(PD).- ¡Qué envidia! Nada más conseguir el sillón del hombre más poderoso del mundo, el demócrata Barack Obama ha retomado un mensaje con el que comenzó su campaña y que, una vez conseguir entrar en la Casa Blanca, suena maravilloso:
"El mensaje que hemos lanzado hoy al mundo es que no somos una serie de estados azules o rojos, de demócratas o republicanos, sino que somos los Estados Unidos de América".
Zapatero, en cambio, se proclama para gloria de titiriteros y demás patulea progre como "rojo". ¿No es para tener envidia?
Lo que ha quedado claro esta noche electoral es que Estados Unidos no es España. Y menos la de ZP. Pero nada que ver. Zapatero, en cuanto se puso el traje de Presidente del Gobierno, cogió su fusil y se dedicó a hacer política para una parte de la población. Y no sólo no se avergonzaba de sus malas artes en la gobernanza de un país moderno y avanzado sino que se vanagloriaba declarándose como rojo -con todo lo que el adjetivo denota y connota- en los medios de comunicación. Los progres de salón le aplaudían con las orejas. Por convicción y, de paso, a ver qué caía.
No, así, Barack Obama. Al contrario que el presidente socialista de España, el de Estados Unidos ha lanzado a sus compatriotas esta frase, que suena a otra cosa:
"El mensaje que hemos lanzado hoy al mundo es que no somos una serie de estados azules o rojos, de demócratas o republicanos, sino que somos los Estados Unidos de América."
Lo dijo Gustavo de Arístegui, diputado del Partido Popular, antes de saberse los resultados: "Obama no es Zapatero".
FIESTA EN EL CÍRCULO DE BELLAS ARTES
El listado sería infinito. No sólo grupos mediáticos inmensos, medianos y pequeños se han decantado por el caballo ganador, sino intelectuales, artistas y apegados han manifestado su deferencia por el candidato demócrata. Con entusiasmo. Algunos, como Miguel Ríos, lanzó la "chulada" de que si Obama no conseguía llegar a la Casa Blanca él retiraría su nuevo disco del mercado en señal de protesta, tal y como le explicó a Carlos Herrera en Onda Cero.
Pero la euforia llegó. Fue una fiesta de adoración. En lugar, no es de extrañar, el Círculo de Bellas Artes de Madrid.
Dice así la crónica de El País:
"Gran cola de entrada. Y a las 0.30, cientos de personas abarrotaban el hall y la cafetería del centro cultural madrileño. Una mujer cantaba el himno estadounidense desde un escenario y daba paso a la música en medio de un ambiente de fiesta y una perfecta imitadora de Sarah Palin que hacía de maestra de ceremonias. Había banderas, globos azules, rojos y blancos, estrellas... La panoplia de objetos del candidato demócrata también llegó a Madrid. Una pantalla gigante y otras de plasma conectadas a CNN, y hasta una orquesta rodeada de los carteles del Yes we can (Sí podemos), se convertían en los centros de la reunión. El Círculo se tiñó de azul Obama. Los ciudadanos estadounidenses de la capital dieron el resto frente a una pantalla convertida casi en oráculo".
Es seguro que los intelectuales y artistas del círculo de Zapatero han brindado hasta la madrugada con champán. Aunque, cuando les haya llegado a sus oídos que Obama ha dicho "el mensaje que hemos lanzado hoy al mundo es que no somos una serie de estados azules o rojos, de demócratas o republicanos, sino que somos los Estados Unidos de América" se les habrá helado el cuerpo. ¿Cuánto tardarán en tomarse el tratamiento contra la "obamitis" aguada que padecen? Quedan días, horas, para saber si lo suyo era contra Bush o contra los Estados Unidos. En unas horas...
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