Más de 5.000 personas se manifiestan en Barcelona por la libertad lingüística
Miles de personas han participado en Barcelona en una manifestación a favor del uso del castellano en la escuela. La cabecera de la marcha estuvo presidida por el líder de C's, Albert Rivera, y a su lado la presidenta del PPC, Alicia Sánchez-Camacho. "Menos nación, más educación" y "Libertad, libertad", fueron las proclamas de una marcha que supone "el fin de un tiempo de silencio".
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5.000 personas se citan en Cataluña para exigir la libertad lingüística
(PD)-. Bajo el lema "No a la imposición lingüística en nuestras escuelas", miles de personas han salido a las calles de la ciudad condal para defender el derecho de los padres a elegir libremente en qué idioma quieren que se les enseñe a sus hijos en los colegios.
Ciudadanos- Partido de la Ciudadanía, PP, UPyD, y otras 14 asociaciones de toda España, entra las que había representantes de Galicia y País Vasco participaron en la convocatoria motivada, en gran parte, después de que el Gobierno de Montilla haya hecho caso omiso a las sentencias judiciales que garantizan la educación en castellano.
El mensaje que desean hacer llegar a la sociedad española que el bilingüismo es un factor integrador frente a la imposición de una sola lengua.
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"Convierten al catalán en el fundamento de la construcción de una nación imaginaria"
En la lectura de un manifiesto durante la manifestación a favor del bilingüismo, el periodista Arcadi Espada recordó que "no es el ciudadano el que tiene que estar al servicio de las lenguas, sino viceversa". Denunció durante la marcha, que supone "el fin de un tiempo de silencio", que Cataluña "vulnera la ley", así como "están convirtiendo al catalán en el fundamento de la construcción de una nación imaginaria".
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La mani de los malditos.
Albert Rivera, como político que es, ha hablado de “éxito”. El resto de lo que ha dicho era cierto. También lo expuesto por Sánchez Camacho y lo contenido en el manifiesto leído por Arcadi Espada. Tan cierto todo que, por mucha entrega que le pongan sus detractores, son incapaces de refutarlo. Les recuerdas que la ley está para cumplirse y te contestan que en Cataluña no hay ningún conflicto; invocas las tres sentencias del Tribunal Superior de Justicia de Cataluña incumplidas por la Generalitat y te responden que todos los niños de Cataluña saben castellano. Y así sucesivamente.
La escasa asistencia no es, sin embargo, ninguna sorpresa para quien conozca el silencio ensordecedor que se impuso sobre el tema de la lengua después del Manifiesto de los 2.300, el atentado contra Jiménez Losantos y el discreto exilio de miles de docentes. Suscitar la cuestión te convertía automáticamente en apestado, en sujeto peligroso, en enemigo del pueblo, en inadaptado y, por supuesto –gracias a la insostenible equivalencia, de vigencia local, entre España y extrema derecha–, en fascista redomado.
Sólo la reivindicación del bilingüismo oficial desde focos maragalianos desencantados operó el milagro de que tan justos argumentos merecieran algún eco. Lo que no significa que los impulsores de Ciudadanos se libraran de los sambenitos al uso. Todo lo contrario. El establishment considera a aquel grupo de intelectuales (aunque ya no tanto a los tres diputados del partido resultante) un auténtico peligro, una amenaza bastante más seria que el Partido Popular, que al fin y al cabo gobernó sin alterar sus planes de construcción nacional vía imposición lingüística.
En una sociedad abierta (por imperfecta que sea) siempre habrá quien se niegue a transitar uno de los más antiguos procesos tribales: “Es preciso que los vencidos reconozcan libremente su culpa. Es precisa una confesión de culpabilidad que no parezca arrancada sólo por la violencia. Se exige que los malditos den su bendición a la maldición que cae sobre ellos.” (René Girard, La ruta antigua de los hombres perversos) Sólo en ese sentido, el de la pervivencia de un puñado de malditos contumaces opuestos al “proceso totalitario” (sigo con Girard) de autoinculpación, cabe llamar “éxito” a la manifestación.(J.C. Girauta).
