jueves, 5 de agosto de 2010

ENFERMOS DE IDENTIDAD.

Redacción | Publicado el 5 Agosto, 2010 | (MD)

Los partidos nacionalistas han decidido prohibir por ley la celebración de corridas de toros en Cataluña. Frente al formal argumento de la protección animal, algunos diputados nacionalistas confesaban en privado su verdadera motivación: habían conseguido expulsar un símbolo común español de las calles catalanas.

Ésa es y será la verdadera obsesión del nacionalismo en Cataluña: borrar del mapa todo aquello que recuerde que Cataluña y los catalanes formamos parte de España.

Y la prueba irrefutable de esa hipocresía es que los mismos partidos que han cerrado por decreto la Monumental son los que blindarán en breve, por ley, los toros embolados, típicos en las celebraciones populares de los pueblos de Tarragona.

Es decir, que el sufrimiento animal depende, para ellos, de la bandera que cuelgue en las tablas o de si se escucha un pasodoble o una sardana.

Y lo más curioso fue que durante el debate no escuchamos ni una palabra de los prohibicionistas dedicada a las perreras municipales de sus alcaldes que incumplen la ley de protección animal, a la caza o a la pesca.

El objetivo del nacionalismo catalán es construirse una nación propia basada en una supuesta identidad cultural, lingüística e histórica de Cataluña diferente del enemigo: España.

Como la realidad demuestra que compartimos cultura, costumbres, lengua, apellidos e incluso corrupción e incompetencia con el resto de España, desde la Generalitat llevan tres décadas practicando una limpieza identitaria para dibujar una Cataluña uniforme, cerrada, de pensamiento único y monolingüe.

Multar por rotular tu tienda en castellano, porque un taxi lleve la bandera española cuando gana España el Mundial, proponer la retirada de las muñecas flamencas y los toros como souvenirs en las Ramblas, prohibir que los niños hablen castellano hasta en el patio del colegio por ley o que vean la final del Mundial de ‘La Roja’ en los albergues de la Generalitat podrían ser bromas muy pesadas si no fuera porque son las últimas perlas que el tripartito y CiU nos han dejado en esta legislatura que se agota.

Lamentablemente, mi tierra es hoy un referente en prohibiciones y decadencia política, cultural y económica después de treinta años de gobiernos nacionalistas. Esperemos que en el futuro podamos volver a ser tierra de libertades y oportunidades como fuimos durante los primeros años de nuestra democracia.

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