lunes, 30 de agosto de 2010

SARKOZY Y ZAPATERO.








FRANCIA DECLARA LA GUERRA A ALQUEDA.

¿Hay que pagar rescates para liberar a compatriotas prisioneros de terroristas? ¿Hasta qué punto un país puede negociar con personas o intermediarios la liberación de terroristas bajo precio de que vuelvan a cometer atentados?

Francia, a diferencia de España, opina que no se debe ni negociar ni pagar el rescate a terroristas. Al menos eso es lo que ahora asevera el presidente francés, Nicolas Sarkozy, que, ante sus embajadores, ha criticado en París a “aquellos que pagan rescates para liberar a compatriotas secuestrados en una acción beneficiosa para el terrorismo”, en velada referencia a la posición española de negociar la liberación de los cooperantes catalanes Albert Vilalta y Roque Pascual tras nueve meses de cautiverio a manos de una facción moderada de Al Qaeda en el Magreb Islámico (AQMI).

Sarkozy defiende en su legislatura, en contra de lo que hicieron predecesores suyos en la presidencia de la República como el socialista François Mitterrand (que en los años ochenta sí pago rescates para liberar a franceses en África), que “la vía con los terroristas no debe ser la negociación ni el pago del rescate” porque se contribuye a financiar futuros atentados y se muestra debilidad.

A la espera de que el Gobierno español explique a la opinión pública si finalmente se pagó rescate por la liberación de los cooperantes catalanes y a cambio de qué “otras peticiones se nos ha concedido” (como confirmó el grupo terrorista en un mensaje de audio remitido al diario español), Francia ha reaccionado a la decisión española de realizar concesiones y negociar a cambio de la liberación.

A diferencia de los dos rehenes españoles liberados, el Gobierno francés, que dirige el conservador François Fillon, ha asistido este año a dos desenlaces distintos. El rehén Pierre Camatte fue liberado tras un intercambio de prisioneros en la misma zona del Sáhara donde opera AQMI. Sin embargo, el segundo ciudadano secuestrado, el ingeniero retirado de 78 años y enfermo del corazón Michel Germaneau, fue asesinado presumiblemente por una facción más radical de Al Qaeda tras una operación militar fallida de Francia junto con tropas de élite mauritanas para liberarlo.

Tras el asesinato de Germaneau a finales de julio pasado, el presidente Sarkozy tomó la determinación de “perseguir y combatir” a Al Qaeda en pleno Sáhara. “Francia nunca negoció la liberación de los secuestrados y en el caso de Michel Germaneau nunca tuvimos una prueba de que estuviera vivo. El presidente decidió tras conocer su muerte iniciar acciones militares en el Sáhara contra los terroristas”, confirman a El Confidencial fuentes oficiales francesas en París. Las mismas fuentes aseguran que “cada Gobierno debe decidir cuál es su estrategia de liberación y sus posibilidades militares de perseguir a los terroristas para que sean detenidos e impedir futuros atentados o secuestros”.

Intervenciones militares cruciales

Francia, como antigua potencial colonial en África y actual potencia nuclear con fuerte presencia militar en países africanos, es partidaria de las acciones militares para liberar los prisioneros capturados. En contra de lo que aseguró uno de los jefes del comando terrorista, París no negoció el rescate de Camette, de 78 años, secuestrado el pasado 19 de abril. Fuentes próximas a Fillon aseguran a este diario que "Francia ha declarado la guerra a Al Qaeda del Magreb", para lo que el Ejército galo llevará a cabo acciones militares secretas con el apoyo de países del Sahel que albergan en sus fronteras a milicianos, como Mali, Mauritania y Níger.

“En la zona del Sáhara, los grupúsculos terroristas optan por secuestrar a extranjeros como fuente de financiación. El problema aparece cuando un país acaba pagando el rescate, porque sienta un precedente por el que sus compatriotas pueden ser secuestrados”, afirma un analista militar francés. En cuanto a la opción del gobierno francés, este analista advierte de la dificultad de practicar detenciones en tanto que los terroristas “están dispersos, son nómadas y en muchas ocasiones se refugian en lugares remotos del desierto y protegidos por los clanes locales.

"Vamos a reforzar nuestro combate sobre el terreno contra Al Qaeda del Magreb Islámico con acciones militares que por seguridad no puedo precisar", ha asegurado Sarkozy recientemente en una radio francesa.(David Martinez/ElConfidencial)

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