jueves, 20 de noviembre de 2008

¿DEMOCRACIA DE IZQUIERDAS?


El presidente venezolano, Hugo Chávez, instó ayer a sus partidarios a «acorralar sin clemencia» a la oposición para evitar su triunfo en las elecciones regionales y municipales del domingo. En un mitin en Caracas dijo que «tenemos que ganar todas las alcaldías y gobernaciones; perder al menos tres sería una derrota para el Gobierno nacional».
Chávez plantea cualquier cita con las urnas como un «o conmigo o contra mí». La estrategia le dio buenos resultados en diez ocasiones, hasta que, en diciembre del pasado año, no consiguió que se aprobara su proyecto de reforma constitucional. Ahora, ante las elecciones del domingo, en las que se renovarán un total de 603 cargos de representación popular, vuelve a echar un órdago: votar por los candidatos del Partido Socialista Unido de Venezuela (PSUV) es «votar por Chávez».
Tras dos fracasados intentos de golpe de Estado en 1992, y una vez recuperados los derechos políticos gracias a la amnistía que le concedió dos años después el presidente Rafael Caldera, Hugo Chávez, con el apoyo del Polo Patriótico -integrado por ocho organizaciones de izquierda-, se presenta a las elecciones del 6 de diciembre de 1998, en las que obtiene el 56,2 por ciento de los votos. Su principal rival, Henrique Salas Römer, al que apoyan los dos partidos tradicionales, Acción Democrática y Copei, se queda con el 40 por ciento.
Tras asumir la Jefatura del Estado el 2 de febrero de 1999, cargo que jura «sobre esta moribunda Constitución», plantea en referéndum la convocatoria de una Asamblea Nacional Constituyente: el 25 de abril de ese año, el «sí» sumará el 87,75 por ciento de los votos. Tres meses más tarde, el 25 de julio, el Polo Patriótico obtiene 120 de los 131 escaños en la Asamblea. Redactada la nueva Constitución, ésta es aprobada, el 15 de diciembre, con el 72 por ciento de los sufragios. La revolución bolivariana echaba a andar.
Dos tercios de la Asamblea
El 30 de julio de 2000, Chávez renueva su mandato presidencial, tras obtener el 59 por ciento de las papeletas, mientras que Francisco Arias Cárdenas se conforma con el 37 por ciento. Sus fuerzas políticas aliadas consiguen dos tercios de la Asamblea Nacional y 17 de los 22 Gobiernos regionales.
Tras la arbitraria renovación de la cúpula de la petrolera estatal Pdvsa, que detonó el fallido golpe de Estado de abril de 2002 y la huelga general o paro empresarial de diciembre de ese mismo año, la oposición reúne firmas suficientes para plantear un referéndum revocatorio de mitad de campaña. El 15 de agosto de 2004, Chávez lo gana con el 59 por ciento de los votos. La oposición denuncia un fraude que nunca pudo demostrar. El 31 de octubre, los candidatos oficialistas se hacen con 20 de las 22 gobernaciones; todas, excepto Zulia y Nueva Esparta.
El 7 agosto de 2005, la candidatura unitaria del chavismo, Unión de Vencedores Electorales, logra la mayoría de los ayuntamientos en las municipales. El 4 diciembre de 2005, la oposición, en un acto suicida, decide no concurrir a las legislativas: los partidarios de Chávez copan los 167 escaños de la Asamblea Nacional, en un proceso que registró una abstención superior al 70 por ciento. La revolución se convierte en una apisonadora. El 3 de diciembre de 2006, Chávez gana las presidenciales con más del 62 por ciento, mientras que el único opositor, Manuel Rosales, obtuvo el 37 por ciento.(Manuel Cascante/Caracas/ABC)

1 comentario:

Anónimo dijo...

Es un dictadorzuelo, de la misma calaña que Carod, Montilla, Pepiño o ZP, sólo que éste no lo disimula, dice directamente lo de acorralar a la oposición. Se ve que no conoce sutilezas tipo pacto de Tinell o cordón sanitario. Es así, más francote... :-P

saludos