miércoles, 8 de marzo de 2017

NOS ENGAÑAN VILMENTE

 (Esto es lo que pasará con los partidos tradicionales. Llegará un día- espero que sea pronto- en que la mayoría de los españoles estarán hartos. De tanto engaño, de tanta corrupción, de tantos impuestos.

Y votarán otras opciones. De esas que llaman 'populistas'. Veremos lo que sucede. Pero lo actual es insoportable.)





 NOS ENGAÑAN VILMENTE.

Enrique de Diego Villagrán es un periodista y ensayista español, licenciado en Ciencias de la Información por la Universidad Complutense de Madrid.

Ser español en España no compensa, es una ruina. El español está siendo obligado a trabajar para financiar a los extranjeros, y eso es un hecho objetivo. El español está siendo esquilmado en su propia nación. En España es mucho más rentable ser inmigrante ilegal, especialmente marroquí o argelino.

Siendo inmigrante ilegal en España se puede vivir bien y, desde luego, mucho mejor que en los países de origen.

1.- En la Comunidad Valenciana basta con llevar empadronado un año en cualquier municipio de la región para cobrar una paga de 532 euros. Si se trata de un matrimonio con hijos, la paga se eleva a 775 euros. Pero, además, se accede a subvenciones al alquiler (250 euros mensuales), más beca de comedor, plaza en una escuela infantil y, por supuesto, sanidad gratis. Todo ello sin haber contribuido nada. Valencia imita la línea seguida por Navarra.

2.- En Vascongadas, un integrista recientemente condenado a 3 años y medio cobraba la Renta de Garantía de Ingresos, 625 euros más 250 euros de alquiler de vivienda: 875 euros mensuales que dan para un pasar, mientras se prepara una masacre. Los siguió cobrando desde su detención hasta su ingreso en prisión, para que no pasara penurias. El encarcelamiento no nos sale tampoco rentable, pues el coste por recluso es de 22.375 euros anuales. Con el dinero de las ayudas sociales, se puede hacer turismo: Redouan Bensbih murió combatiendo en Siria mientras seguía cobrando la ayuda, de la que vivían él y su familia en Marruecos. Siguió cobrando después de muerto, pues el dinero lo retiraba un amigo.

3.- En Cataluña, la creciente comunidad marroquí vive en el 80% de las ayudas sociales. Cuando en vez de ingresarlas en el banco se envió al domicilio un cheque nominativo, resultó que 7.000 perceptores vivían en Marruecos. Una especie de jubilación anticipada con 600 euros del contribuyente español. Un auténtico chollo.

4.- En la Comunidad de Madrid, el 76% de las ayudas a alquiler del año 2016 fueron destinadas a extranjeros, preferentemente marroquíes y argelinos. Y, por supuesto, las más elevadas: entre los 1.000 y los 2.000 euros. Al parecer, los madrileños españoles no viven de alquiler y no precisan ayudas.

5.- En España el extranjero no necesita trabajar, puede vivir cómodamente del contribuyente: cien mil extranjeros cobran pensión no contributiva. Es decir, que nunca han contribuido ni han trabajado. Toda una ciudad de tipo medio como Segovia o Guadalajara, subvencionada.

6.- A los inmigrantes ilegales les sale muy rentable el delito. Como hemos visto, siguen cobrando la ayuda social hasta ingresar en prisión, incluso si son terroristas islámicos, y en la cárcel siguen viviendo del contribuyente. Mientras en 1975, la población reclusa en España era de 8.000, prácticamente todos españoles, ahora se eleva a 60.175, de los que 17.147 son extranjeros, de los cuales el 25% marroquíes, que también contribuyen a los programas de sucesos con el 18% de los asesinatos.

7.- Esa población extranjera reclusa nos cuesta 406 millones de euros anuales. Además, la llamada violencia de género es una lacra a la que contribuyen poderosamente los extranjeros, pues en 2016 el 45% de los asesinatos de ese tipo fueron cometidos por inmigrantes. En lo que va de 2017, aportan el 80%. La población inmigrante, en proporción, es 6 veces más violenta que la española.

