lunes, 6 de septiembre de 2010

ZAPATERO LE PERJUDICA GRAVEMENTE.










PENSIONES Y CAJA ÚNICA.

Las negociaciones del Gobierno con el PNV para lograr apoyos a los Presupuestos de 2011 han vuelto a despertar el fantasma de la ruptura de la caja única de la Seguridad Social, una demanda histórica del nacionalismo vasco.

Y la cuestión no es baladí porque si bien el sistema de la Seguridad Social en su conjunto en España tiene superávit, hay muchas comunidades, siete de las diecisiete, que tienen números rojos y el País Vasco está entre ellas. Eso significa que las cotizaciones que empresarios y trabajadores que residen en estas comunidades realizan al sistema son insuficientes para pagar las pensiones y prestaciones de sus ciudadanos.


Según los últimos datos regionalizados disponibles, que corresponden al cierre de 2008, la comunidad más deficitaria es Asturias, donde el agujero entre los ingresos y los gastos supera los 1.500 millones de euros. Le sigue Galicia, con un déficit de 1.473 millones, Castilla y León, con 1.275 y País Vasco con 747 millones. Tampoco ingresan lo suficiente para pagar a sus pensionistas Cantabria (tiene un desfase de 300 millones), Extremadura (recauda 268 millones menos de lo que paga) y Aragón (-51 millones).

Por tanto, un modelo de pensiones propio en el País Vasco o en cualquiera de las siete regiones mencionadas sería ya deficitario. El problema de ceder, por tanto, la Seguridad Social al País Vasco no sería la merma de recursos para el conjunto del país, sino el precedente que se crea, y la complicación que introduciría en el sistema, según explican expertos consultados. Imaginemos, por ejemplo, que un ciudadano nace en Bilbao, trabaja allí diez años, después se traslada a Madrid, donde trabaja durante veinticinco años, y cuando se jubila vuelve a Bilbao. ¿Quién tendría que pagarle la pensión? ¿Habría que estar haciendo porcentajes? El sistema se complicaría muchísimo.

Compensar riesgos

Álvaro Nadal, secretario de Economía del PP, y férreo defensor de la caja única de la Seguridad Social, explica además que en ningún país del mundo, ni siquiera en los que tienen una estructura federal más avanzada, se rompe la caja única. El sistema de pensiones al final es un seguro, y cuantos más asegurados tenga mejor puede compensar los riesgos.

Y los datos avalan esta tesis, si en España en lugar de un único sistema de Seguridad Social hubiera diecisiete, casi la tercera parte estaría ya en quiebra. En el extremo opuesto, y al igual que ocurre con las balanzas fiscales, Madrid, seguida, aunque a distancia, por Cataluña, son las autonomías que más aportan al sistema, con un superávit de cotizaciones de casi 5.300 millones de euros en el primer caso y de 2.000 millones en el segundo.

Un modelo de pensiones propio en el País Vasco sería ya deficitario

Estas cifras no sólo se explican por el hecho de que ambas autonomías, sobre todo la madrileña, son muy dinámicas en empleo, sino también por que son muchos los ciudadanos que trabajan en Madrid o Barcelona pero luego cuando se jubilan vuelven a sus lugares de origen. Por tanto, hay muchos españoles que cotizan en una región y luego reciben su pensión en otra. Por tanto las cifras de ingresos y pagos en materia de pensiones pueden estar distorsionadas ya que un ciudadano puede haber cotizado en una comunidad y luego recibir su pensión en otra, como ocurre en muchos casos.

Hasta ahora, y pese a las insistentes reivindicaciones del Partido Nacionalista Vasco a gobiernos tanto del PSOE como del PP, el Ejecutivo central se ha negado a transferir cualquier competencia que pudiera poner en peligro la caja única de la Seguridad Social, por los motivos antes enumerados.

Negocio redondo

El pasado viernes la vicepresidenta primera del Gobierno, María Teresa Fernández de la Vega, quiso disipar las dudas que se han despertado al respecto en los últimos días, al asegurar que «la caja de la Seguridad Social es por definición única y así seguirá siendo: única». Sin embargo, no quiso anticipar si el Ejecutivo estaría dispuesto a transferir las bonificaciones empresariales, otra de las demandas del PNV, porque el Ejecutivo se encuentra en plena negociación, y las negociaciones no se cuentan.

Pero transferir las bonificaciones en las cuotas que los empresarios pagan a la Seguridad Social sería romper esa caja, pero eliminando las consecuencias negativas que para el País Vasco supondría tener un sistema de pensiones propio, pero deficitario.


Si el Gobierno de una autonomía, en este caso el vasco, puede bajar las cotizaciones sociales a sus empresarios sin tener que reducir las pensiones porque el déficit de su sistema se va a pagar con las cuotas —más altas— de empresarios madrileños o catalanes, el negocio es redondo para la región en particular y muy perjudicial para el conjunto del sistema, aseguran expertos en Seguridad Social consultados por ABC.


Si el PNV logra para el País Vasco las competencias sobre bonificaciones empresariales, esta región evitaría la parte perjudicial de tener un sistema de pensiones propio, en su caso tener que rebajar las prestaciones para evitar la quiebra, y sin embargo, daría ventajas a sus empresas haciendo competencia desleal al resto de regiones de España. Es Rodríguez Zapatero quien tiene en sus manos la decisión de dar o no esta ventaja al País Vasco frente al resto de España. (ABC/V. Gómez- S. Alcelay)

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