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El Cultural
Estados Unidos es ya el segundo país hispanohablante del mundo tras México. Casi 50 millones de personas se expresan en español, si contamos los inmigrantes irregulares. Más de 6 millones de estudiantes están matriculados en castellano en los diversos niveles de la enseñanza pública. La suma de todas las demás lenguas –francés, alemán, italiano, portugués, ruso, japonés, chino…– es inferior a la demanda de los estudiantes en español. Las minorías hispanas en Estados Unidos ya no ocultan su origen. Se sienten orgullosas del idioma que afirma su identidad cultural. García Márquez ha declarado que considera a Estados Unidos un país bilingüe.
Más de 450 millones de personas hablan español en todo el mundo. Es una cifra apabullante. Francisco Moreno y Jaime Otero han publicado un impresionante Atlas de la lengua española en el mundo. En Brasil, el gigante iberoamericano, el estudio de la lengua de Neruda y García Lorca es oficial. En Suecia, Noruega, Alemania, Japón, Corea o China, por citar sólo ejemplos relevantes, el español es el segundo idioma que se estudia, después del de Shakespeare y Bernard Shaw.
El inglés es la lengua franca del mundo y representa tal vez al 70% como idioma internacional. El español figura destacado en el segundo puesto. Como lengua nativa, el castellano es ya la primera por delante del inglés porque el chino no es un idioma internacional y además resulta difícil de-senmarañar la madeja dialectal de aquella inmensa nación. Ese dato revelador del español como lengua nativa internacional más hablada del mundo lo recoge Ángel López García en un libro científico copiosamente documentado.
Ángel Martín Municio dirigió, antes de fallecer, un estudio para la Fundación Santander en el que se llega a una conclusión reveladora: la lengua castellana genera económicamente para España el 15% de nuestro producto interior bruto, lo que la instala entre los renglones más robustos de la economía nacional. Rogelio Blanco me ha enviado libros reveladores en esta línea, así como los estudios de Juan Carlos Jiménez y Aránzazu Narbona.
Además de constituirse como el gran tesoro cultural de nuestra nación, resulta que el idioma español se ha convertido en un excelente negocio. Está claro que ese factor, que tiene sin duda alta importancia, a mí me importa mucho menos que la dimensión cultural.
El catalán es un bellísimo idioma español hablado por 3 millones de personas, un vaso de agua clara, según la expresión de un escritor andaluz, cuando la lengua de Pla sufría persecución dictatorial. El castellano es otro bellísimo idioma español hablado por 450 millones de mujeres y hombres en todo el mundo, entre los cuales están los 7 millones que viven en Cataluña.
Todos estos datos que acabo de resumir convierten en una soberana estupidez el acoso que el castellano sufre en estos momentos en Baleares, Cataluña, País Vasco y Galicia. Nacionalistas trasnochados y decimonónicos están haciendo un daño gravísimo a los escolares de estas regiones porque el conocimiento de la lengua castellana es un vehículo utilísimo de comunicación internacional. Con tal de acumular nuevas parcelas de poder, grupúsculos de políticos voraces no vacilan en perjudicar a sus conciudadanos. ¡Qué error, qué inmenso error! La estúpida persecución del castellano lesiona la cultura en su entendimiento más profundo, limita el desarrollo económico de las nuevas generaciones, fragiliza la creación artística, oscurece el trabajo de investigación en el mundo de la ciencia y la Universidad.No se trata, en todo caso, de defender el idioma español, que se defiende solo. Se trata de defender el derecho fundamental del ciudadano a educar a sus hijos en la lengua vehicular de España.
