martes, 12 de febrero de 2008

QUEDARSE CORTO.



13/2/2008.



QUEDARSE CORTO.




Uno de los materiales que manejan los profesores que acuden al curso de Ciudadanía de la Fundación Cives es el cuento para niños «Mi escuela y el mundo». Elaborado por la federación de enseñanza de UGT y el Instituto Sindical de Cooperación al Desarrollo de esta organización, en la publicación se describen los distintos continentes en el marco de un supuesto viaje de los protagonistas. Al definir África, se dice que conviven distintas religiones como el islam (que se destaca como una religión de paz) y el animismo, pero las demás no se citan, ni siquiera el cristianismo. Del continente se dice que estaba organizado en poderosos reinos que tenían riquezas, hasta que llegaron los europeos y convirtieron a sus habitantes en esclavos. De América se destaca que las potencias mundiales se dedican a saquear sus recursos. Cuenta que «cuando los españoles llegaron a América no iban en son de paz» y que «como estos pueblos no tenían armas de fuego, fueron derrotados por unos seres extraños, blancos y barbudos que llegaron de lejos».
Europa queda reducida en el cuento a la categoría de «península de Asia en la que se dan una serie de características comunes», como la cultura y la lengua (procedentes del latín), pero no se hace ninguna mención al cristianismo y sus derivaciones culturales, desde el Románico, al Gótico y el Renacimiento.(LaRazón).





En más de una ocasión he comentado que los progres o el rojerío son una cuadrilla de impresentables. De vez en cuando me pregunto si me estoy pasando. Pero mis dudas se disipan con facilidad. Casi cada día, por no decir a diario, aparecen noticias que confirman que esta tropa es impresentable. Habría que inventar nuevas palabras para definir a esta manada que supura sectarismo, rencor e ignorancia.

Y lo más grave es que hay millones de personas que siguen y apoyan a estos impresentables. Son los del escándalo del 'Prestige', que ahora se quedan callados como muertos ante el chapapote en las costas de Algeciras. Son los que van por el mundo con dos varas de medir, la de los 'buenos' (ellos) y la de los 'malos' (los otros). Son los que no admiten que haya hechos que vayan en su contra. Por eso, una de sus características es el sectarismo y el dogmatismo. Y estos defectos van de la mano de la ignorancia. No se puede aprender si se desprecia e ignora la realidad. La realidad que no gusta, claro es.

Por eso es tan importante que el Partido Popular (aún con sus defectos) entienda que es absolutamente necesario un rearme moral, una apelación sincera a los principios y una defensa clara de los mismos. Una oferta de debate público para explicar (y repetir hasta la saciedad) qué principios defiende, qué tipo de sociedad quiere, qué medios está dispuesto a utilizar. Y convencerse, y convencer a los que se pueda, de que la izquierda española no tiene ninguna superioridad moral, ni intelectual sobre ellos.

Llámese derecha o llámese pensamiento liberal, es hora de entender que con la gestión (por otra parte, importantísima) no basta. Y esto lo ha entendido bien Rosa Díez. Esta valiente, competente y coherente política. ¿Cuándo lo entenderán los dirigentes del PP? ¿No se dan cuenta de que Educación para la Ciudadanía es un intento sectario de manipular las mentes de millones de adolescentes? Manipularlos a favor de sus consignas sectarias. Y en esta bazofia tienen la ayuda y la comprensión de un sector de la población, incluidos católicos y votantes del PP. ¿Idiotas? ¿Quieren parecer progres? ¿Es que no se enteran?

Y hablando de impresentables. Pedro Almodóvar, progre hasta las cachas, tiene en bolsa, inmobiliarias y cine, 67 millones de euros. Y no me parece impresentable por esto sino porque ataca todo lo que le ha permitido forrarse. Un sistema de mercado y un sistema de libertades que desprecia y critica a la menor ocasión. Un mundo occidental malvado, del que se aprovecha. Como el resto de mariachis. Y, encima, con el dinero nuestro, insultan a la mitad de los españoles. O más, porque no hay que descartar que entre los votantes socialistas haya gente decente. Y si la hay, que espero que sí, no pueden aceptar que se insulte a la mitad de la población por no opinar como ellos. Es una nueva versión de la progre periodista catalana Maruja Torres: 'Los votantes del PP son unos hijos de puta'.


Talante, sí señor.

Sebastián Urbina.

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