martes, 23 de septiembre de 2008

EDUCACIÓN PROGRE.


(diarioliberal.com) Emergencia educativa para padres

Ante todo debo advertir a los lectores que no soy experta en temas educativos y que dar lecciones sobre la educación de los hijos me parece una osadia. Educar nunca ha sido fácil, todos los que tenemos alguna responsabilidad educativa - especialmente nosotros, los padres- somos conscientes de ello.

Pero, después de “alucinar” leyendo esta carta que están recibiendo los padres de una escuela pública de primaria de Cataluña no tengo más remedio que trasmitir mi preocupación por la educación de nuestros niños, más aun, por la educación de los padres de los niños y niñas de las nuevas generaciones.

Les traduzco:
Bienvenidas familias:
Os informamos que en el pasado Consell Escolar, celebrado el mes de junio del curso pasado, se debatió el tema de la coeducación. La propuesta del claustro de profesores de realizar la actividad de las duchas en vestuarios mixtos, en la clase de educación física, fue totalmente aceptada por los padres y madres.
Por lo tanto, este curso comenzaremos esta actividad respetando esta decisión del claustro de profesores y del Consell Escolar.
El objetivo es fomentar el respeto y la naturalidad en la aceptación del propio cuerpo y del de los otros sin poner barreras arquitectónicas que obliguen a hacerlo separando a los alumnos por sexos. Es una actividad que forma parte de la programación y entendemos que puede haber alguien que tenga sus dificultades y reservas. Debéis confiar que los profesores sabremos como tratar el tema para que ningún niño/a se sienta forzado. Sabemos que todos los cambios suponen un tiempo de adaptación.
Aprovechamos para recordar que es necesario venir con la ropa de deporte desde casa y traer una muda completa para cambiarse, unas chanclas de goma y un gorro de baño para la ducha, jabón no hace falta. También han de traer unas zapatillas de sport con las suelas bien limpias para no estropear el parquet del gimnasio. Consultar el horario para saber qué día hacen Educación Física.
Atentamente, el equipo directivo

Si , han leído bien. INCREIBLEMENTE REPUGNANTE, ¿no les parece?
No sólo porque esta medida se haya tomado desde el Consell Escolar sin consultar a TODOS los padres, ni tampoco porque me parezca un despropósito que eso forme parte de la “programación” escolar. A estas alturas, ya es evidente que diversas administraciones educativas pretenden idiotizar y manipular las mentes de nuestros hijos a través de esa bazofia ideológica que llaman Educación para la Ciudadanía.

Más bien me produce repugnancia esa manipulación porque demuestra falta de criterio acorde con la condición humana, por la indolencia, la corrupción de valores, la dejadez de funciones, de aquellos que somos, por naturaleza, los primeros e irrenunciables educadores de nuestros hijos, los padres. Y por lo tanto, somos nosotros los que tenemos la obligación de no claudicar en la educación de nuestros jóvenes y luchar para salvaguardar todo aquello que puede afectar en el comportamiento y actitudes de NUESTROS hijos, especialmente, en lo referente a la dimensión humana de la sexualidad, el relativismo moral, la ideología de género o la cultura de la muerte, entre otras muchas barbaridades. El futuro de la sociedad depende de ello.

Entonces, ¿qué podemos hacer para ejercer nuestra responsabilidad educativa y no “crear” niños prostituidos, vulgares, indolentes, anárquicos, corruptos y desequilibrados?

A la vista de este panorama, estoy convencida de que la única solución se encuentra en volver a recuperar los auténticos valores morales que ensalcen la dignidad de la persona. Y esto supone una labor urgente, de la que, por lo menos los padres, no podemos evadirnos. Es más, es nuestra responsabilidad encontrar soluciones lo más inmediatas posibles para salvaguardar su intimidad como un mecanismo instintivo que les protege de todo tipo de peligros y corrupciones en materia sexual ya sean en el baño, la forma de vestir o la manera de hablar.
Y aunque pueda parecer políticamente incorrecto, a esta intimidad-instinto en la persona, y que además de otras muchas cosas nos diferencia de los animales, se le llama pudor.

