miércoles, 27 de agosto de 2014

LOS REBUZNOS DE ODÓN.


(Lea usted, si le apetece, los dos artículos que se incluyen y decida si está justificada esta condena solicitada por el socialista Odón Elorza. Y no es el único.)











En el Congreso de los Diputados

LOS REBUZNOS DE ODÓN.

 

Odón Elorza pide al PSOE que promueva una declaración de condena del Valle de los Caídos

El diputado socialista afirma que el monumento "no encarna ningún tipo de valores democráticos como el diálogo o el respeto a la diferencia".

(ld)

 






EL VALLE DE LOS CAÍDOS 

Por Pío Moa.
«Tengo la sospecha de que estos peculiares memoriosos utilizarán todos los medios a su disposición para impedir el general conocimiento de los datos».
Unos jóvenes me entrevistaron recientemente para un programa de televisión sobre el Valle de los Caídos, centrándose en los presos izquierdistas que allí trabajaron. Me mostraron un proyecto de placa que, al parecer, piensa colocar allí el gobierno actual, en recuerdo de los "presos republicanos" a quienes atribuye la construcción del monumento "en régimen de esclavitud". La placa hablaba de "reconciliación" y de recuperar la "memoria histórica". Comenté que no conocía en detalle la historia del Valle de los Caídos, pero mi experiencia al estudiar la república y la guerra civil me hacía dudar de tales afirmaciones, a la vista del gran número de mitos difundidos durante estos años bajo el marbete de historiografía "profesional" y hasta "definitiva".
Por otra parte, de entrada percibía algunas falsedades, inconciliables con la pretensión de recobrar la memoria del pasado. Así, hablar de presos republicanos ya significa desvirtuar los hechos, y no resulta creíble una reconciliación que tan mal empieza. La gran mayoría de los supuestos republicanos estaba constituida por comunistas, socialistas y anarquistas, todos ellos antidemócratas por ideología y práctica, autores de reiterados ataques a la república y de la preparación de la guerra civil. En cuanto al "régimen de esclavitud", tenía mis dudas. Los presos, según creía, trabajaban redimiendo penas por el trabajo, sistema consistente en suprimir dos o tres días de condena por cada uno trabajado. 

Como es sabido, al terminar la guerra los tribunales dictaron alrededor de 50.000 penas de muerte, cumpliéndose aproximadamente la mitad. Las demás fueron conmutadas a cadena perpetua, la cual, en la mayoría de los casos, se tradujo en la libertad a los seis años y aun antes. Uno de los recursos para conseguirlo consistió en la redención de penas por el trabajo. Ahora, husmeando en internet encuentro una información de la Fundación Francisco Franco donde se tacha de falsedades algunas historias divulgadas insistentemente por los medios, especialmente por la muy manipulada televisión oficial. He aquí los hechos, según dicha fundación: no habrían trabajado en el Valle de los Caídos 20.000 presos políticos, como han hecho circular periodistas e historiadores poco escrupulosos, sino 2.000 obreros a lo largo de quince años de obras, y no todos al mismo tiempo, de los cuales sólo una minoría fueron presos. Éstos percibirían siete pesetas diarias, sueldo no desdeñable para la época, más la comida. Además, habrían sido beneficiados no con tres días de redención por día trabajado, sino con seis, aparte de otros indultos, con lo que ninguno permaneció como preso más de cinco años, siguiendo después la mayoría como trabajadores libres. En 1950 no quedaba ninguno de esos penados. 

De ahí se desprende la mendacidad del aserto común de que "cientos, si no miles, de presos murieron en la construcción del monumento". Según el médico izquierdista Ángel Lausín, que también redimió allí condena ejerciendo su profesión y siguió luego hasta el fin de la obra, el número total de muertos, entre obreros libres y presos, ascendió a catorce, cifra baja para tantos trabajadores y tanto tiempo. Las condiciones también habrían sido aceptables: "Paco Rabal, miembro del PCE, reconoció que la vida allí era mucho más suave que en las prisiones... Muchos iban solos a El Escorial o a Guadarrama y no se fugaban, sino que volvían. Además, podían tener allí a sus mujeres". La escuela para los hijos de los presos era mixta, cosa excepcional entonces, y aceptada por la autoridad como concesión al maestro izquierdista, hombre de esas ideas. 

