lunes, 20 de septiembre de 2010

ENFERMOS DE IDENTIDAD.







El presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, ha defendido este domingo un debate identitario en Cataluña de cara a los comicios autonómicos del 28 de noviembre.

En la 'Fiesta de la Rosa' del PSC, ha criticado que el líder del PP, Mariano Rajoy, eluda ahora un debate sobre esta cuestión y la reclamación de más autogobierno de la comunidad catalana.

Tras dos años de ausencia, el jefe del Ejecutivo ha vuelto a asistir este domingo en Gav (Barcelona) al acto que anualmente organizan los socialistas catalanes con sus principales líderes, y lo hace junto al presidente de la Generalitat, José Montilla, y el alcalde de Barcelona, Jordi Hereu. (TeleMadrid)

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CATALUÑA PROVINCIANA.


Escribe Pedro G. Cuartango, en su artículo 'Los catalanes que dejamos de serlo':




'Me fui definitivamente en Marzo de 1986 cuando el nacionalismo había destruido la ciudad con la que sigo soñando ... Llegué a Cataluña como ciudadano y me fui como inmigrante. Ya no tenía nada que ver con aquella sociedad provinciana, beata y narcisista que quería el nacionalismo catalán'.

Siento estar de acuerdo. También Jiménez Losantos (especialmente odiado por los progres) canta la magia de la Barcelona de entonces y su nostalgia en el libro La ciudad que fue.



Pero ahora quiero dedicar un momento a otra cosa. Quiero referirme a una peligrosa enfermedad que padecen muchos catalanes. Cuando una persona o una sociedad no reconocen su enfermedad, no pueden curarla. Muchos catalanes (no todos, afortunadamente) rechazan de plano los comentarios de Cuartango, u otros parecidos. He escuchado, hasta la saciedad, respuestas lamentables al respecto. Por ejemplo, 'no es de aquí y no lo puede entender', 'es un españolista', 'son centralistas', ‘no es de aquí y no entiende nada’, etcétera. Y no se trata de personas analfabetas, ni siquiera analfabetas funcionales.



¿Cómo es esto posible? En mi opinión, esta enfermedad es el resultado de unos treinta años de propaganda nacional-catalanista. Es muy difícil (y gravoso) oponerse a esta propaganda, a la influencia diaria de la prensa subvencionada, a la televisión sectaria, a las enseñanzas que, desde la escuela, muestran una Cataluña oprimida por la bota española. Es fácil, en estas circunstancias, convertirse en idiota políticamente correcto. Tengamos en cuenta, además, que se produce una exclusión social, más o menos disimulada. Recordemos el conocido caso de Albert Boadella. ¡Ay de tí, si eres calificado de anticatalán! ¡Estás perdido! ¡Pobre Cataluña! Estos cretinos nunca sabrán el cariño que le tenemos. Claro, si lo supieran dejarían de serlo.



Un ejemplo más de la miseria moral de los catalanistas. Heribert Barrera, ex presidente del Parlamento catalán e histórico dirigente de ERC ha dicho sentirse 'moralmente en estado de guerra' con España. ¡A qué grado de locura y estupidez han llegado!



Y debe esperar, supongo, que los españoles (parásitos y gente de mal vivir) sigan comprando productos catalanes y sigan depositando su dinero en La Caixa. Sólo una sociedad anestesiada como la española (pero no con las características que dicen los catalanistas) puede tolerar estos y otros insultos sin pestañear. No hay firmeza moral, ni convicciones y principios, sino acomplejamiento, ignorancia y mediocridad, moral y cultural. Por fortuna, no es aplicable a todo el mundo.


Un rayo de esperanza. La fundación Danaes ha encargado un estudio a Sigma Dos, con el siguiente resultado.


Un 61'5% sería partidario de introducir cambios en la Constitución para evitar que la gobernabilidad de España quede en manos de los nacionalistas.


Un 73'6% cree que ha llegado la hora de que el Estado recupere algunas de las competencias transferidas a las Comunidades Autónomas.


Parece que un amplio sector de la ciudadanía se ha dado cuenta de la deslealtad, victimismo y chantaje de los nacionalistas. No está mal después de treinta años. Esperemos que se note en las elecciones y esperemos, también, que se den cuenta de que el gobierno Zapatero ha asumido una política territorial irresponsable y suicida. No es el primero, por supuesto. Pero a estas alturas, un gobierno responsable no puede seguir haciendo más concesiones a los separatistas a cambio de su apoyo parlamentario No es aceptable que sigan esquilmando al Estado, vaciándole de competencias y deteriorando, cada día más, la cohesión nacional, caminando en la senda de una versión actualizada de la desgraciada 1ª República.



Una muestra más de la estupidez provinciana del Oasis. El Trivial catalanista denomina 'Cataluña del Norte' al sur de Francia. En este Trivial nacionalista se habla de los míticos 'Países Catalanes' que incluyen (en su delirio expansionista) a zonas de Aragón, Francia, Baleares y la Comunidad Valenciana.


En fin, entiendo que Albert Boadella huyera del Oasis catalán. Y no es el único.

Sebastián Urbina.

1 comentario:

María dijo...

Ahora resulta que los correbous son "cultura" y los toros eran maltrato animal. Me parto con los defensores de los animales...
http://www.diariodemallorca.es/sociedad-cultura/2010/09/22/correbous-meses-despues-vetar-corridas/605187.html#EnlaceComentarios