8.- Si un inmigrante okupa la casa de un español, resulta muy difícil desalojarle, pues los servicios sociales se ponen de su parte y eso representa gastos judiciales. Una familia de Fuenlabrada ha sido denunciada por una familia marroquí que ocupó su casa. Al volver de vacaciones, se encontraron que se había cambiado la cerradura. El juzgado aún no ha determinado.

9.- Ser inmigrante ilegal es tan rentable, que en Pakistán cobran 6.000 euros por el pasaje a España. A cambio, los hijos sobrantes podrán vivir de las ayudas sociales.

10.- Los inmigrantes legales e ilegales reciben, además, comida gratis en las parroquias, en Cáritas y en los comedores sociales. Y pueden retirar en la Seguridad Social gran cantidad de medicamentos con los que hacer negocio en sus países de origen. Recientemente, una familia marroquí moría aplastada por la ropa atesorada en su casa para venderla en Marruecos.

11.- Los imames cobran más, por no trabajar. En Vascongadas, el imam de Vitoria, acusado de pederastia, cobra 1.000 euros mensuales. Ahora están siendo colocados en el sistema educativo como profesores, pagados por el contribuyente.

12.- Con tanto beneficio y ayuda, a los inmigrantes en España les sale rentable la natalidad, pues reciben ayudas añadidas. En España ya han nacido 436.066. El 16% de los inmigrantes son menores de 16 años. Los más prolíficos son los de Nigeria (19%), Marruecos (18%), China y Argelia (16%). Los porcentajes son relativos al total de la población de esa nacionalidad.

13.- Si quieren optar a la nacionalidad española, les resulta fácil y cómodo: los sudamericanos la consiguen a los 2 años, los ‘refugiados’ a los 5 y el resto, a los 10. Todos los niños de matrimonios marroquíes nacidos en España pasan automáticamente a ser españoles, porque Marruecos no les reconoce la nacionalidad.

14.- Ser inmigrante ilegal en España es un auténtico chollo. Se vive mucho mejor en España sin trabajar que en el país de origen trabajando. Es lo que explica que cada año recibamos 30.000 rumanos, cuando en Rumanía el paro es del 7,5%, mucho menor que en España.

El español, por el contrario, si es autónomo tiene difícil cobrar cualquier tipo de subsidio. Ha de pagar impuestos, como el de la renta, patrimonio, sucesiones. Ha de pagar tasas de todo tipo y pagar a precios muy elevados la electricidad. Sus propiedades son igualmente penadas con el IBI. Sus coches con el impuesto de circulación.

Y eso que una nación no sólo es el plebiscito de los siglos, como decía Ernst Renan, sino también un patrimonio que se ha ido acumulando a través de generaciones: carreteras, caminos, edificios públicos, catedrales, iglesias, ayuntamientos, cuarteles. Gary Becker, Premio Nobel de Economía, proponía que el inmigrante pagara una cuota de entrada, como se hace en un club privado, cuyos socios han ido generando un patrimonio. Los inmigrantes no han contribuido a nada de eso. Lo han hecho generaciones de españoles que ahora son penalizados para mantener a los extranjeros.

A todo esto, que suena bastante a estafa y a suicidio colectivo, le han puesto la vitola de solidaridad. Desangrados a impuestos, los españoles no van a tener ni pensiones: en la hucha quedan 15.020 millones, insuficientes para pagar la extraordinaria de diciembre. Y eso para los que ya están. Para los que vienen, no quedará nada.

No se necesita saber mucho de economía para entender que el ser inmigrante en España está incentivado, mientras el ser español resulta altamente gravoso. Al no ser rentable ser español autóctono, cada vez serán menos y tenderán a extinguirse, mientras al ser mucho más rentable ser inmigrante, incluso ilegal, cada vez vendrán más. Cuestión de incentivos. Es un proceso de sustitución demográfica primado constantemente desde las instituciones públicas. La cuestión es quién va a financiar a los extranjeros y a los nacionalizados en el futuro. ¿Asaltarán todas nuestras casas, como la de la familia de Fuenlabrada?

Señor extranjero, usted primero, por favor.

Y esto señores no es discurso de odio, son datos reales.


4400 marroquíes cobran la renta básica en Euskadi, casi 3 millones de euros al mes.

También hay 5 estadounidenses, 4 australianos y 1 de la Antártida.

(Recibido por internet.)



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