domingo, 17 de agosto de 2014

EL ENGAÑO FEDERAL.















EL ENGAÑO FEDERAL.



J.A. Zarzalejos escribe, en El Confidencial/7/Julio/2014, un artículo titulado ’Un libro decisivo para dar un vuelco a la Constitución’.  Se trata de la reedición del libro del profesor Eliseo Aja, ‘Estado autonómico y reforma federal’, que se presentó en Madrid a primeros de Julio de este año.

 Se sostiene como idea-fuerza que el Estado autonómico tiene la estructura de poder de un sistema federal, pero carece de su funcionamiento”. Después de defender una interpretación federal del actual Estado, Aja propugna una reforma que transforme el Estado autonómico en federal como estrategia para abordar los graves problemas existentes”.  

Según Jiménez de Parga, exPresidente del Tribunal Constitucional, ‘Con esta Constitución no es posible el federalismo en España’. Hizo estas declaraciones después de que el secretario general del PSOE, Alfredo Pérez Rubalcaba, hace ya varios años, se mostrara partidario de reformar la Constitución para instalar un modelo federal.

 Y añadió, "Lo que sucede es que el diseño de 1978 se ha desfigurado en la práctica y hoy tenemos una situación realmente necesitada de una reordenación, en el sentido de que se cumpla la Constitución’’. O sea, que el problema no estaría en la Constitución, sino en la falta de respeto a la misma.


 Zarzalejos, reflejando las ideas del profesor Aja, dice que la conflictividad entre el Estado y las CC AA es un síntoma claro de que la Carta Magna carece de instrumentos que aseguren su funcionamiento en la pluralidad institucional.

 Supongamos que sea cierto, tanto la conflictividad como la carencia de instrumentos adecuados. ¿Qué propone el profesor Aja con el apoyo de Zarzalejos? Dado que ya hemos padecido dos crisis independentistas, la del País Vasco en 2005 y la actual catalana que arranca de 2010, creen que ya no existe “miedo” al federalismo.  Así pues, instalémonos, sin miedos, en el federalismo. 

 Sin más preámbulos voy directamente a la que me parece la cuestión central. Dice el profesor Aja que un concepto ‘absoluto’ de nación “impediría la convivencia en España”, pero es posible otro y entiende el federalismo como instrumento para lograrlo. Siempre, advierte reiteradamente, bajo el principio de lealtad federal”.


 Pues bien, si hasta ahora hemos sobrevivido bajo un ‘concepto absoluto de nación española’, como sugieren Aja y Zarzalejos, debo decir que no me había enterado.


 La nación española es vista por muchos promotores del federalismo, como una antigualla, aunque algunos no se atrevan a decirlo expresamente. En el pasado mes de Julio, el periódico La Vanguardia dijo que ‘la unidad de España es inmovilista y excluyente’. Nada menos. ¿A quién se pretende engañar? Si las fuerzas centrífugas son más fuertes que las fuerzas centrípetas no hay sistema federal que valga, ni que funcione. Ni sistema Autonómico. ¿Todavía no se han enterado? ¿O no se quieren enterar?


Los que no estamos por la desmembración de España tenemos que mostrar adónde nos llevan estas propuestas de los defensores del federalismo, aquí y ahora. Lo avanzo: a la ruptura, o el desvanecimiento de España. Con mayor o menor velocidad. 

Resulta, dicen ellos, que el creciente "descontento" con el sistema autonómico en algunos territorios y el crecimiento de movimientos independentistas en el País Vasco y Cataluña, ‘’ponen en grave riesgo la unidad del Estado". Esto sería justificación suficiente para cambiar la Constitución en sentido federal. Advierten que "ocultar estas realidades, minimizar sus posibles efectos o adoptar actitudes inmovilistas sería una ceguera imperdonable que no podemos ni debemos permitirnos".

Veamos, más despacio, estas propuestas federales. 

Primero. Descontento con el sistema autonómico y crecimiento de movimientos independentistas en Cataluña y País Vasco.

Es cierto que hay descontento con el sistema autonómico, pero no todos los descontentos quieren más descentralización. Ya hay muchos españoles que se han enterado de que España es uno de los Estados más descentralizados del mundo. A pesar de la propaganda ‘progresista’ en contra. Muchos opinamos que el Estado central debería recuperar, y blindar, las competencias de Educación, Sanidad y Justicia. Otros ni siquiera se conforman con esto. Por supuesto, los separatistas y compañeros de viaje están descontentos. Como siempre.

En cuanto al crecimiento de los movimientos independentistas en Cataluña y el País Vasco, es falso que se deban a la Constitución. Se deben a la dejación de responsabilidades políticas del Partido Popular y del Partido Socialista. Sólo un ejemplo entre muchos. Ninguno de estos dos partidos, supuestamente nacionales, ha utilizado la Alta Inspección de Estado para evitar las ilegalidades y las discriminaciones en materia educativa. ¡Y han tenido décadas para hacer algo! 

