios? ¿Porqué las resoluciones de nuestros Gobiernos, y sus omisiones, nos llevan a la impresión de abandono, de orfandad?

Sebastián Urbina dijo...

Así es. Se trata del fracaso histórico de PP y PSOE. Han renunciado a ser partidos nacionales españoles, traicionando sus- supuestos- principios y engañando a los españoles. Todo deriva de ahí. De la renuncia a la nación española. A partir de ahí, todo vale.

Arcoiris dijo...

¿Cuántos catalanes vivos, con al menos los ocho apellidos requeridos, son necesarios para que tengan la moral suficiente para declarar la tierra catalana que pisan como suya, de su propiedad exclusiva, y pretenderla como su Nación y Estado independientes? ¿Bastan con Mas, Homs, Junqueras, Forcadell y alguno más? ¿Cuántos, entre unos ocho millones?