En los dos últimos años he dedicado esta página, al menos en cinco ocasiones, a exponer la realidad cultural del español y a denunciar la persecución de la que es víctima. Me alegra infinito que se haya puesto en marcha una campaña en este sentido, con Vargas Llosa al frente, y tengo la esperanza de que no se politice. La lengua española no es un arma arrojadiza para arremeter con ella contra el partido rival y llenar así la cesta de los votos. Es un derecho cívico, un torrente de agua clara, una maravillosa realidad cultural de la que tenemos la suerte histórica de disfrutar cerca de 500 millones de hispanohablantes. (Luis María Ansón)
Publucado en Elcastellano.org, página del idioma español.
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A. Robles. Barcelona, 28 de Septiembre, 2008.
Barcelona, 28 de Septiembre de 2008. Con esta frase escuálida y fría terminó Arcadi España la lectura del manifiesto en la plaza Sant Jaume de Barcelona. Con ella se daba término a la manifestación que acabó abarrotando la plaza bajo el lema: "No a la imposición lingüística en nuestras escuelas".
Extraña frialdad para cerrar un acto y varios parlamentos encendidos y tremendos. Extraña frialdad del final del texto frente al crítico manifiesto leído por él y de la pasión mostrada por todos los discursos de las asociaciones cívicas que le precedieron. Extraña, pero no vacía. Esa fecha, 28 de septiembre de 2008, estaba preñada de futuro y libertad. Con ella se cerraba un tiempo de silencio y sumisión al más irracional desvarío que la ingenuidad democrática de una generación de españoles no supo ver a tiempo. Y también con ella se abría el fin de esa sumisión. Hoy es posible que a la mayoría no le diga nada y sin embargo con ella Arcadi lo dijo todo. Somos ciudadanos de un pueblo libre en un Estado de Derecho que no estamos dispuestos a seguir consistiendo que una pandilla de traficantes de sentimientos arruinen nuestros derechos. Los nuestros y los de nuestros hijos.
Lo dijo Gloria Lagos con palabras sencillas: "Arrimaremos el hombro para que este disparate sea solo un mal recuerdo en España. No me importa si un niño ha nacido en Barcelona, en Vitoria, en Mallorca o en Orense. Es un niño. Si él no puede defenderse, nosotros lo haremos en su nombre". Gloria venía de Galicia, representaba a la asociación cívica Galicia bilingüe, una de las veinte y una que se había sumado a la llamada de Ciudadanos y al apoyo del Partido Popular, Unión Progreso y Democracia y Unión Comunista de España.
"Barcelona, 28 de septiembre de 2008" ha costado tres décadas en pronunciarla. Humillaciones e impotencias, infinitas frustraciones acumuladas a lo largo de un tiempo sórdido donde los derechos más elementales se han conculcado en la más absoluta impunidad; miserables estigmas marcados a fuego por una prensa sumisa al poder nacionalista, heridas del alma; ciudadanos indefensos ante el acoso moral de un tiempo histórico donde los verdugos pasaban por víctimas camuflados en el último refugio de los canallas, la nación.
La nación real o inventada, qué más da, nación al fin construida de exclusiones. El reverso sucio de aquella "nación de ciudadanos libres e iguales" que la Ilustración nos abrió a las democracias para acabar con el derecho divino y con todas las expropiaciones que cualquier casta, qué más da, imponen en nombre de un rey, de un iluminado militar o de una lengua propia en peligro de extinción.
Ese tiempo de silencio interior que millones de ciudadanos han gestionado con dignidad o sin ella, ha costado un mundo desenmascararlo. Tres décadas, para ser más exactos. Un puñado de don nadies, con oficios, pero sin beneficios, altruistas, arriesgados, insensatos para muchos, indeseables para casi todos, han escrito con su esfuerzo cada letra de esa fecha: Barcelona, 28 de septiembre de 2008. En ella están inscritas todas las asociaciones cívicas que en el más absoluto desamparo han luchado para llenar un día la plaza de Sant Jaume de ciudadanos corrientes reivindicando uno de los derechos más elementales del ser humano: libertad para trasmitir a sus hijos la lengua que aprendieron de sus padres. No importa cuál. Porque no hay lenguas buenas ni malas. Pero si además es oficial y común a todos los españoles, amparada por la Constitución y conocida por todos, el disparate es si cabe aún más incomprensible.