Por lo tanto, como padres tenemos la obligación de educar en la intimidad y el pudor a los niños y adolescentes para despertar en ellos el respeto y el dominio de sí mismos. Precisamos evitar, con todos los medios disponibles, el descarado intervencionismo sobre los principios ideológicos, religiosos, morales y éticos que consideremos esenciales para la salud física y espiritual de lo más valioso que tenemos entre manos, nuestros hijos.(Remedios Falaguera).
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EDUCACIÓN PROGRE.
¿Se enterarán los padres de que tienen obligaciones que cumplir?. Repitamos, una vez más, lo que dice el artículo 27 de nuestra Constitución.
'Los poderes públicos garantizan el derecho que asiste a los padres para que sus hijos reciban la formación religiosa y moral que esté de acuerdo con sus propias convicciones'. ¿Qué pasa? Pasan varias cosas.

En primer lugar, una buena parte del profesorado es progre. Algo parecido sucede con los medios de difusión, pero ahora estamos en el ámbito educativo. ¿Qué ha sucedido? Algo que ya sucedió, (no igual, por supuesto) en la década de los sesenta. Una gran parte de los profesores cometieron el mismo atropello. Sustituyeron (en todo o en parte) la
función típica de los profesores, que es la de enseñar, por una función ideológica, la de adoctrinar a los alumnos. Buena parte de los profesores creen que vivimos en una sociedad malvada, es decir, en una sociedad capitalista.

En esta selva humana sin valores respetables, los profesores tienen el deber de contrapesar la 'basura social' con los valores ideológicos que impidan la conversión de los alumnos en alienados capitalistas. En votantes de Bush, Aznar y demás bazofia política. Deben admirar al Che, Fidel Castro y otros que ellos oportunamente dirán. Por supuesto, estos valores emancipadores serán los valores de la izquierda, moralmente superiores. Ser de derechas es facha, casposo y antiguo. Es lo que dirán a sus respectivos padres.


En esta línea está la nueva asignatura Educación para la Ciudadanía. Con independencia de que unos libros sean más sensatos que otros, la cuestión central es que los padres son los responsables de la educación moral y religiosa de sus hijos. Y el Estado debe garantizar este derecho de los padres. Pero no es así. El Estado (o sea, los políticos gobernantes) prefieren que sus falanges ideológicas manipulen a los alumnos en la dirección que les parece más conveniente.
Por ejemplo, la religión es bazofia o reaccionaria, si es la Católica. Por supuesto, hay que respetar al Islam. El capitalismo mata, explota y desprecia la dignidad de las personas. A diferencia del socialismo.Y un largo etcétera.

No es cierto que se trate de una asignatura aséptica. Nunca puede serlo si trata de formar a los alumnos para ser buenos ciudadanos. Pero lo que sí podría esperarse es que la autoridad respetara la ley vigente, el citado artículo 27. Además, si quieren formar buenos ciudadanos (en vez de votantes de izquierdas) podrían dar esta asignatura: 'Derechos Humanos y Constitución'. Tales enseñanzas, además de la participación debida de los padres, ayudarían a la formación de buenos ciudadanos. Ciudadanos demócratas.


En segundo lugar, vemos cómo una parte de los padres han renunciado a serlo. Una madre denuncia que en un colegio público de primaria, en Cataluña, el claustro de profesores ha propuesto duchas mixtas, con el apoyo de la mayoría de los padres. Ya han empezado a mojarse. Con la oposición de una madre indignada. Y con toda razón. Con independencia de que los profresores progresistas regalen condones de colores a los alumnos, es responsabilidad de los padres, de todos y de cada uno de los padres, aceptar que sus hijos e hijas se duchen (o no), en pelota picada por supuesto, en compañía de sus compañeros de clase. Todo esto para 'el conocimiento del cuerpo ajeno sea algo normal'.


