La campaña de las elecciones autonómicas que se celebrarán en Cataluña el próximo 28 de noviembre sube de intensidad día a día. Joan Puigcercós, candidato de Esquerra Republicana de Catalunya (ERC), fue taxativo ayer durante una visita a Terrassa: “Llevamos explicando desde 1993 a todas las familias de Cataluña que hacemos grandes esfuerzos fiscales no recompensados, que estamos a la cola en infraestructuras, que Cataluña ha sido vejada e insultada por el solo hecho de ser diferentes”, dijo el líder republicano. Avisó, de nuevo, que el PP puede ser el árbitro de la situación tras los comicios. “Y no podemos permitirlo, no podemos permitir que CiU sume con ellos, porque este pacto ya lo conocemos y fue el origen de los males de hoy”.
En Tarragona, el ministro de Interior y vicepresidente del Gobierno, Alfredo Pérez Rubalcaba, pidió también al candidato de CiU, Artur Mas, que se pronuncie con claridad sobre “si pactará con el PP, el partido que con su líder al frente, Mariano Rajoy, recurrió el Estatuto, que inventó la catalanofobia y que enfrenta a Cataluña con el resto de España; que lo diga, que en campaña los partidos han de retratarse”. Porque, como subrayó el ministro, “este Estatuto es nuestro y lo vamos a defender”. Y recordó que Rajoy es aquel señor que “pedía un referéndum pueblo por pueblo” y el representante de un partido que “emitía cuñas de radio en Andalucía advirtiendo que en Cataluña no se podía hablar en castellano”. Justamente cuando comenzaba su discurso, una decena de activistas antinucleares infiltrados entre el público desplegaron varias pancartas de protesta por la posible instalación de un cementerio nuclear en la cercana localidad de Ascó, pero el incidente no pasó de anécdota.
Paradojas de la vida, Rubalcaba coincidía minutos después con Rajoy en el AVE que les había de llevar de vuelta a Madrid, porque ambos hicieron campaña en tierras de Tarragona durante la jornada de ayer. Extraños compañeros de vagón. Hasta la candidata popular, Alicia Sánchez-Camacho, terció en la coincidencia, pero para arrimar el ascua a su sardina, ya que criticó que Rubalcaba se acercase solo unas horas a Tarragona para “vender humo” mientras que Rajoy llevaba pisando tierra catalana desde el pasado jueves. “La estrategia de los socialistas consiste, únicamente, en hacer discursos demagógicos y no dar soluciones”, denunció Sánchez-Camacho, ya que “viniendo sólo unas horas a Cataluña no se conocen los verdaderos problemas de los catalanes”.
Pero su cercanía sirvió al presidente de Unió Democràtica (UDC), Josep Antoni Duran Lleida, para sacar el hacha de guerra. “Que la gente no se engañe: no son elecciones para reforzar a Rajoy para llegar a la Moncloa ni para reforzar a Zapatero para que continúe unos cuantos años más. Son elecciones única y exclusivamente para el Parlamento catalán”. Y subrayó que su coincidencia en Tarragona pone en evidencia una realidad: “Que el PP y el PSC no son nada sin el PP español y sin el PSOE”. Porque, para el democristiano, “no nos jugamos si ha de ser el PP o el PSOE; ni si Cataluña ha de ser independiente o no después del 28 de noviembre. Nos jugamos si Cataluña se va a hacer puñetas”.
Pero el discurso del dirigente nacionalista se dirigió a alertar de que el Tripartito puede volver. “Atención, ciudadanos y ciudadanas de Cataluña: el Tripartito puede volver a gobernar. Esto no sería nada bueno para nuestro país”. Porque, según la última encuesta del CIS, “por un diputado está en juego que gobierne CiU o que lo haga el Tripartito”. Y denunció: “Ya sé que el president Montilla ha dicho que por principios no lo volverá a reeditar. Pero el principio de Montilla es gobernar con el Tripartito, como ya lo demostró. Y, en todo caso, estoy seguro que la misma noche electoral, antes de que el gallo cante tres veces, Montilla deshará sus promesas de ahora como ya lo hizo en la última legislatura”.
Reproches hacia CiU
La jornada, por otra parte, fue pródiga en reproches. Como los de Puigcercós hacia Mas, a quien acusó de “hacer trampas cuando dice que no podrá hacer políticas sociales porque no hay dinero en la caja del Gobierno, pero anuncia la supresión del impuesto de sucesiones a los más ricos”. En otras palabras, lo que pretende CiU es hacer política "para una minoría". O los del candidato socialista, José Montilla, que denunció que el líder convergente promete eliminar impuestos por valor de 800 millones de euros. Y le conminó a explicar qué quiere recortar, cuántos médicos, mossos, maestros, quiere despedir y cuántas escuelas quiere cerrar. “No vale engañar a la gente. Menos impuestos son más gastos. Por eso, a mí no me oiréis hablar de rebajar impuestos, y menos a quien más tiene. Por eso os digo que hay gente que no es de fiar. Y el candidato de CiU no lo es”.
Más duro fue el alcalde de Tarragona, Josep Fèlix Ballesteros, que sacó a la palestra el tema de la corrupción y, especialmente, del caso Millet, es decir, el expolio del Palau de la Música. “Dicen que la culpa es del fiscal”, ironizó. Y por eso acusó a CiU de que su actitud con este caso, en el que la formación nacionalista está bajo sospecha por los indicios de financiación irregular a través del Palau, es igual a la del PP con el caso Gürtel.
