No sé por qué llevo 48 horas recordando permanentemente aquella frase «mientes, Marcelino, y tú lo sabes», que espetó el secretario general de UGT, Nicolás Redondo, a su homólogo de CC OO, Marcelino Camacho, en una debate «cara a cara» en TVE, imagino que con ocasión de las primeras elecciones sindicales de la democracia. Bueno, sí sé por qué, pero tengo prohibido contarlo.
Y a propósito de mentiras, continúan siendo el denominador común del Gobierno de Zapatero.
La última, de la mano del ministro de Asuntos Exteriores negando que haya existido un problema con Marruecos por causa de los conflictos callejeros, ¿o no es un conflicto que impidan el suministro a una de nuestras ciudades?, provocados en la frontera con Melilla.
Aún no se habían acabado los ecos de las afirmaciones del ministro de Fomento, José Blanco (en la actualidad da la impresión de estar preocupado en recoger los vestigios del PSOE tras la derrota, si finalmente ésta se produce), sobre los «míseros» impuestos que pagamos los españoles.
Evidentemente, ocultó que España tiene el tipo máximo del IRPF (43 por ciento) muy superior a la media de la Unión Europea (37,5) o que la fiscalidad sobre las empresas es del 30 por ciento cuando la media europea está en el 23.
Tampoco se refirió a las diferencias salariales entre nuestro país y aquellos a los que pretendemos equipararnos, y eludió hablar del importante aumento de la presión fiscal experimentada durante la hégira zapateril.
En fin, entre las mentiras y las medias verdades que nos inundan desde el Gobierno, contemplamos una exhibición de argumentos que justifican el desplome de la imagen sufrido por el presidente y su equipo.
Y a propósito de mentiras, continúan siendo el denominador común del Gobierno de Zapatero.
La última, de la mano del ministro de Asuntos Exteriores negando que haya existido un problema con Marruecos por causa de los conflictos callejeros, ¿o no es un conflicto que impidan el suministro a una de nuestras ciudades?, provocados en la frontera con Melilla.
Aún no se habían acabado los ecos de las afirmaciones del ministro de Fomento, José Blanco (en la actualidad da la impresión de estar preocupado en recoger los vestigios del PSOE tras la derrota, si finalmente ésta se produce), sobre los «míseros» impuestos que pagamos los españoles.
Evidentemente, ocultó que España tiene el tipo máximo del IRPF (43 por ciento) muy superior a la media de la Unión Europea (37,5) o que la fiscalidad sobre las empresas es del 30 por ciento cuando la media europea está en el 23.
Tampoco se refirió a las diferencias salariales entre nuestro país y aquellos a los que pretendemos equipararnos, y eludió hablar del importante aumento de la presión fiscal experimentada durante la hégira zapateril.
En fin, entre las mentiras y las medias verdades que nos inundan desde el Gobierno, contemplamos una exhibición de argumentos que justifican el desplome de la imagen sufrido por el presidente y su equipo.
Así es la vida.
(Iñaki Zaragüeta/La Razón)
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¡Vote PSOE! ¡Vote progreso!
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