domingo, 18 de mayo de 2008


16/5/2008.





LIBERTAD DE EXPRESIÓN Y VERDADES OFICIALES.


Grande-Marlasca, por la justicia

17 de Mayo de 2008 - 20:20:05 - Pío Moa


Ha causado furiosa indignación en medios progres el archivo de la denuncia presentada contra mí por los apologistas de la cheka –comunistas de IU fundamentalmente, pero no solo– a raíz de mi libro Años de hierro. Como muestra, este botón:

“Un tipejo llamado Pío Moa, a la sazón pseudohistoriador y manipulador de la historia, con ayuda del juez Grande-Marlaska, ha sido liberado de la denuncia que le pusimos, en aras de una pretendida libertad de expresión que le permite insultar gravemente y mentir con descaro. Es el mismo juez que ha acusado de injurias graves, entre otros, a los dibujantes de El Jueves por aquella famosa viñeta, y a otros por razones mucho menos graves, a mi entender. Sin embargo deja claro que no es un delito llamar criminales a los que defendieron con dignidad la legitimidad de la República y decir, entre otras lindezas, que estaba justificado el asesinato de Las Trece Rosas y de Lluis Companys, oque Franco no ejecutó a republicanos sino que simplemente les escarmentó (…) Yo, que también firme la denuncia, no me arrepiento. Esto no es una derrota de los denunciantes, sino del Estado de Derecho que permite que tipos como el tal Pío Moa, con ayuda del juez Grande-Marlaska, pueda seguir falseando la historia y manipulando nuestra Memoria Histórica”.

Estos maestros del lenguaje injurioso y provocador se duelen de su mala suerte por haber caído su denuncia en manos de un juez íntegro que no entiende, como otros, la justicia según convenga a la política del ejecutivo. Estos señores que han introducido el insulto, la calumnia y la falsedad sistemática en el lenguaje común de los medios, estos adecuados seguidores de quienes “defendieron con dignidad la legitimidad de la República”, aseguran, refiriéndose a los stalinistas, marxistas, racistas y golpistas varios amalgamados de hecho o de derecho en el Frente Popular, estos señores, digo, no toleran que alguien les cante cuatro verdades. Y, de conformidad con su carácter, intentan silenciar a los críticos y “reeducarlos”, como siempre han hecho los stalinistas.

Explican ellos mismos: de haber sabido que la denuncia recaería en Grande-Marlaska, la habrían retirado. Cierto. Esperaban que cayera en manos de jueces como esos para (es decir, contra) la democracia: la “justicia” al servicio del despotismo gubernamental.

El auto del juez argumenta: “En el caso de autos, compartiendo el juicio jurídico formalizado por el Ministerio Fiscal, valorando las expresiones proferidas por el denunciado, consistentes principalmente en: “… los que, defienden la Ley de Memoria Histórica, se identifican con los criminales, los de las checas”, las circunstancias en que se refirieron, presentación de un libro [Años de hierro] en modo alguno podemos concluir sobre una animus injuriandi, ajeno al criticandi, disintiendo de la opinión, como dicen los denunciantes, mayoritaria. Destacar como en la expresión imputada a quienes se llama criminales, no lo es a los altos representantes de la nación, quienes votaron la Ley de Memoria Histórica, sino quienes actuaron en las llamadas “checas”. El que se refiera que aquellos se identifican con los últimos puede considerarse desafortunado, pero nunca, siguiendo su propio tenor literal, y sin necesidad de mayores interpretaciones, que les abarque el concepto de “criminal”.

En efecto, los criminales indudabilísimos son los de las chekas. Y los autores de la ley, los “altos (¿?) representantes de la nación” –nación en la que no creen–, se han identificado ideológica y políticamente con aquellos criminales, y lo han hecho de forma asimismo indudable, después de haber falsificado la historia de modo radical y nuevamente indudable. Estos no son insultos ni siquiera frases desafortunadas, sino hechos perfectamente constatables, reproducidos en el manifiesto por la Verdad Histórica, que vuelvo a exponer más abajo. Prueben, si no, a demostrar lo contrario, en lugar de intentar persecuciones gulagianas.

La libertad está siempre en peligro, y más en estos tiempos de involución política. Para constatarlo baste señalar este otro hecho: solo han salido en defensa de las libertades, nuevamente, la COPE, Libertad Digital, Intereconomía y muy pocos más. Nadie, absolutamente nadie, en el mundo progre, ha protestado por la denuncia de corte chekista contra mí, por este intento de acallar una crítica que, además, se ha demostrado completamente veraz; por este ataque directo a la libertad de expresión. Nadie en la dirección del PP ha levantado tampoco la voz para condenar el desafuero. Nadie en El mundo, Abc, La Razón, por supuesto en las televisiones, tan mayoritariamente afectas a la telebasura. Triste, muy triste. Y muy revelador. ¿Qué clase de demócratas son todos ellos? ¿Qué democracia puede salir de tales actitudes?



Me alegro mucho de que el rojerío chekista no se haya salido con la suya, o sea, meter en la cárcel a Moa. No admiten más verdades que las suyas. Resulta que Pio Moa ha mostrado, con documentación que avala sus afirmaciones, que la Historia no es tal como la han contado los 'rojos'. Que no es verdad que fuese una Historia de 'buenos' (ellos) y 'malos' (los otros). Repito, una vez más, las palabras del profesor Stanley Payne: 'He oído muchos insultos contra Moa, pero pocos argumentos'.