Sugeriría que los profesores y profesoras se ducharan juntos (con o sin condones de colores) y después, una vez limpia la zona, enviaran a sus hijos para que se ducharan juntos. A ser posible cantando alguna canción. En catalán, por supuesto. Y que dejaran en paz a los padres y a los hijos ajenos para que se ducharan y mearan en solitario. Por desgracia, es una constante del pensamiento totalitario sustituir (o tratar de sustituir) a la familia en la educación de los hijos. Los continuos y sonoros fracasos de la izquierda, y sus experimentos pedagógicos, no les impiden seguir su tarea manipuladora. Pero también es culpa de muchos padres, que lo permiten.
Grave responsabilidad.

Finalmente, el Estado. O sea, los políticos, porque el Estado no funciona solo. Los políticos, especialmente los que tienen una mentalidad totalitaria (usualmente afiliados al 'perfeccionismo social'), tratan de manipular (suele emplearse otra palabra más fina) las mentes de los alumnos para que se adapten a las nuevas formas de vida progresista. Esto casa con la idea (idiota) de que la escuela no debe transmitir conocimientos (esto es de derechas) sino que se debe transformar a la escuela en un lugar de 'convivencia' en el que se produzcan 'experiencias'. Es cómico, pero las consecuencias no dan risa.

Soy un firme partidario de respetar la autoridad de los profesores. Pero solamente cuando estos profesores son competentes y decentes. En otro caso, animo a los padres a desafiar a estos tipejos que quieren sustituirles a ellos. Si les dejan hacer, ellos (y no ustedes) habrán educado a sus hijos en los valores que ellos (no ustedes) creen que son los más deseables. O sea, tendrán hijos pogres. Dios le ampare.

Sebastián Urbina.
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Educación para la Ciudadanía. La escolarización del odio

