(Esto es una ingenuidad. El problema de fondo está en el sistema
educativo y en las siete televisiones públicas de Cataluña, que llevan décadas manipulando a generaciones de catalanes. 'Madrit ens roba'.
Además, Cataluña no es un oasis de limpieza frente a la corrupción española. No puede dar lecciones de honestidad.
Mientras esto no se
cambie- sistema educativo manipulador y medios de difusión subvencionados separatistas- el problema seguirá. Funcione o no funcione España. No, esa no es la cuestión.
Rivera, despierta.)
"SI HACEMOS FUNCIONAR El país, EL DESAFÍO SE ACABA"
C's garantiza el fin del independentismo en su programa electoral para "recuperar España".
El
'asunto catalán' protagonizó la presentación del programa con el que Ciudadanos
espera gobernar tras el 20-D. El mensaje, muy claro: "Hagamos funcionar
España y Cataluña se querrá quedar".
(El Confidencial)
2 comentarios:
De tanto en cuanto, se oye eso de que la democracia es el menos malo de los sistemas políticos. Pues bien, si acaso es perfectible, que creo que sí, ¿se hace algo efectivo para reparar sus posibles deficiencias? Por ejemplo, ¿puede construirse un régimen en una comunidad si no puede presentarse a reelección un partido cuando ha completado más allá de dos o tres legislaturas seguidas? O bien, ¿puede hablarse de democracia, de juego limpio, cuando un pueblo se presenta ante las urnas inficionado por una única y determinada educación y sin libertad de información en los medios? Otrosí y por acabar, cuando se vive en un tal escenario y, además, si se atribuye al partido en el gobierno el salario que se percibe por no trabajar, ¿se puede decir que el votante elige libremente a sus representantes?
P. S.: Parece que es cierto que hubo altercados en ciertas tiendas cuando algún cliente, indignado, no pudo comprar el producto ficticio que previamente fue publicitado. En general, pensamos de prestado y ello convierte en algo muy frágil y cuestionable a nuestra democracia.
El que es frágil es el ser humano y todo lo que construye. Pero deberíamos aceptar que es consustancial a nuestra humanidad la imperfección y la incertidumbre.
De modo que acepto las críticas a la democracia pero miro al 'mercado de las ideas políticas' y no me apetece irme a otro sitio. Aún reconociendo los muchos y desesperantes defectos. O sea, otro mundo es posible. Y peor. Sin embargo, hay que interiorizar la necesidad de utopías débiles o de bajo nivel para no quedar anquilosados.
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