Y no era fácil. Hemos necesitado tres décadas para atrevernos a pisar la calle, a vencer el miedo: el miedo a ser señalados, excluidos y a estar solos, abandonados al fin por todas las instituciones que habrían de defendernos.
Por eso, 28 de septiembre de 2008 es el fin del acoso y el principio de una rebelión cívica. Nada volverá a ser igual, ni un día más volveremos a consentir que se nos pisoteen nuestros derechos, ni un día más volveremos a vivir con la sensación de estar abandonados a nuestra suerte. A partir de ahora, la falsa cohesión social con que nos chantajean y sobre la que construyen la exclusión de tantos ciudadanos la exigiremos y la convertiremos en el límite de sus abusos.
No puede haber cohesión social sin igualdad de derechos: queremos poder educar a nuestros hijos en la lengua o en las lenguas que, con la libertad garantizada por la Constitución, decidamos. Y quien nos lo impida habrá de enfrentarse al espejo del racismo cultural que tantas veces en la historia se ha impuesto con mil y una disculpas: la raza, la patria, la clase social, el sexo… o la lengua propia.
La impunidad en la que estos hacedores de patrias y exclusiones han impuesto sus privilegios ha terminado. Ya tiene fecha: el 28 de septiembre de 2008. La plaza de Sant Jaume abarrotada de ciudadanos libres, conscientes de sus derechos, lo certifica.
Sé que arriesgo demasiado, pero también arriesgamos el 1 de noviembre de 2006 y llevamos a tres ciudadanos al Parlamento de Cataluña por idéntico empeño. Entonces, la atmósfera nacionalista con la que nos asfixiaban había logrado que a la sociedad catalana le resultara inimaginable. Pero la noche electoral de El Calderón, con las cámaras de TV3 obligadas a gravar lo inadmisible, nos enseñó que nada es imposible si la empresa es justa y hay ciudadanos dispuestos a no aceptar vivir como súbditos.
La manifestación había empezado en la plaza Urquinaona a las 11 de la mañana de un domingo soleado. Banderas plurales, leyendas de libertad, rimas de colores: "Menos nación y más educación", "¿Dónde está?, ¡no se ve!, el PSC"; y siempre "¡Libertad!, ¡libertad!, ¡libertad", que convertían en un callejón de ecos la bella y ancha Vía Layetana. Allí, desde Urquinaona hasta la calle Fernando, gentes corrientes, llenándolo todo, hasta los huecos de los intransigentes que convinieron finalmente en no aparecer. Ni un solo incidente. Una fiesta democrática, una mañana de sol y de paseo hacia la libertad.
A un lado el Ayuntamiento, al otro la Generalitat, un escenario en bilingüe: "No a la imposición lingüística" y un símbolo con la lengua de los Rolling Stones cortada a la mitad. La voz maravillosa del actor Toni Cantó comenzó los parlamentos en una plaza Sant Jaume llena de libertad. Valiente este chico en nación tan dada al ayuste de cuentas. Había declarado:
Como maestro de ceremonias dio paso a varios representantes de las asociaciones cívicas de Cataluña y del resto de España. Con garra y un catalán perfecto, Irene García denunció el acoso moral a que los propios catalana parlantes han sido sometidos en nombre del miedo a perder su cultura y su lengua.Yo saldré a la calle para reivindicar la obviedad. Esa que los nacionalistas niegan. En este país se vulneran derechos fundamentales por asuntos lingüísticos y los ciudadanos deberían tener más libertad a la hora de elegir la educación de sus hijos, algo que me parece fundamental.