Concretamente, el castellano o español ha sido, prácticamente, excluido del sistema de enseñanza y de las instituciones oficiales en Cataluña, País Vasco y Baleares.
Es cierto que la ‘prensa independiente’ se ha encargado de mentir sistemáticamente durante años, diciendo que no pasaba nada. Pero, actualmente, hay que ser un fanático o un mezquino, o las dos cosas, para negar los serios problemas que tienen los castellano hablantes en los ‘territorios comanches’ para que sus hijos sean enseñados en una de las lenguas oficiales. Por no hablar de la desobediencia sistemática de los catalanistas a las sentencias judiciales firmes. Sin que pase nada.  

De modo que el crecimiento de los movimientos independentistas no se debe a la Constitución sino a la grave irresponsabilidad política del PP y PSOE.

Segundo. Modificación del concepto ‘absoluto’ de nación española, que impide la convivencia.

Esto no lo mejora ni Artur Mas. Sólo se puede entender este disparate si uno es un miembro de la ‘tribu separatista’ o un amigo incondicional. Si hubiese un concepto ‘absoluto’ de nación española no se habrían podido dar las graves situaciones que antes comentaba. Y muchas otras. El concepto de nación española es tan ‘absoluto’ que muchos españoles se avergüenzan de enarbolar la bandera española, o tararear el himno nacional. Los separatistas catalanes repiten incansablemente la falsedad ‘España nos roba’. 

Multan a los comerciantes que rotulan sus negocios en español. Las competencias educativas se han utilizado para fomentar lo que nos separa y minimizar lo que nos une, que es mucho más. La deslealtad constitucional y el victimismo de los separatistas es de sobras conocida, y la guinda, por ahora, es el desafío soberanista ilegal de Artur Mas. ¿Esto es tener un concepto ‘absoluto’ de nación española? ¿Se acuerdan de Zapatero? Dijo que el concepto de nación (española) es ‘discutido y discutible’.

¿Cuál es el objetivo de estas propuestas federalistas? Difuminar, todavía más, a España, para mayor gloria de las naciones oprimidas: Cataluña, País Vasco y Galicia. Y lo que venga.

Tercero. Todas estas modificaciones constitucionales deben estar bajo el principio de ‘lealtad federal’.

Quiero pensar que esto de dice de buena fe, aunque parece una tomadura de pelo. Resulta que una de las características de los separatistas ha sido, y es, la deslealtad constitucional. ¿Tampoco se han enterado? Resulta que con la reforma federal, los separatistas sentirán, milagrosamente y de repente, ‘lealtad federal’. Si se aceptasen estas reformas federales (que, para mayor escarnio, los nacionalistas no quieren porque exigen federalismo pero que sea  ‘asimétrico’, a su favor) se habría bendecido la deslealtad constitucional, a cambio de nada. Bueno, a cambio de debilitar, aún más, a España. 

Cuarto. Los conflictos entre el Estado y las Comunidades Autónomas son una muestra clara de que la Constitución carece de instrumentos que aseguren su funcionamiento en la pluralidad institucional. 

Creo que esta falsedad está contestada en los anteriores apartados.

En el mes de Julio pasado, han aparecido dos ‘Manifiestos’. En uno de ellos, los firmantes proponen, en la línea de Aja y Zarzalejos, ‘Reformar nuestra Constitución en sentido federal’. Firman el texto, entre otros, Cristina Almeida; José Manuel Caballero Bonald y Luis García Montero; Victoria Camps; José Luis Cuerda y Manuel Gutiérrez Aragón; Joaquín Estefanía, Ignacio Escolar, Fernando González Urbaneja y José Antonio Zarzalejos; Ángel Gabilondo; Baltasar Garzón; Almudena Grandes y Nicolás Sartorius.


El otro, es el Manifiesto: ‘Libres e Iguales’. Entre otros, Mario Vargas Llosa, Joaquín Leguina, Félix de Azúa, Arcadi Espada, Fernando Savater, Jon Juaristi, Nicolás Redondo Terreros, Gabriel Tortella, Albert Boadella, Xavier Pericay, Aurelio Arteta, José Luis Garci, David Gistau, Adolfo Suárez Illana, y Carlos Herrera.


Estos últimos piden igualdad entre los españoles, vivan en la Comunidad que vivan, y se refieren a España como "nación". En cambio, el ‘Manifiesto Federal’ prefiere referirse a España como "país" y exigen más privilegios para Cataluña. O sea, cambiar la Constitución para que los separatistas se sientan ‘cómodos’. El ‘encaje’, ya saben.


El problema es el siguiente: ¿quiere usted que sigamos dando privilegios a los separatistas? ¿Sí o no?  


Sebastián Urbina.

(Publicado en ElMundo/Baleares/16/Agosto/2014.)










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