Estas y otras informaciones deben ser verificadas, desde luego, por una investigación imparcial, pero desde luego tienen el mayor interés y merecen ser ampliamente conocidas para contrastarlas con las ofrecidas por los pretendidos recuperadores de la memoria. Tengo la pesimista sospecha, sin embargo, de que estos peculiares memoriosos utilizarán todos los medios -poderosos medios- a su disposición para impedir el general conocimiento y contraste de los datos por los ciudadanos. Para ello aplicarán, como de costumbre, el simple método de la censura inquisitorial, de la que puedo hablar con conocimiento de causa, por haberla sufrido.
Contrastar los informes es sólo un primer paso para acercarse a la verdad de los hechos. Después conviene aclarar al menos dos cuestiones: a) ¿cuántos presos políticos trabajaron efectivamente en la obra?, b) ¿a qué penas estaban condenados y por qué delitos reales o supuestos? Saber esto arrojaría mucha luz sobre el carácter de la represión en la época, en torno a la cual circulan demasiadas leyendas. Esa investigación debiera estar al alcance de cualquier historiador con afición y tiempo, y ánimo desde aquí a hacerla, sobre todo a jóvenes estudiosos e independientes. 

En relación con el tema me gustaría señalar un punto que siempre me ha intrigado y que muy rara vez ha sido tratada en la multitud de libros escritos sobre la represión: ¿por qué cayeron en manos de Franco tantos izquierdistas y separatistas implicados en el terror contra las derechas? Asombrosamente, los principales dirigentes sólo parecen haberse ocupado de su propia fuga, dejando a sus seguidores atrapados como en una ratonera, a merced de quienes pensaban ajustarles estrechas cuentas por las muertes, torturas y saqueos realizados bajo el poder del Frente Popular. Pero de esto me ocuparé en otro artículo.
® La Razón. 27 de Abril de 2.005.-

 PSOE

Talibanes contra el Valle de los Caídos


He dicho que un perturbado como Rodríguez no se iba a marchar del poder sin cometer aún unas cuantas fechorías y dejarnos el rastro de su miseria: de momento la legalización y triunfo de la ETA, con la que guarda tanta afinidad ideológica (socialista, antifranquista, etc.) y el ataque al Valle de los Caídos. Tal como el Gobierno colaborador y hasta chivato de la ETA, esto es, delincuente y encarcelable, comisionó a Peces Barba para silenciar y desacreditar a las víctimas del terrorismo, ahora ha montado una comisión de bellacos contra el Valle de los Caídos.

El Valle de los Caídos "es una maravilla", como ha reconocido Preston: quizá el monumento más logrado en su género del siglo XX en cualquier país del mundo. Fue construido primero para conmemorar la victoria del bando nacional y más tarde la reconciliación, al depositar allí restos de combatientes de los dos bandos. Esa reconciliación fue plenamente lograda, para la inmensa mayoría de la población, durante el franquismo, aunque persistiese una minoría ferozmente irreconciliable: terroristas, comunistas y simpatizantes de ambos.

Lo más repugnante es el lenguaje empleado por los bellacos: afirman que el Valle "es todavía un lugar controvertido en la conciencia de los españoles". Son ellos, los irreconciliables, quienes lo "controvierten", precisamente con un "Himalaya de mentiras", como decía Besteiro, enconando los odios con palabras de apariencia razonable. Invocan la totalitaria y antidemocrática "ley de memoria histórica", que presenta a los chekistas y etarras como víctimas, soborna a los familiares con "indemnizaciones" a cargo de todos nosotros y prohíbe lo que llama "exaltación del franquismo", es decir, del régimen del cual no solo procede el monumento, sino también la prosperidad, la democracia y la paz que aún dura, logradas contra los terroristas, comunistas, socialistas y demás irreconciliables talibanes. 

Dicen que buscan "honrar y rehabilitar la memoria de todas las personas fallecidas a consecuencia de la Guerra Civil y de la represión política que siguió". ¿A quién pueden honrar y rehabilitar unos colaboradores de la ETA? ¿Y cómo puede honrarse a las víctimas equiparándolas a los chekistas y asesinos? Hablan de "fomentar las aspiraciones de reconciliación y convivencia". Esas aspiraciones estaban plenamente logradas y el Gobierno delincuente las está arruinando, precisamente. Su desvergüenza y cinismo alcanzan cotas increíbles.

Y menciona una recomendación del Consejo de Europa para que en el Valle de los Caídos se explique cómo fue construido por prisioneros republicanos. Eso no se puede explicar, porque es falso. Solo se puede mentir sobre ello.

Con toda su miseria, esta demagogia delictiva ofrece una excelente oportunidad para que las personas honradas del país clarifiquen "la conciencia de los españoles" y europeos difundiendo la verdad. Tiene que salirles el tiro por la culata. La reacción no debe limitarse a la de los descerebrados de Sol.
(Pio Moa/ld)


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