Por GEES

En Libertad Digital nº 1584 | 24 de Septiembre de 2008

La sociedad civil española está sufriendo la mayor ofensiva ideológica en muchísimo tiempo. Una ofensiva cultural, ideológica, política e institucional con un calado y un alcance históricos y de consecuencias imprevisibles. La polémica de si esta ofensiva es una cortina de humo o no, no tiene en verdad mucho sentido: En cualquier caso, asistimos a una ofensiva pedagógica cuyas consecuencias se extenderán en el futuro, afectando a próximas generaciones y probablemente alterando el equilibrio electoral español.
La punta de lanza de esta ofensiva es Educación para la Ciudadanía: el proyecto de adoctrinamiento de los niños españoles en los valores de Zapatero, Aído, Zerolo o Peces Barba. Un proyecto de alcance histórico cuyo ejemplo más cercano lo encontramos hoy en Cataluña y el País Vasco. Allí –para no crispar y no provocar–, se dejó a los nacionalistas educar a nuestros hijos. Pues bien, los frutos de lo cedido en los años ochenta los estamos recogiendo ahora: Una generación de niños a semialfabetizar, con escasos conocimientos de matemáticas, literatura o física. Pero eso sí, drogados hasta el tuétano por los dogmas nacionalistas. Una generación, en suma, que no ha sido enseñada para prosperar, progresar y mejorar, sino que ha sido enseñada en el odio. Odio a España. Y odio al que ahora los estrategas del PP, la generación Obama, dice que no tiene más remedio que sumarse para ganar elecciones.
Para la derecha, el peligro de Educación para la Ciudadanía no es menor. Bajo la meliflua y pegajosa cháchara buenista, EpC es la asignatura del odio. Su contenido es una enumeración de todo aquello que deben aprender a odiar los niños para ser tolerantes, democráticos y pacifistas. Se caracteriza en primer lugar, por la cristofobia, la afirmación de que hay que acabar con el cristianismo, con su práctica y con su presencia en la sociedad española. La izquierda está haciendo todo lo posible por acabar con él. Han cambiado los métodos, pero hoy los partidos de la memoria histórica tienen bastante claro que hay que acabar con cualquier oposición moral a la moral progresista.
En segundo lugar, EpC se caracteriza por la eurofobia y la hispanofobia; el rechazo a la historia española y europea, a su pasado y a su aportación al mundo. Por eso la defensa del multiculturalismo, o la Alianza de Civilizaciones, que no es más que el intento de disolver la cultura occidental igualándola a las demás. Desde hace ya tiempo se está educando a nuestros hijos en el autoodio, el odio de la cultura y la tradición de sus padres y familiares. Este rechazo a la herencia recibida, este odio hacia lo propio, alcanza ahora categoría curricular.
En tercer lugar el odio al liberalismo, con todo lo que conlleva. El rechazo a la economía de libre mercado y a su globalización, a quienes se culpa de todos los males del mundo; el rechazo al uso de la fuerza por parte de las democracias liberales (guerra de Irak) y la justificación del terrorismo; la culpabilidad eterna de Estados Unidos, y la disculpa de los regímenes antiliberales; la denuncia continua de Israel, única democracia rodeada de dictaduras; o la denuncia constante del conservadurismo, del neoliberalismo o del neoconservadurismo como doctrinas hacia la que los niños deben estar prevenidos para salvaguardar la democracia.
Educación para la Ciudadanía recoge del socialismo real una cosa: la conversión del odio en materia escolar, estudiable y evaluable. ¿Cabe decir ante todo esto –como hace el PP– que se "reconoce el derecho de los padres a la objeción de conciencia"? ¡Faltaría más! ¿Pero no tiene ninguna otra cosa que decir? Para nosotros está claro. Allá los dirigentes del Partido Popular si son capaces de prescindir de María San Gil y seguir como si aquí no pasara nada; allá ellos si prefieren posar solemnemente con Zapatero como si aquí alguien no hubiese traicionado, a ellos y a los españoles, negociando con ETA; allá ellos si son incapaces de defender la política económica de Aznar ante los desvaríos de dos analfabetos económicos como Zapatero y Blanco; allá ellos, en fin, si esperan que la crisis económica les deposite suavemente en La Moncloa sin ser descubiertos por Prisa.
Pero en lo referente a la asignatura del odio, la responsabilidad histórica del Partido Popular trasciende esta miseria de la política. ¿Hay alguna duda de cómo saldrán las generaciones futuras de la inmersión ideológica de Zapatero? ¿No resulta evidente –a la vista de otras experiencias– qué van a pensar nuestros hijos del liberalismo, de la nación española o del libre mercado después de años de inmersión educativa? ¿Qué efecto van a causar en las mentes de nuestros hijos la cristofobia, la judeofobia y la hispanofobia convertidas en materia de estudio? ¿De verdad alguien piensa que los valores de la derecha española saldrán, no ya favorecidos, sino indemnes de esta escolarización del odio? La irresponsabilidad histórica de los dirigentes del PP es enorme. Por omisión, el Partido Popular está conduciendo alegremente a sus hijos hacia el odio a los principios que representa. O que representaba.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Libidinosos los hay en todos los lados. Pero los de la progresía se atreven. La gentuza y los sinvergüenzas políticos, lo consienten y les preparan el terreno. Como el personal, es decir la gente corriente, no les plante cara con firmeza, van ha acabar con los pocos fundamentos que aun quedan en esta sociedad. Y ante la ausencia de la oposición, van a tener que ser los afectados los que cojan el toro por los cuernos. Habrá que demostrarles que si ellos se atreven, la gente también.

FERNANDO SANTAYANA

Anónimo dijo...

No me'n puc avenir...
¿Y qué habrá? ¿un profesor 'tioguarro' vigilando que no pase nada?
Ni Mario Salieri sería capaz de imaginar algo así... creo :-P

saludos