El lunes 26 de julio El País publicó el artículo firmado por Felipe González y Carmen Chacón “Apuntes sobre Cataluña y España”.
En él afirman que la Constitución “ha permitido el desarrollo de un proceso federalizador en la configuración del Estado de las autonomías”. Y agregaban: “Aunque no estuviera contemplado en su letra”. Esta afirmación inequívoca y directa la hacen compatible con una contradicción en los términos cuando se refieren a “la federalización inserta en el marco normativo que nos dimos”. No hay ninguna federalización inserta en ese marco normativo. Dicen ahora que estamos en “un proceso federalizador”.
El “proceso federalizador” es un artificio, ya que los Estados miembros no preexisten, siendo ésta la nota esencial para una organización de Estados como es la Federación.
Estos procesos se tratan de introducir con engaño, con falsas razones y métodos antidemocráticos que pretenden la mutación constitucional mientras niegan el pronunciamiento del poder constituyente del pueblo, que podría estar encantado de dar su parecer ante tanto invento fracasado, ahora que tiene el conocimiento de las dificultades y problemas que depara la forma de estado de las autonomías.
Seguramente el señor González recordará estas palabras suyas: “Nuestro partido no viene a democratizar al Estado, sino a crear un Estado nuevo, el de las autonomías, fronterizo con el Estado federativo o federal, que es lo que nosotros estamos defendiendo” (mitin en el Palacio de Deportes de Gerona, 16-03-1980).
Pero no es la primera vez que se tratan de encubrir y edulcorar las posiciones respectivas entre el PSC y el PSOE. Decía José María Benegas en referencia al PSC: “No propugnan un Estado federal, sino la federalización del Estado”. Y afirmaba que pretendían “introducir principios de funcionamiento federal en el Estado de las autonomías”. Agregaba su conclusión: “Al final del proceso de construcción del Estado autonómico, éste se asemeje al Estado federal”. ¿Dónde observaría la similitud tan eminente conocedor del Derecho Constitucional Comparado?
Felipe González se había referido a los límites de la autonomía y el federalismo. “Es necesario que todos los partidos aclaren sus posiciones de una vez y que digan ya si quieren o no vivir dentro de la nación española, porque la autonomía tiene un límite, el federalismo; y el federalismo otro, el independentismo” (6-04-1982). Volvió a pronunciarse sobre los límites del cierre del proceso de descentralización: “Yo creo que no se va a cerrar nunca” y agregaba: “No sé si se debe” (Sevilla, 24-05-2002).
El mismo que impulsase la Loapa y que la defendió diciendo: “Es el marco de referencia para la construcción racional del Estado de las autonomías”. Al parecer, tantos años después ha encontrado la cuadratura del círculo con su referencia al “proceso federalizador”, pero ni los círculos son cuadrados ni la forma de Estado de las autonomías tiene nada que ver con el Estado federal.
La importancia de esa referencia al supuesto “proceso federalizador” se debe a que puede funcionar como excusa para el nacimiento de los Estados miembros, sin los cuales no puede hablarse en propiedad de Estado federal, ni de procesos federales, porque no hay entidad que federar. Si perseguían un Estado federal, ¿por qué tanto engaño? ¿Por qué presentar las autonomías como un “proceso federalizador”?
Si pretenden tal “proceso”, que invoquen la reforma de la Constitución y que se atrevan a defender el Estado federal. Total, sólo llevan 33 años defendiendo las autonomías. Como se ve, son muy coherentes y creíbles. Al parecer les sirve cualquier cosa. Ayer autonomías y hoy naciones, mañana Estados miembros. Y naturalmente, pasado mañana Estados soberanos haciendo uso de su soberanía concedida.
Ahora sacan a relucir la antigualla decimonónica de viejos federalistas de salón. “Proceso federalizador”, invocan los autores de la Loapa y los inventores de la nación preambular catalana. Una nación catalana de pandereta. El “proceso federalizador” se palpa en el PSC. Ha quedado patente en las “órdenes” al PSN. O el respeto democrático y federal al PSM, como se ve estos días.
La forma de Estado de las autonomías sólo es un instrumento para los creadores de naciones en su “proceso federalizador”. La justificación que se usó para las autonomías está in puribus.
Y esa forma de Estado en la Constitución no tiene nada que ver con el federalismo o “proceso federalizador” por muchas razones y entre ellas las siguientes:
1º. En el Estado federal los Estados miembros preexisten a la federación.
2º. En España la soberanía reside en el pueblo español. Sólo existe una nación.
3º. Los Estatutos son aprobados por las Cortes.
4º. La Constitución no reconoce órganos propios que puedan aprobar la constitución de los Estados miembros o su reforma.
5º. No se pueden asociar varias comunidades autónomas, como sí puede ocurrir en el Estado federal.
Para crear un Estado federal se precisa una reforma sustantiva de la Constitución. Sería necesario crear los Estados miembros y, si no fuesen Castilla y Aragón, sería pura invención de algunos pequeños condados (si se prefiere condado preambular). Para disponer de Estados miembros es preciso proceder a la ruptura de la unidad nacional y del propio Estado.
Más de 30 años para organizar las nacionalidades. ¿Cuántos siglos se tardaría en esa otra ocurrencia del Estado federal? Provoca hilaridad que quienes son incapaces de organizar un proceso federalizador en su propio cortijo invoquen ese espantajo decimonónico y fracasado.
*Jesús Neira es profesor de Derecho Constitucional en la U. Rey Juan Carlos (La Gaceta).
2 comentarios:
Sebastián,
Muy bien traído el artículo del profesor Neira; el repudiado por la izquierda por no estar con sus tesis.
La izquierda, al menos en España, siempre ha sido golpista. El problema ahora es que el golpe de Estado es tácito, paulatino pero inexorable y en esta época el pueblo español está entretenido con Belén Esteban. Es necesario que la crisis arrecie para que actúe como enema purificador.
Se les llena la boca con la palabra democracia pero ellos son los que más hacen por destruirla porque en en el fondo no creen en ella porque ellos aspiran a ser un PRI español y a perpetuarse en el poder sea como sea.
Un saludo
Así es. De acuerdo en todo menos en lo de 'inexorable'. No hay que decírselo ni a uno mismo. Ni en broma.
Al contrario: 'Rendíos, miserables. Estáis rodeados'.
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