Irene acababa de psicoanalizar el alma miserable de quienes han amedrentado y explotado los mejores sentimientos de una ciudadanía dispuesta a defender con sinceridad la lengua catalana. Lo que no dijo Irene, pero nos lo recordó en carne propia la puericultura, Sara Burgos, es que no sólo coaccionan sutilmente. Cuando conviene, utilizan las represalias laborales sin miramientos. Acababa de perder el trabajo por negarse a atender en castellano a los niños que se dirigían a ella en este idioma. Su delito fue haberlo denunciado en El Mundo.¿Saben cuando me di cuenta de que me había convertido en una madre que se oponía a la inmersión lingüística en nuestras escuelas? El día que alguien supuestamente "bueno" me dijo que sin una inmersión lingüística de nuestros hijos en catalán, nuestra lengua desaparecería. No toler que me amenazan. No era una amenaza directa, sino muy astuta. Si no hacemos "eso", nos pasará “aquello”. ¡Cuidado! "Nos pasará a todos, es decir, a ti también". Si no les imponemos la inmersión, desaparecerá "tu" lengua, "tu" cultura. En definitiva, desaparecerá tu mundo y desaparecerás tú.
El miedo guarda la viña. Francisco Caja, presidente de Convivencia Cívica Catalana, que había llevado al Parlamento de Cataluña la Iniciativa Legislativa Popular en defensa del castellano, lo recordó en su expresión más trágica: el secuestro y tiro a Federico Jiménez Losantos en 1981 por haber firmado el manifiesto "Por la igualdad de derechos lingüísticos en Cataluña". O sea, lo mismo que el 28 de septiembre, pero 27 años antes.
Iñaki Ezkerra fue despiadado en su descripción:
El representante del Círculo Balear dejó claro que la instrumentalización de la lengua ha excedido los límites de Cataluña y el País Vasco: "Hoy hemos demostrado a nuestros gobernantes que la falta de libertad lingüística es un problema nacional".Se llamaba Herodes a un tipo que asesinó a los niños de su reino ante el temor de que uno de ellos pudiera usurparle un día el trono. Ibarretxe y Montilla son lo que podemos llamar "Herodes pedagógicos". Tratan de decapitar intelectualmente a las nuevas generaciones quitándoles el castellano, quitándoles el dominio perfecto de la lengua común, quitándoles las posibilidades de desarrollarse culturalmente para que no haya entre ellos quienes un día puedan relevarles en el poder y traer la libertad al País Vasco y a Cataluña.
La Plataforma de padres por la libertad de elección lingüística del País Vasco lo puso en evidencia a continuación: "Soy una madre de un niño de 8 años. Vivo en Vitoria donde el 95 por ciento de sus habitantes son castellanohablantes". El resto ya lo conocemos. Comoquiera que los niños castellanohablantes no alcanzan el nivel de euskera que la nación precisa, el Gobierno vasco retirará la subvención a los colegios que no alcancen los niveles de euskaldunización idóneos: "Al Gobierno vasco no le interesa si nuestros hijos adquieren conocimientos científicos, culturales, históricos o artísticos. Únicamente que aprendan y usen euskera".
