Miguel Gil. Corresponsal político
Una auténtica marea humana anegó ayer al mediodía la madrileña plaza de Colón y sus inmediaciones, corte del paseo de la Castellana incluido, clamando:
“No más mentiras, no más treguas-trampa” al Gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero.
Miles de ciudadanos se unieron a las víctimas de ETA, convocadas por la asociación Voces Contra el Terrorismo (VCT) que preside el ex responsable de la AVT, Francisco José Alcaraz, y más de una decena de entidades adheridas.
Superando cualquier tipo de expectativa de los organizadores, decenas de miles de ciudadanos clamaron firme y serenamente contra una nueva negociación del Gobierno con ETA. Los manifestantes, entre los que fueron multitud quienes portaron banderas españolas, arroparon a las víctimas de la organización criminal al grito de “no estáis solos” (uno de los más coreados durante el evento).
Entre ellas, buena parte de sus rostros más conocidos, como el ex funcionario de prisiones José Antonio Ortega Lara, María Jesús González, Ana Iribar (viuda de Gregorio Ordóñez), o Ángeles Domínguez (responsable de la Asociación de Ayuda a las Víctimas del 11-M).
Pese a que la convocatoria de “rebelión cívica” de Alcaraz desafiaba todos los elementos (coincidencia de la visita del Papa, en pleno puente de la Almudena para los madrileños, sin apenas eco mediático salvo honrosas excepciones y, sobre todo, sin contar con el respaldo explícito de ni una sola formación política –con todo lo que ello conlleva–), el éxito de la respuesta ciudadana hizo de esta concentración un acto de tono épico y emotivo, de sosegada firmeza frente al terror y a los atajos que hoy se alientan.
La concentración comenzó con puntualidad a las doce del mediodía, bajo el sol de un día más propio de primavera que de estas fechas. La presentación corrió a cargo de nuestra colega de Libertad Digital Ketty Garat, quien convocó a los asistentes a un minuto de silencio tras el que llegaron las aplaudidas intervenciones de las víctimas.
En primer lugar las palabras francas y sencillas de la concejal del PP en el Ayuntamiento de Azkoitia, Pilar Elías (viuda de Ramón Baglietto), el discurso de calado acerca de las implicaciones políticas de los movimientos del Ejecutivo de Salvador Ulayar (hijo de Jesús Ulayar, ex alcalde de UCD de Echarri Aranaz, asesinado en 1979), la pasión y cercanía de la eurodiputada popular Teresa Jiménez-Becerril (hermana del concejal sevillano del PP asesinado junto a su mujer en 1998) y el de agradecimiento y exposición de la situación a la que se enfrentan de Francisco José Alcaraz, convocante (en 1987 el atentado de ETA contra la Casa Cuartel de la Guardia Civil de Zaragoza segó la vida de su hermano y sus dos sobrinas).
Todos ellos fueron interrumpidos por los coros de “Zapatero, dimisión”, “no estáis solos”, “libertad, libertad”, “queremos saber” o los constantes aplausos y abucheos en cuanto se mentaba el nombre del vicepresidente primero, Alfredo Pérez Rubalcaba.
Pilar Elías dedicó buena parte de su discurso a censurar la política penitenciaria del Gobierno, ahondando en los acercamientos y excarcelaciones parciales a presos de ETA más o menos arrepentidos o autoexcluidos de la banda.
Elías subrayó lo “injusto” de que, tras tener que padecer que uno de los responsables del asesinato de su marido se hubiera instalado en los bajos de su casa con una cristalería, hoy tenga que soportar que a otro de ellos “ya le van a sacar dentro de poco a la calle, cuando sólo ha cumplido 13 años y tiene 22 de condena”. Asimismo, enfatizó: “Estamos aquí para decir que no aceptamos una paz producto de enjuagues. No aceptamos la traición a nuestros muertos”.
Ulayar, por su parte, se ocupó de la legitimación a ETA desde el Gobierno, entre otros muchos asuntos –ver información adjunta–, cosechando buena parte de los aplausos y Jiménez-Becerril, “nerviosa”, como ella misma confesó, comenzó su turno apuntando: “Hemos tenido que volver porque Zapatero no ha aprendido la lección, sigue sin enterarse de quién es ETA”.
Jiménez-Becerril expresó que no tiene duda alguna de que “Zapatero negociaba ayer y negocia hoy”, por eso advirtió: “No voy a aceptar una falsa paz que no pueda explicar a los hijos de mi hermano asesinado sin avergonzarme”.
“El Gobierno sigue negociando con ETA y lo sabemos”, reiteró, añadiendo acto seguido: “Yo sí tengo pruebas”; a saber, la libertad de Díez Usabiaga, el paradero desconocido de José Antonio Urrutikoetxea, Josu Ternera o que el Gobierno “quiere que entren en política y nosotros queremos que vayan directamente a la cárcel”. Una idea que repitió con énfasis: “Ellos están en la calle y deberían estar en la cárcel. ¡Ésas son nuestras pruebas!”.
Por último, la intervención de Alcaraz. Recibido con una ovación cerrada, agradeció la presencia de los allí congregados y la labor de los pocos periodistas y medios de comunicación que habían apoyado el acto, citando entre ellos el Grupo Intereconomía.
Alcaraz, además de anunciar nuevas movilizaciones, evidenció la “voluntad” de negociar de Zapatero (ver información adjunta). “Seamos diez o diez mil, lo importante es que hay una parte de la sociedad civil que no va a tragar con más treguas-trampa”, sentenció. “Aquí los únicos que faltan son los asesinados”, espetó en una clara referencia velada a las sorprendentes ausencias, y añadió: “Queremos un fin de ETA por una derrota, no un fin pactado”.
Por último, el broche final del evento con el himno nacional de España, más emotivo que nunca al sonar ante algunos de quienes han sufrido en sus carnes el terror por esta nación. (La Gaceta)
1 comentario:
Me da vergüenza que ni un sólo partido político (ni siquiera UPyD) acudiera a la manifestación. ¿Qué clase de gentuza nos gobierna o aspira a gobernarnos? No sé cómo tendrán la caradura de pedir el voto a los mismos ciudadanos a quienes les han dado la espalda. Sólo por ser víctimas merecen el apoyo y el reconocimiento de todos. Incluidos los medios de comunicación: la prensa que alardea de ser libre, plural e independiente y que omite actos en los que no pueda sacar una foto de Rajoy o ZP sosteniendo una pancarta. No encuentro palabras para expresar el asco que me dan.
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