martes, 3 de enero de 2012

RAJOY.......










 



RAJOY, OTRO SOCIALISTA MENTIROSO.


Y el cambio de Gobierno trajo a España... ¡más socialismo! La llegada de Rajoy al poder auguraba un esperanzador cambio de rumbo en la política económica. Sin embargo, este sueño fue barrido de un plumazo en el Consejo de Ministros del pasado viernes, cuando, por sorpresa, el presidente popular aprobó una de las mayores subidas fiscales de la democracia. Esta decisión, más allá de las nefastas consecuencias que tendrá para el conjunto de la economía nacional, demuestra que Rajoy es un socialista más en materia presupuestaria y, sobre todo, un mentiroso en la arena política. Nada nuevo bajo el sol, aunque millones de electores depositaron su confianza en los populares, que prometieron que el cambio era posible.

Resulta desolador observar lo poco que ha durado dicha promesa, poco más de un mes desde las generales del 20-N, y lo endeble e ilusorio que ha sido el discurso del PP en estos últimos años. El brutal aumento de impuestos aplicado sobre las rentas del trabajo, el ahorro y la vivienda tan sólo puede ser calificado de traición. Traición a los votantes del PP, porque este partido incluyó en su programa electoral el compromiso explícito de no subir los impuestos, algo que su líder, Mariano Rajoy, reiteró hasta la saciedad:
– 11 de julio de 2009: "En una situación de crisis, donde todo el mundo lo está pasando mal, donde todo el mundo tiene dificultades, donde mucha gente ve cómo no le paga ni siquiera la Administración, es un disparate quitar recursos a los particulares y subir los impuestos. Y eso va contra el empleo".
– 27 de septiembre de 2009: "La subida de impuestos no es necesaria. La subida de impuestos no se justifica y la subida de impuestos es profundamente insolidaria con las clases medias y trabajadoras españolas".

– 22 de agosto de 2010: "Ahora el Gobierno habla de que va a subir los impuestos, incluso ha llegado a decir que para ponernos a nivel europeo. Eso es un insulto a los españoles, porque los españoles son los terceros ciudadanos de la Unión Europea que hacen más esfuerzo fiscal, los terceros".
– 17 de noviembre de 2011: "En principio, no voy a tocar ningún impuesto si gano las elecciones, salvo los impuestos a emprendedores, que esos sí hay que bajarlos porque la gran prioridad nacional en España es la creación de empleo (...) En el medio y largo plazo, pues según cómo vaya evolucionando la economía, pero en principio no vamos a tocar ningún otro impuesto".

– 19 de diciembre de 2011 (Discurso de investidura): "Mi intención es no subir los impuestos porque creo que en un momento como éste, y más a los pequeños y medianos empresarios o a las empresas, con las dificultades que están pasando, no me parece lo más razonable".
Quién te ha visto y quién te ve. La palabra de Mariano vale lo que vale, es decir, nada. Rajoy fue elegido presidente con un discurso en el que prometía reducir el déficit sin subir los impuestos, pero a las primera de cambio gobierna como el resto de sus nefastos homólogos en Grecia, Italia o Portugal –el caso de Irlanda presenta importantes matices–.

De hecho, los engaños no acaban aquí. El PP justifica ahora esta medida "extraordinaria" y "temporal" de forma... injustificable, ya que, si bien el descuadre presupuestario para 2011 puede superar el 8% del PIB –frente al 6% previsto por Zapatero–, no es menos cierto que algunos miembros del actual Ejecutivo, como el propio De Guindos (ministro de Economía), conocían de antemano este dato, por lo que no es una sorpresa. Por otro lado, el PP gobierna en casi todas las comunidades autónomas, y son éstas, precisamente, las principales responsables del desvío presupuestario, no el Gobierno central. Además, resulta cuanto menos extraño que en Génova desconocieran la grave situación financiera con la que han de bregar sus barones. Por último, pero no menos importante: si hay que reducir el déficit en 40.000 o 50.000 millones de euros este año, ello no justifica el sangrar aún más la economía productiva con vistas a sufragar el derroche público, sino que es la prueba fehaciente de que los políticos deben apretarse el cinturón, pues siguen gastando más de lo que ingresan.

La gravedad de esta subida fiscal no radica sólo en la flagrante mentira de Rajoy, sino en sus efectos. La promesa de austeridad pública, unida a la conformación de un Gobierno capacitado para acometer los grandes retos que afronta el país, permitía aventurar un fuerte saneamiento económico en el presente ejercicio. Sin embargo, por desgracia, la partitura mostrada por Rajoy se asemeja mucho, al menos por el momento, a la ejecutada por Zapatero desde 2008. El nuevo presidente se decidió el pasado viernes por una política fiscal puramente socialista, tal y como proponían PSOE e IU en sus respectivos programas; de hecho, mantiene el Impuesto de Patrimonio y la subida fiscal a la grandes empresas aprobadas hace poco por Salgado, así como políticas sociales de Zapatero como la Ley de Dependencia, el PER de 400 euros para parados, la renta básica de emancipación o el permiso de paternidad. Rajoy se ha comprometido a garantizar las bases del insostenible Estado del Bienestar, revalorizando las pensiones públicas y el actual régimen de prestaciones por desempleo; y hasta ha otorgado luz verde a la inefable Ley Sinde.

