María Teresa Fernández de la Vega presionó a la ya ex directora del Centro de Investigaciones Sociológicas (CIS), Belén Barreiro, para quealterase sustancialmente el trabajo de campo del último barómetro de intención de voto con la finalidad de favorecer a José Luis Rodríguez Zapatero.
Barreiro se negó a cumplir la orden de la vicepresidenta y el Consejo de Ministros la destituyó fulminantemente el pasado viernes, según han revelado a El Confidencial fuentes gubernamentales solventes.
El cese de Barreiro no se produjo de mutuo acuerdo, como aseguró el Gobierno, sino tras un "grave encontronazo" entre ambas, a mediados del pasado mes de junio, provocado por la decisión de De la Vega de modificar "a su capricho" la metodología de trabajo del CIS para tratar de que Zapatero no saliese tan mal parado en el último sondeo, añaden esas fuentes.
La vicepresidenta primera no toleró esa insubordinación -el CIS está adscrito al Ministerio de la Presidencia que ella misma dirige-, y el Consejo de Ministros, a propuesta de De la Vega, acordó su destitución el pasado viernes, pese a la frontal oposición de varios miembros del Gobierno, y su relevo por el catedrático de Sociología Ramón Ramos.
De la Vega ordenó a Barreiro, con la que ya se había enfrentado en diversas ocasiones desde que ésta llegó al cargo en mayo de 2008, que el trabajo de campo del barómetro de julio -2.472 entrevistas personales a domicilio en 239 municipios de 48 provincias- se realizase después del último debate sobre el estado de la nación, celebrado en el Congreso los pasados 14 y 15 de julio, en lugar de en la primera semana del mes, como hace siempre el CIS.
'Cara a cara' Zapatero-Rajoy
La intención de la vicepresidenta, según las fuentes consultadas, era que el sondeo reflejase el impacto positivo en los encuestados del cara a cara parlamentario entre Zapatero y Mariano Rajoy, un enfrentamiento que siempre se había saldado con el triunfo del presidente del Gobierno desde que éste llegó a La Moncloa. Esta vez, sin embargo, se impuso el líder del PP, aunque por una mínima diferencia.
Barreiro, doctora en Ciencias Políticas y asesora en el Departamento de Análisis y Estudios de la Presidencia del Gobierno durante el primer mandato de Zapatero, rechazó la injerencia de De la Vega y, en un primer momento, se resistió a modificar la metodología de trabajo. La vicepresidenta y ministra de la Presidencia, sin embargo, redobló sus presiones sobre Barreiro y ésta, finalmente, se doblegó ante su superior jerárquica. "Pero lo hizo en contra de su criterio profesional", aseguran las fuentes consultadas. Finalmente, el trabajo de campo se realizó entre el 15 y el 22 de julio, como pretendía De la Vega.
La imposición de ésta para alterar las fechas del trabajo de campo no sirvió de nada. El barómetro de julio dio al PP una ventaja de más de seis puntos sobre el PSOE en intención de voto, y la valoración de Zapatero se desplomó hasta 3,48 puntos -sobre un máximo de 10-, frente a los 3,71 del anterior sondeo. "Barreiro era un cargo técnico, no político, y siempre aplicó un criterio profesional y uniforme para elaborar los sondeos, hasta que De la Vega se hartó de ella", añaden las mismas fuentes.
Siempre en la primera semana
Desde que Barreiro asumió la dirección del CIS en sustitución de Fernando Vallespín, el 16 de mayo de 2008, el trabajo de campo de todos los barómetros se ha llevado a cabo en la primera semana del mes correspondiente, salvo que esa primera semana coincidiera con periodos festivos o de vacaciones, "fechas en las que resulta desaconsejable, por razones obvias, realizar encuestas domiciliarias", según aclara el propio CIS en su página web.
Esa aclaración se hizo pública tras el enorme revuelo provocado por el barómetro del pasado mes de abril, cuyo trabajo de campo coincidió con el levantamiento parcial del secreto de sumario del caso Gürtel y el estallido mediático del caso Matas, lo que desencadenó airadas protestas y acusaciones de manipulación por parte del PP.
La fecha de elaboración de ese sondeo, sin embargo, fue una de las forzadas excepciones a la norma impuesta por Barreiro desde su llegada al CIS: la Semana Santa cayó este año en la primera semana de abril, por lo que el trabajo de campo se realizó entre los días 6 y 14. Los populares vieron reducida su ventaja electoral sobre el PSOE a sólo 1,5 puntos, supuestamente porque los casos de corrupción le pasaron factura. (José L. Lobo/El Confidencial)
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¡Vote progreso! ¡Vote PSOE!
1 comentario:
Sebastián,
La imbecilidad nacional lleva a la gente a ver el Water Gate como un gravísimo caso de corrupción en la historia del mundo mundial. Pues, el WG es una broma al lado de lo que es capaz de hacer el gobierno de progreso que padecemos. Sin ir más lejos, el escándalo, del cual nos trae noticia sería suficiente como para que se produjese una crisis de gobierno, pero en España no pasa na de na si los que gobiernan son personas de progreso.
Morramen tienen...
Saludos
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