16/8/2007
¿POLITICA O RELIGIÓN?
El Obispo Uriarte, de San Sebastián, pide ''a todos'' que recorten sus aspiraciones. Lo ha dicho en una homilía celebrada en la Basílica de Santa María del Coro, con motivo del día de la Virgen.
El Obispo Blázquez, de Bilbao, pidió a ETA que ''inmediata, total y definitivamente desaparezca''. Lo dijo en la homilía por la festividad de la Virgen de Begoña.
El Presidente del PP vizcaino, Antonio Basagoiti dijo, refiriéndose a la Iglesia vasca, 'No se puede estar con Dios y con el diablo'. Añadió que, con su afirmación, monseñor Uriarte 'parece que está con el diablo'. Elogió a monseñor Blázquez por pedir la desaparición de ETA.
¿Hacen política los dos Obispos? Depende de lo que entendamos por 'política'. Dado que este no es el lugar para largas y tediosas argumentaciones, trataré de ser breve y, espero, convincente. Los Obispos no hacen política si comparamos su labor a la de, por ejemplo, Rodriguez Zapatero o Rajoy. En este sentido, no hacen política. Pero si por hacer política entendemos algo más laxo como, por ejemplo, influir o tener repercusión en los asuntos públicos, entonces sí. Los Obispos hacen política.
Si aceptamos esto, podemos subir un escalón. ¿Están igualmente justificadas las dos intervenciones de los Obispos? Podemos afrontar esta cuestión apelando a uno de los principios jurídicos más importantes y más universales: 'Tratar igual a los iguales'. ¿Podemos considerar iguales- es decir, pertenecientes a la misma categoría- a los asesinos y a las víctimas? Claramente, no podemos. El Obispo Uriarte cometería una injusticia por violar estre principio tan importante. Pensemos que este principio tiene, además, una dimensión moral. Se trata de tratar con respeto a las personas, y no se les trata con respeto si no las juzgamos de acuerdo con el tipo o categoría a la que pertenecen.
Podríamos suponer que monseñor Uriarte ha formulado una opinión meramente religiosa, como Obispo. Si esto fuera así, tendríamos que tener en cuenta lo siguiente. Las opiniones de los Obispos, en España, tienen repercusión política. Mucho más si hablan de cuestiones tan dolorosas como el terrorismo y las víctimas del terrorismo. Por tanto, su declaración no puede ser, meramente, religiosa. Estaría utilizando su 'vestimenta' religiosa paa lanzar un mensaje político. Me parece deshonesto. Pero hay más.
El Obispo Uriarte podría estar pensando en la justicia. Su deseo de justicia le ha llevado a hacer tales declaraciones. ¿Qué justicia? Dado que es Obispo, no parece descabellado pensar en Santo Tomás, como uno de sus fundamentos. Tomás de Aquino se basa en la ética aristotélica de la virtud, o sea, el conocimiento práctico de la buena conducta, que se dirige al bien común.
La justicia sería, para T. de A., el hábito por el cual cada hombre da a cada uno lo suyo, mediante una voluntad constante y perpetua. ¿Podemos entender que 'lo suyo', 'lo que es propio', es tratar igual a las víctimas y a los verdugos? ¿Es esto una práctica de la virtud que favorece el bien común? El Aquinate también se refiere a dos tipos de justicia, la conmutativa (basada en la reciprocidad) y la distributiva (basada en el mérito).
Otra fuente de inspiración del Obispo, no incompatible con la anterior, podría ser Kant y su idea de que la persona humana es un fin en sí mismo y no puede ser entendida o tratada, simplemente, como un medio.
Tanto en uno como en otro caso ¿hay base para igualar a víctimas y a verdugos? No lo creo. Ni basándose en Kant, ni basándose en los derechos humanos (sobre los que la herencia kantiana ha influido de forma importante), ni en la virtud encaminada al bien común, hay motivo suficiente para tratar igual a los asesinos y a las víctimas. Si el Obispo Uriarte quiere caminar el camino de la santidad, es cosa exclusivamente suya. Aunque, tradicionalmente, los caminos de santidad han ido de la mano de los débiles y de los oprimidos. No de los que tienen las pistolas y las utilizan. Y las utilizan contra seres humanos que no las tienen. Que sólo pueden poner la nuca. ¿Es igualarlos favorecer el bien común?
Mi opinión es que monseñor Uriarte ha hecho unas declaraciones despreciables. No me merece respeto.
Y dijo Jesucristo: 'No hagais de la Casa de mi Padre una casa de mercado' y echó a los mercaderes a patadas por el culo. Tengo la esperanza de que también echaría a patadas por el culo a monseñor Uriarte. Por cierto, con un respeto para los mercaderes fuera del templo.
Sebastián Urbina.
PD. Es dudoso que Jesús los echara a patadas por el culo, pero me gustaría que monseñor Uriarte no se librase, al menos, de una buena y santa colleja.
1 comentario:
Me inclino a pensar que Jesucristo le daría la patada y la colleja.
Ese tipo de seres son los que apartan de la Religión, o por lo menos de su práctica, a muchas personas que se sienten cristianas y católicas, pero no han perdido su capacidad de crítica hasta el punto de dar por buenas estas actitudes solo porque provienen de un obispo. Más bien, pensamos, ¡Qué pena de país! ¡Qué pena de Iglesia! ¿ Y por qué las altas jerarquías miran a otro lado?
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