LAS MANIPULADAS CIFRAS DEL DELITO.
Aunque menos de lo debido, y aunque haya sido a raíz de que Zapatero considerase "empleado" a los parados en formación, los medios de comunicación han denunciado algo la manipulación que, desde hace años y de forma sistemática, vienen haciendo los Servicios Públicos de Empleo, cuyas estadísticas no contabilizan como parados a los llamados DENOS, demandantes de empleo no ocupados que acuden a cursillos de formación.
Sin embargo, menor reflejo ha tenido en la prensa otra manipulación estadística, no menos grave, como la que evidencian los datos del Ministerio de Interior sobre el número de delitos que se perpetran en nuestro país. Y no será porque los sindicatos policiales no lo hayan denunciado.
Aunque siempre se ha dado cierto maquillaje a nivel de alguna comisaría, y las memorias estadísticas de la Fiscalía General del Estado no siempre hayan sido exactamente coincidentes con las del Ministerio del Interior, dichas denuncias y diferencias han aumentado exponencialmente desde que Rubalcaba se hizo cargo de Interior. No era de extrañar, conociendo al personaje y teniendo presente que, nada más llegar al Ministerio, cambió la normativa sobre estadísticas a través de una circular en la que prohibía a los agentes hacer público cualquier dato de este tipo. Con todo, la manipulación ha llegado a tal extremo que mientras el departamento que dirige Rubalcaba cifra el número de delitos denunciados en España el año pasado en 1.770.465, la Fiscalía General del Estado lo cifra en 4.750.465.
No me extrañaría que en los tejemanejes que Rubalcaba se trae con Caamaño para redefinir qué es y qué no es delito, y su posible explotación contra el adversario político, donde el servilismo de la Fiscalía va a tener que ejercer un papel esencial, el todopoderoso vicepresidente del Gobierno aproveche para pedir al Ministerio Público que no deje tan en evidencia "la cocina" de los datos de Interior.
Claro que, viendo la escasa reacción mediática y política ante lo que no puede ser un simple error, sino una evidente, y tal vez delictiva, manipulación de datos estadísticos, tampoco me extrañaría que Rubalcaba no se le tomase con prisa. (Guillermo Dupuy/LD)
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