miércoles, 3 de diciembre de 2008

EL OASIS


por Fundación Defensa de la Nación Española


El nombre y los apellidos de la cosa

Hemos sabido gracias a los medios de comunicación que la inmersión lingüística en Cataluña ha dado una nueva vuelta de tuerca. La ofensiva contra el idioma español, el común de toda España, se materializa ahora en la traducción al catalán no sólo de nombres, sino también de apellidos de unos opositores a la Administración de Justicia, publicados por el Diario Oficial de la Generalidad. Sorpresa produjo en los concursos de traslados al ver cómo Yolanda Hidalgo Cumplido se convertía en Yolanda de Gentilhome Complert, los nombres Dolores o Lidia se convertían en Dolors y Toreja o los genticilios Navarro y Soriano pasaban a denominarse Navarrès y Sòria.

Si ya ni siquiera en las administraciones públicas del resto de España un expediente llegado de Cataluña puede tramitarse sin usar el catalán, bloqueándose los topónimos españoles de Lérida o Gerona y sólo aceptándose los catalanizados Lleida y Girona, los policías autonómicos catalanes —que el nacionalismo se ha cuidado mucho de denominar mossos d´esquadra— no pueden usar la lengua española en las denuncias que tramitan, so pena de ser suspendidos de empleo y sueldo por sus superiores.

Este progresivo arrinconamiento del español se deja ya sentir en distintos sectores de Cataluña. Los empresarios de esta parte de España, sobre todo del negocio editorial, comienzan a trasladarse desde estas convulsas latitudes hispanas, de tal modo que Barcelona, hasta hace bien poco la ciudad de España donde más libros se publicaban, ha dejado paso a Madrid como capital editorial de nuestra Nación.

El desplazamiento administrativo de la lengua española, que ya sólo tres de cada diez servicios públicos en Cataluña usan, es una muestra de la separación real y efectiva de Cataluña del resto de España que los nacionalistas llevan acometiendo desde hace años. En manos de todos los españoles, no sólo quienes viven en Cataluña, en tanto que miembros de una misma Nación soberana, está el combatir esta situación.

3 comentarios:

Anónimo dijo...

Vivo en esta tierra hace 30 años. Amo esta tierra. Tengo el título de mestre de catalá. Pero rechazo esta tiranía lingüística. ¿Qué se ha creído "aquesta gent tan ufana i tan supèrbia"? Por culpa de ellos cada día más, si puedo, evito usar el catalán. Me di prisa en aprenderlo y estimarlo. Pero mientras manden estos me niego a usarlo.

Anónimo dijo...

En el tema de los topónimos, lo mejor es como ellos si catalanizan los toponimos:

Sagagossa, etc.

Anónimo dijo...

Estoy totalmente de acuerdo con Anónimo 1. Yo vivo en el Pais Vasco. No hablo el vascuence pues en la zona donde yo vivo, nunca ha sobrepasado la marginalidad. Sin embargo existe un vocabulario de uso frecuente desde siempre. El resultado de este intento de imposición lingüística que aquí también intentan es que procure no utilizarlo.