Por si fuera poco, el PP ya baraja avalar la deuda autonómica, lo cual supondría socializar desmanes ajenos, cubrir los agujeros bancarios mediante la creación de un banco malo que sufragará el contribuyente o mantener intacta la actual Ley Antifumadores, entre otros despropósitos. Sin duda, aún está todo por hacer, y medidas como el recorte público de casi 9.000 millones de euros en el primer trimestre están muy bien encaminadas, pero, por el momento, el socialismo domina de forma contundente la partida. Mucho tendrá que cambiar el PP en los próximos meses para reconducir el resultado. Hoy por hoy, tras sus primeras decisiones, Rajoy tan sólo ha demostrado ser otro socialista mentiroso y, por tanto, su período de gracia llega a su fin.
Manuel Llamas es jefe de Economía de Libertad Digital y miembro del Instituto Juan de Mariana.

5 comentarios:

María dijo...

Ayer no cabían los coches oficiales en la calle Constitución de Palma. Cava para brindar. Pantallas gigantes con sillas de plástico en el exterior. Dietas porque había "autoridades" de todas las islas, incluso de Formentera. Y todo para la toma de posesión del nuevo delegado del gobierno. Como si fuera Obama. Hay 17 delegados del gobierno. Multiplique. Para que luego intenten venderme que es necesario que a mí me suban el IBI y el IRPF. PARA QUE TODOS PAGUEMOS SU DESPILFARRO. Encima salta la nueva ministra de empleo destacando la "capacidad de diálogo" de José María Rodríguez. Sí. Creo que sobre todo en determinados despachos de Antratx se le dio muy bien dialogar con Hidalgo para evitar que le detuvieran. Y ahora tenemos a este tipejo de delegado del gobierno, coordinando la actuación en la comunidad de una policía y una guardia civil a quienes todo apunta que les fastidió el trabajo. Si tuvieran vergüenza se les caería la cara. Eso sí, preguntas a los periodistas no dejaban hacer.
Tradicionalmente me he sentido siempre más cerca ideológicamente del PP que del PSOE. Pero cada vez me convenzo más de que no es tanta la diferencia. Me dan asco. Si ni siquiera con mayoría absoluta en todas las instituciones van a cambiar las cosas son exactamente igual de responsables (y repugnantes) que socialistas y nacionalistas que nos han llevado a esta situación.

Sebastián Urbina dijo...

La cosa es penosa. De todos modos, no debemos olvidarnos tan pronto de los desastres del zapaterismo. Los populares son unos cagoncillos más eficientes (estoy simplificando) que los sectarios enfermizos del pesoe.
¿Querríamos volver atrás?
Y eso que estoy cabreado con Rajoy y su tropa.

María dijo...

Por supuesto que prefiero no volver atrás. Y no me olvido tan fácilmente de ZP (ojalá pudiera). Ni de Pajín o Aído. Ni de los estatutos. Ni de EpC. Pero creo que la gente pide un cambio. Y de momento es más de lo mismo. ¿Qué hay de la libertad lingüística? ¿Con reformar un decreto para que el catalán pase a ser mérito cuando ya ni Dios va a poder entrar en la administración lo arreglan? Sólo digo que muy bien, vamos a rebajar la deuda y a hacer ajustes. Y quitamos pañales a discapacitados o el menú de acompañante de los menores ingresados. Pero no nos bajamos del coche oficial. Rebajamos a la mitad los coches, pero seguimos teniendo 20 para el govern de una comunidad de 1 millón de habitantes. Hacen falta reformas estructurales. Y acabar con la sangría y el despilfarro públicos. Que el PSOE haya sido malo no, malísimo no va a hacer que rebaje mi exigencia con el PP. El "y tú más" ya no me sirve. Porque este país se va a la mierda si no hacen algo. Y subir impuestos mientras mantienen privilegios no me parece el mejor comienzo. Tal vez hace falta tiempo. Pero en Baleares ya llevan medio año.

Galafrin dijo...

Lo decìa una locutora emprendedora en una radio, el electo no tiene ninguna experiencia de la impresa privada y menos del emprendedor. Peor, ha vivido del cuento los ultimos ocho año a costa del erario publico.

Ya le habìan tomado la medida los sindicatos verticales, quienes tan afable lo encontraron. Se lo van a comer con patatas

Me recuerda el famoso "read my lips" de GW Bush al pueblo americano. Menos mal que a la renta variable no se toca, asì siguen los inversores de España al 20% mientras en Francia estan al 30%. Eso es negocio. Me llegan lagrimas de agradecimiento.

Acabarà mas ridiculo todavìa que su predecesor el barbudo ese, si no le echan a patadas antes porque la economìa ya no puede empeorar mas.

Paro, immigracion y inseguridad son las tres lacras que tiene que combatir el mandatario europeo atlantico hoy para recuperar una economìa decente.

Hay en España mas immigrantes que parados, igual en Francia y Reino Unido, significa que si se aplica la preferencia nacional al mercado laboral todavía salen ganando los immigrantes, no quedando un solo nacional en paro. No puede Europa occidental cargarse el paro del resto del mundo. Fundamental.

Pero ya no puede ir el mas votado a pedir a Bruselas como lo hacìa Aznar y le va costar mucho para entender.

Encima tenemos que votarles a estos indecentes.

Sebastián Urbina dijo...

Pues estamos de acuerdo.