Charlotte Roche es una escritora o algo así (es autora de un texto porno llamado Zonas húmedas) que ha ofrecido una noche de sexo al ministro alemán Christian Wulf a cambio de su veto a la prolongación de las centrales nucleares. Lo que no es un hecho extraordinario pues la política está llena de historias semejantes. De oportunistas que desembarcan en la arena política para ganar fama y dinero a través del sexo. Algunas, como Cicciolina, aquella actriz porno, famosa por haber hecho una felación a un caballo en una de sus películas, incluso fue elegida para el Parlamento italiano en 1987 y allí estuvo hasta el 91, no sé si en permanente topless que era como ella hacía la campaña electoral.
El problema es saber qué diferencia hay entre lo anterior y lo de los vídeos porno de Cataluña. Tanto el del PSC como el de los jadeos de Montserrat Nebrera. Qué diferencia hay entre el uso del sexo en unos casos y otros. Qué diferencia hay entre la operación comercial de la escritora porno y la operación política del vídeo del PSC. O qué diferencia hay entre la campaña del topless de Cicciolina y los jadeos de Nebrera.
Me cuesta encontrarla. Porque en todos y cada uno de los casos hay utilización del sexo femenino en supuestos mensajes políticos. Y en todos los casos, y esto es lo más interesante, no son malvados hombres machistas los artífices sino las propias mujeres.
Son ellas las que explotan el sexo para lograr, ¿objetivos políticos? ¿fama? ¿dinero? Sea Charlotte Roche, Cicciolina, las chicas de las Juventudes Socialistas del PSC o Montserrat Nebrera.(Edurne Uriarte).
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Por supuesto. Honra a Edurne Uriarte hablar claro y no someterse a la dictadura feminista. Hay que ser imbécil, o estar asustado por la presión de lo políticamente correcto para no ver que hay 'buenos' y 'malos', tanto en hombres como en mujeres.
¡Pero qué cantidad de gilipollas hay!
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