Cerró las intervenciones cívicas Elvira, la presidenta de la Asociación por la Tolerancia que, junto con la Asociación Cultural Miguel de Cervantes, fueron los primeros movimientos cívicos que se rebelaron contra la limpieza lingüística en Cataluña. Y destacó una de las miles de contradicciones del actual Gobierno de Zapatero:
Ya en tono festivo, Toni Cantó cerró el acto con una anécdota en directo. Abrió su móvil y leyó un mensaje que "una buena amiga nacionalista" le había enviado la noche anterior del acto al enterarse de que había accedido a presentarlo: "Me duele que te manipulen esos cabrones. Ojalá fracase la convocatoria". Y Toni sin inmutarse pidió a la plaza entera que posara en posición de butifarra para enviársela a su amiga. Cosa de actores y de gente sin complejos.Hace unos meses, nuestra ministra de Educación, en una visita a Andorra, alabó su sistema de educación y dijo que los alumnos andorranos tienen "la inmensa suerte de poder elegir entre tres sistemas educativos diferentes" y que era un orgullo para ella que puedan optar por el sistema educativo español en diez centros. Pues bien, señora Cabrera, eso es justamente lo que exigimos para nosotros: que los padres tengan libertad de elegir el sistema educativo que desean para sus hijos y, si así lo deciden, educarlos en castellano.
Lo histórico ya lo he dicho, la fecha: Barcelona, 28 de septiembre de 2008. Su símbolo, la evidencia de que en España, quienes defendemos una nación de ciudadanos libres e iguales en deberes y derechos y consideramos a la lengua común de todos los españoles un patrimonio constitucional, hemos demostrado que juntos tenemos más fuerza que separados.
6 comentarios:
¿Sólo 5000?
Pues sí. Treinta años de manipulación nacionalcatalanista, con la ayuda de las escuelas, institutos y medios de comunicación, da para mucho. En Tianamen también eran pocos.
Esta cifra no sólo da una muestra del miedo de los catalanes a ser políticamente incorrectos sino, además, de la falta de libertad que padecen. Lo siento por los catalanes. No es una victoria del nacionalcatalanismo. Es una derrota de la Cataluña libre y plural.
Corrijo, fueron 4000. En una ciudad absolutamente democrática y libre, con derecho de opinión y manifestación. Donde la falta de libertad y las presuntas coacciones tan solo las ven los obcecados con ver represiones y manipulaciones de siete millones de personas. Como si fuesen idiotas.
Y no diga que faltó información, porque con internet es imposible tapar nada. Si con 17 asociaciones y autocares fletados para ir a Barcelona sólo reunen a 4000... ¿quienes están manipulados, los siete millones o los 4000?
Lo de nacionalcatalanismo veo que intenta equipararlo sutilmente con el término nacionalcatolicismo. Eso dice mucho de su talante demócrata, criminalizando aquello que no es de su cuerda.
¿Que van muchos? es un éxito. ¿Que van pocos? no, es que están manipulados. Ole tus huevos... demócrata (orgánico). Que pena.
Sí, es una pena. Ustedes los fanáticos catalanistas están empobreciendo a Cataluña. Nada de lo que se les pueda decir les producirá ningún efecto. Ningún hecho adverso será aceptado por ustedes. Nada les puede convencer. No hay necesidad de criminalizarles. Ustedes lo hacen muy bien. También el el País Vasco. Por supuesto, tampoco pasa nada. Sí, es una pena.
PD. Salvando las distancias que haya que salvar, millones de alemanes 'ignoraban' la existencia de campos de concentración. El autoengaño es muy fuerte,(una forma extendida de idiotez) especialmente si está incentivado por el acoso y la discriminación del nacionalismo. Ejerza de 'charnego'(en vez de pedir perdón) y verá los efectos.
Si en su anterior respuesta sustituimos "fanáticos catalanistas" por "señor Urbina" pues sí, lo ha clavado. Lo que muchos piensan como el comentario anterior.
Un fanático catalanista que escribe un impoluto castellano, per cierto. No me cuadra ¿Sería usted capaz de hacerlo con el mallorquín?
Y a la mínima ocasión, comparaciones con la Alemania nazi. Algo desmesurado, perverso y obsesivo. Denuncia su propio pensar reflejado en otros. El colega tiene razón: que pena.
Para la gente de buena fe. Sugiero que lean 'Nacionalismo y mentira' en este blog.
Ustedes, los fanáticos catalanistas, no tienen remedio. Le ruego que no me escriba más. Yo haré lo mismo.
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