No paga a los farmacéuticos. No paga a los proveedores, muchos de los
cuales se ahogan sin remedio. Ha acumulado una deuda pública de
estremecimiento. Su déficit no es de recibo ni para España ni para
Europa. Pero, eso sí, se va de turismo a Israel con un séquito de 60
personas. El escándalo ha producido conmoción en toda España, sobre todo
en la región catalana.
Al comienzo de la Transición formé parte del séquito operativo del Rey
en su visita oficial a Francia, cuyo presidente era Giscard D’Estaigne.
No llegábamos a una docena las personas que acompañábamos al Monarca.
Formé parte también del séquito de la Reina cuando visitó en viaje
oficial Buenos Aires con motivo del 400 aniversario de su fundación. No
pasábamos de seis personas las que acompañamos a Doña Sofía, entre ellas
Dámaso Alonso, director de la Real Academia Española, y Luis Rosales.
En un alarde de nuevo rico, Arturo Mas viaja gratis total en aviones
especiales y hoteles de cinco estrellas. A todo lujo. Se ha hecho
acompañar por más de 60 personas, en un séquito que es un despropósito y
una desmesura en estos tiempos de austeridad y recortes.
La opinión pública podía haber acogido el despilfarro de Mas con
rechifla. Lo ha hecho con indignación. Oriol Junqueras y su marioneta
Arturo Mas no vacilan en derrochar el dinero público en embajadas en el
extranjero, en asociaciones y fundaciones secesionistas, en televisiones
adictas, en viajes gratis total y en los más absurdos tinglados para
crear un clima de soberanismo abiertamente anticonstitucional. Y
mientras tanto, los proveedores sin cobrar.
(Luis Maria Ansón/El Imparcial)
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