LA JUSTICIA EN ESPAÑA.
Están en la calle. Apenas 24 horas después de ser detenidos. Se trata de cuatro delincuentes españoles, especializados en delitos contra la propiedad, sobre todo «alunizajes» a concesionarios de vehículos, con un amplio historial delictivo.
El grupo, considerado como una organización creada expresamente para delinquir, fue detenido el viernes pasado cuando se disponía a perpetrar un nuevo golpe. Precisamente estaban en un turismo de alta gama robado que iban a utilizar ese mismo día.
Aunque la Policía dio al traste con sus planes en realidad de muy poco ha servido. Tras ser puestos a disposición judicial al día siguiente en un juzgado de guardia quedaron en libertad con cargos.
A todos ellos se les imputa un total de 40 hechos delictivos realizados desde el pasado mes de abril, es decir, una media de diez al mes, y cuentan con un abultado «curriculum» delictivo, salvo una mujer. Uno de ellos acumula 20 en su corta existencia.
A todos ellos se les imputa un total de 40 hechos delictivos realizados desde el pasado mes de abril, es decir, una media de diez al mes, y cuentan con un abultado «curriculum» delictivo, salvo una mujer. Uno de ellos acumula 20 en su corta existencia.
La banda, formada por dos parejas de etnia gitana radicadas en la zona sur de la capital y de edades comprendidas entre los 21 y los 23 años, fue sorprendida «in fraganti»: con las manos en uno de sus numerosos vehículos sustraídos —un BMW de color verde en Móstoles— para realizar un «alunizaje», aprovechando el fin de semana y el cierre de muchos establecimientos, según las fuentes consultadas por ABC.
A punta de pistola
Se da la circunstancia de que a dicho coche los agentes le seguían la pista debido a que había sido denunciado por robo. Y cuando comprobaron la identidad de las personas que lo ocupaban se toparon con que tres de ellos eran viejos conocidos de la Policía. A los cuatro se les imputan, solo desde abril pasado, nada menos que 40 delitos, todos ellos contra la propiedad. Quince de ellos fueron «alunizajes» a distintos concesionarios de vehículos, veinte sustracciones de coches, algunos de ellos para utilizarlos posteriormente en sus asaltos y los cinco restantes, robos con violencia e intimidación. La mayoría de sus infracciones las cometían en Madrid capital y provincia: Carabanchel, las dos Vallecas, Torrejón de Ardoz, Villaviciosa de Odón, etc.
Su «modus operandi» era el habitual entre aluniceros. Con uno de los vehículos de los que se apoderaban previamente por distintos procedimientos—desde por la fuerza hasta a punta de pistola o arrastrando al conductor varios metros, como ocurrió con una mujer en el aparcamiento de un centro comercial en agosto, ya que no tenían ningún tipo de pudor al respecto—, acudían al establecimiento de compra-venta de coches elegido para la ocasión. Tras acceder al mismo estrellándolo contra su entrada, abandonaban el lugar —y el coche con el que llegaban— con otro u otros intactos y flamantes que cogían del establecimiento.
«Autónomos del robo»
Estos «profesionales autónomos» del robo no tenían más medio de vida que delinquir. Así se deduce de sus cuentas pendientes, aseguraron las fuentes jurídicas consultadas. El que se lleva la palma acumula 20 detenciones y 14 requisitorias judiciales, algunas de ellas por quebrantamiento de condena y 25 reseñas —lo que se denomina estar «fichado— por usar una identidad distinta. Su «pareja» tiene 18 antecedentes por delitos contra la propiedad y varias reseñas, mientras que el último, seis requisitorias. Desde el sábado están en la calle. Quien sabe qué pensarán hacer.
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