La izquierda (igual que hiciera Franco en su momento) quiere monopolizar la 'verdad histórica'. El que la niegue, o exponga otra, es un peligroso traidor al que hay que estigmatizar, denigrar o meter en la cárcel. Así entienden la libertad de expresión, la investigación histórica y, en fin, la democracia.



Como decía Alexis de Tocqueville 'Nada hay más duro que el aprendizaje de la libertad'.


Sebastián Urbina.

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6 comentarios:

Anónimo dijo...

beba de otras fuentes, no sólo existen pío moa y stanley payne...en Mallorca la persecución a la gente de izquierdas en el 36 es un hecho, he conocido personas muy próximas a mi que la vivieron personalmente, encarcelados en campos de concentración (formentera) donde la gente se moría de hambre. A otros simplemente les hacían el paseíllo y les pegaban dos tiros dejándolos en la cuneta. Precisamente hace falta la ley de memoria histórica para que se conozca eso, que ud. parece que ignora sistemáticamente. Los vencedores ya fueron homenajeados durante el franquismo sobradamente.

Sebastián Urbina dijo...

Se equivoca completamente. Leí a Moa hace pocos años. Hasta entonces conocía otras Historias de España. Tuñón de Lara,Gerald Brenan, Vicens Vives, Raymond Carr, Domínguez Ortiz,García de Cortázar, que yo recuerde. Así que no simplifique.

Anónimo dijo...

Si ante el testimonio de personas que pasaban hambre o las ejecuciones sumarias solo se le ocurre responder "que no simplifique", demuestra una frialdad pavorosa.

Creo que la justicia y la dignidad humana le importan un pito. Sólo quiere tener razón, la suya. Por cierto, Moa fue un Grapo asesino y de eso nada dice.

Sebastián Urbina dijo...

No hay peor sordo que el que no quiere oir. En ambos bandos se produjeron asesinatos. No simplifique.
Tenemos una visión muy diferente de la Ley de Memoria Histórica. Se ha escrito mucho. Usted, que tanto presume de conocer y leer lo que dicen ambas partes, hágalo. Entérese de lo que piensan los que no están de acuerdo con usted.

Anónimo dijo...

Efectivamente, las dos partes cometieron asesinatos. Eso no lo niego.
También he leido a Tuñon de Lara y a García de Cortázar.
Pero como ya dije antes, los vencedores fueron sobradamente recordados y homenajeados (caidos por Dios y por España, ¿le suena?), en plazas y calles de muchos pueblos y ciudades de España.La Ley de Memoria Histórica ni siquiera pide revancha, tan sólo recordar, no dejar en el olvido, a tantas personas anónimas que fueron vilmente asesinadas por los falangistas (por no hablar de los represaliados, exiliados, encarcelados...)

Sebastián Urbina dijo...

Para los anónimos.

Payne: La ley de Memoria histórica “es semisoviética”
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Con motivo de la presentación de su último libro, “Franco y Hitler” (La Esfera de los Libros), en el diario El Imparcial se ofrece una entrevista con el gran hispanista Stanley Payne, uno de los máximos especialistas extranjeros en el lamentable período de la II República y la Guerra Civil. He querido traer aquí tres de las respuestas ofrecidas por el historiador, en ellas, con la perspectiva que ofrece la distancia y la no implicación interesada, se advierte cómo el norteamericano ve hoy en España los flecos de aquella etapa:

"¿Qué queda de esta dualidad hoy? [Se refiere al mito de las dos Españas]

Para la inmensa mayoría de los españoles todo esto está superado. Estoy convencido que la mayoría ni se lo plantea, no tiene ni idea ni les importa. Es cierto que es un asunto que no ha desaparecido. Se mantiene con el sentido sectario, sobre todo de la izquierda, que cree que tiene doctrinas superiores y derechos para dirigir el país. El problema llega cuando cualquier persona que se opone a esto acaba por ser un retrógrado, una persona de segunda clase, que debe ser eliminado, no en términos físicos, pero sí en términos políticos. Esta cuestión ideológica continúa y de ahí los intentos de utilizar la Guerra Civil en sentido político.

Como la Ley de Memoria Histórica del Gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero...

Esa ley es una tontería. No tiene sentido ni por cuestión de memoria ni de historia. Además de eso, es una ley nociva porque es semisoviética. Pretende que el Gobierno pueda legislar la historia, y ésta no es materia de legislación política, es materia de investigación científica. Es un auténtico intento de tiranía.

¿Cree que la izquierda en España es por regla general más atrevida? ¿Qué ocurre entonces con el que discrepa? ¿Se oculta?

Es curioso porque actualmente existe sólo un lado. La derecha en términos históricos ha desaparecido, no se puede hablar de derechas, hay que referirse a la “no izquierda”. Los valores ideológicos morales de la derecha histórica han desaparecido en cuanto a conceptos como la religión, el nacionalismo extremista y lo autoritario. Pero la “no izquierda” sí existe; es una entidad amorfa, democrática, práctica y tolerante, que no acepta los mitos de izquierda".