lunes, 10 de noviembre de 2008

GUERRA Y EL SOCIALISMO


Luis David Bernaldo de Quirós Arias



'Ni la madre que la parió'

¿Recuerdan ustedes las frases del inefable e ínclito Alfonso Guerra, tales como "Soledad Becerril es Carlos II vestido de Mariquita Pérez." ,"Margaret Thatcher en lugar de desodorante utiliza tres en uno." ,"Los personajes universales, perfectamente conscientes de su inutilidad, son necesarios para calmar la conciencia colectiva.", "No descansaré hasta conseguir que el médico lleve alpargatas.", "Vamos a dejar a España que no la va a conocer ni la madre que la parió.", "Montesquieu ha muerto" "El que se mueva no sale en la foto", "Tó p´al pueblo", refiriéndose a la expropiación de Rumasa?.

Probablemente, sí. Pero seguro que la más recordada es la de "Vamos a dejar a España que no la va a conocer ni la madre que la parió.". No cabe duda de las dotes proféticas del señor Guerra. Pero, probablemente, a la España actual no solamente no la reconoce “ni la madre que la parió”, sino que sospechamos que el mismísimo Guerra tampoco la reconoce.

El nivel de crispación que hay actualmente en la sociedad y entre los políticos, no lo había en la época del “gonzalato”. Desde luego, en aquel período no se pudo rematar la faena porque se dedicaron a cuestiones más provechosas (para los jerarcas del partido, se entiende).

De pronto, y “per accidens”, llega el Iluminado de la Moncloa al poder dispuesto a terminar o a rematar la mencionada faena que no se ha podido llevar a cabo durante el citado “gonzalato”. Llega el Bobo Solemne y nos dice que va a crear un país más tranquilo, más respirable, con aquello del talante y demás. Lo sucedido ya lo sabemos todos, o casi todos: un balance demoledor con una España rota y al borde del precipicio. No sabemos si Atila, en tan poco tiempo, tuvo más efectos devastadores.

Durante el “gonzalato”, hubo cierta aceptación del adversario político y cierto rechazo, también, a la política de venganza. Hubo un consenso por parte de los grupos políticos más representativos de no instrumentalizar la Guerra Civil como arma política.
Pero ese consenso fue roto por “Bambi” (otra vez Alfonso Guerra), recurriendo a la larga historia, un tanto siniestra, del PSOE, con su sectarismo y con su violencia política puesta en práctica en la España de los años 30 del siglo pasado. La historia siniestra del PSOE ya sabemos cuál ha sido: participación en insurrecciones, intentos de golpes, falsificación de elecciones, inducción pública al asesinato político, etc, etc.

Ahora parece que hay un renovado interés en despertar el guerracivilismo con lo de “la memoria histórica” o “memoria colectiva”. Pero, claro, en la elaboración de la “memoria histórica” (ridícula frase), no intervienen historiadores serios, arqueólogos, etc, para que el conocimiento histórico sea real y verdadero. Intervienen historieteros funcionarios de lo políticamente correcto, amén de los correspondientes fámulos del marxismo. Todo este personal trata de imponer sus conceptos políticos. La investigación objetiva, basada en documentos, brilla por su ausencia. Ya decía Schopenhauer que “cada uno tiene el máximo de memoria para lo que le interesa y el mínimo para lo que no le interesa”. La historia hay que contarla objetivamente y no políticamente. Esto queda para los países comunistas, de los que afortunadamente quedan pocos en el mundo.

En fin, esta nueva pandilla de íncubos que nos gobierna, está empeñada en remover viejos rencores históricos, porque como ha dicho el Bobo Solemne, “hay que reparar el daño sufrido por los vencidos en la guerra”, tratando de instaurar los valores de la II República. Aviados estamos.

Y terminamos con lo de la “Alianza de civilizaciones”. Pero, ¿de qué alianza habla este sujeto cuando es el campeón de la división?. Porque, no lo olvidemos, este Iluminado ha dividido a los europeos, a los españoles, a las víctimas del terrorismo y recientemente a su propio partido.


1 comentario:

Anónimo dijo...

Bravo!!!