Alicia Sánchez-Camacho también tuvo reproches para el líder de CiU y arremetió contra Artur Mas, que presentó sus propuestas en educación: una sola escuela, donde el idioma vehicular es el catalán pero con una educación trilingüe en catalán, castellano e inglés. “La prioridad para el PP es una educación de calidad y no una política lingüística de exclusión del castellano en las escuelas”. Y, sobre el decreto que permita a los directores de los colegios vigilar si las comunicaciones entre el personal o entre los alumnos son en catalán, rechazó que “los directores de los centros se conviertan en policías”, frente a lo que propuso “una escuela bilingüe en castellano y catalán”.
El candidato de ICV, Joan Herrera, también arremetió contra Mas, que prometió recientemente ayudas económicas a familias con niños para que puedan costearse un canguro o guarderías. “CiU sólo quiere un tipo de familia, la tradicional, y, además, con su política de cheques busca que las mujeres se queden en casa”. Herrera propugna “un cambio profundo en la sociedad” para asumir que los trabajos familiares y el cuidado de las personas sea asumidos conjuntamente por “hombres, mujeres, instituciones públicas y empresas”, por algo ICV quiere “una sociedad 50/50, donde hombres y mujeres compartan la misma responsabilidad”.
El candidato de Ciudadanos, Albert Rivera, por su parte, vaticinó que “en Cataluña se han acabado ya los 23 años de pujolismo y de conceder carnets de catalanidad, de diferenciar a los ciudadanos entre buenos y malos catalanes”. Y anunció que ha llegado la hora de “gestionar Cataluña, de acabar con la corrupción, de cumplir la Constitución y la sentencia del Estatuto y de poner en marcha una nueva ley electoral”. El portavoz de la formación, Jordi Cañas, también acusó a Montilla de mentir y subrayó que “él mismo ha incrementado las multas lingüísticas en un millón de euros y quince días después de hacerlo dice que no es partidario de las multas”. Cañas afirmó también que “nos gusta Cataluña tal como es” y reclamó un punto de rebeldia para decidir el futuo, porque “unos quieren un futuro de independencia y nosotros queremos un futuro de convivencia”. (El Confidencial/Antonio Fernández. Barcelona).
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REBUZNOS PERIFÉRICOS.
Excepto Albert Rivera (Ciudadanos), los demás procuran rebuznar en cuanto les dan la menor oportunidad. En cuanto a Sánchez-Camacho, el problema es que son poco creíbles. No se atreven a hablar claro. No quieren importunar al nacionalismo rampante que inunda el Oasis. Pero son y serán igualmente insultados y descalificados por españolistas y fachas. Parece que no lo quieren entender. Pero los resultados electorales deberían hacerles reflexionar.
De todos modos, así como la mayoría de españoles se merece lo que tiene (Zapatero) porque le ha votado, la mayoría de los catalanes se merece lo que tiene (Montilla, Carod, Herrera y ahora, probablemente, Mas) porque lo ha votado.
Treinta años de nacionalismo indentitario han retrasado a Cataluña del primer puesto de España al segundo. Al menos. En casi todos los aspectos y no sólo en el económico. Recuerdo cuando estudiaba la carrera en Barcelona. Era la referencia de España en cine, teatro, sistemas educativos, modas, ferias y fiestas, etcétera. Y, por supuesto, era la locomotora económica de España. Ya no es así. Y la culpa no es de Franco ni de Aznar. La responsabilidad es del nacionalismo identitario catalanista.
Ahora bien, es típico de esta enfermedad política (aunque no en exclusiva) no reconocer los propios errores. La culpa siempre es de Madrid. Así lo dicen y repiten los más fervientes catalanistas y los catalanes de bien.
Sin embargo, cuando una persona nunca es responsable de nada porque, según dice, la responsabilidad siempre es de los demás, ¿qué pensamos de ella? Que no ha madurado. Que es un niño aunque lleve barba. O sea, no se pueden solucionar los problemas si antes no se reconocen. Pero el 'enfermo' no considera que deba cambiar nada. Él es perfecto. Son los demás los que deben cambiar. Porque son los demás (Madrid) los que le han llevado a la ruina.
Únicamente las personas inteligentes y con un cierto grado de humildad, son capaces de reconocer los errores propios. Y rectificar. Me temo que se reaccionará (no sólo en Cataluña sino, también, en el resto de España) cuando hayamos llegado al fondo del pozo. Deseo equivocarme.
Sebastián Urbina.
PD.
El Presidente Zapatero ha dicho en Seul que esta crisis ha acercado a los países pobres y ricos. Y se congratula de ello. Quisiera haber interpretado mal sus palabras. Desearía poder rectificar. Me temo que no. El rojerío estúpido (o sea, el rojerío) ve la igualdad como igualitarismo radical. Es decir, seamos iguales aunque todos seamos más pobres. Lo mismo han hecho en educación con la LOGSE. Ahora la educación se ha nivelado más. Pero a la baja. ¡Qué contento estooooooooy!
1 comentario:
No tengo yo muchas esperanzas de que maduren. Después de 30 años de chantaje victimista, me temo que poco van a cambiar.
Y lo de Zapatero es de risa, si no fuera porque es presidente del 'gobierno'. Claaaaaaaaaro, es mucho más inteligente empobrecer a los países ricos que tratar de desarrollar a los pobres. Supongo que quien no se consuela es porque no quiere. Así igual aminora su sentimiento de culpa occidental.En fin...
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