LA FRAGMENTACIÓN DE
ESPAÑA.
Sigue habiendo
demasiada gente que dice que la anunciada secesión de Cataluña no es para
tanto. Afortunadamente, hay muchos españoles preocupados que reafirman lo que
dice la Constitución. O sea, que se fundamenta en la indisoluble unidad de la
nación española. También creen que la unidad de España está en peligro, que es
un bien a proteger, y no están dispuestos a consentir su fragmentación. A pesar
de la frivolidad e irresponsabilidad de muchos políticos.
Según encuestas
del mes de Agosto de 2008, la mitad de los españoles pensaba que el sistema
autonómico crea más problemas que los que soluciona. Según el 49’9 aumenta las
desigualdades sociales y económicas entre regiones. Según el 53’3 pone en
peligro la unidad del país. En concreto el 72% de los votantes del PP, el 36%
de los votantes del PSOE, el 35% de los votantes de IU, creen que España está a
punto de romperse. Esto en 2008. ¿Qué dirían ahora?
Entre los que, en
2008, no creían que pasara nada y estaban dispuestos a reírse de los
preocupados por la ‘ruptura de España’, estaba el Ministro Miguel Sebastián,
del gobierno Zapatero. Decía Miguel Sebastián en su artículo ‘España no se
rompe’:
¿Qué quiere decir
exactamente esto de que ‘España se rompe’? Entiendo que la afirmación no se
refiere a una ruptura política, dado que todos los partidos que han gobernado
España en democracia y los que lo harán en las próximas décadas (UCD; PP y
PSOE) han dado muestras suficientes de su compromiso con la unidad de España,
con la Constitución de 1978 y con el Estado de las Autonomías. Por este motivo
y, quizás también por deformación profesional, voy a interpretar dicha frase
como que se refiere a una ruptura en términos socioeconómicos’.
Una vez reconocida la visión
política del ex Ministro socialista, repasemos algunos hechos más recientes.
Susana Díaz, la nueva Presidenta del PSOE andaluz, amenazó al entonces líder
socialista Rubalcaba con no apoyarle si se abstenía en la votación del famoso
‘derecho a decidir’. O sea, si la soberanía está en la nación española, o en
las Autonomías. Por no hablar del ex Presidente Zapatero. Recordemos una de sus
célebres declaraciones: ‘La nación es un concepto discutido y discutible’.
El de nación española, por supuesto. A esto le llamaba el ministro socialista
Miguel Sebastián ‘suficiente compromiso con la unidad de España’.
El
libro de C. Alonso de los Ríos, ‘La
izquierda y la nación. Una traición políticamente correcta’, nos muestra
las reiteradas miserias y traiciones de la izquierda hacia la nación española.
Con las honrosas excepciones de rigor. Por no hablar de la vergonzosa cobardía
del Partido Popular. A raíz de la publicación de su reciente libro ‘El sueño de la Transición’, el General
Manuel Fernández Monzón, que tuvo altas y
diversas responsabilidades en los servicios de inteligencia desde 1972, comentó: "La derecha es como siempre,
cobarde, se acojona". También con las honrosas excepciones de rigor.
¿Por
qué la izquierda cayó y sigue cayendo en la trampa de los nacionalismos? Por la
utopía internacionalista, por su defensa del derecho de autodeterminación y por
sus alianzas oportunistas con movimientos sociales, o burguesías locales. No
estoy exagerando su deriva. En el Congreso Socialista de Diciembre de 1976, se
afirmó que el eje de la acción política era el reconocimiento del derecho de
autodeterminación de las nacionalidades y regiones. Ya lo dijo Fernando
Savater: ‘El nacionalismo ha pervertido el discurso de la izquierda’.
Dice
J. García Domínguez, en su artículo ‘Por qué soy nacionalista español’,
que los nacionalistas españoles- aunque yo prefiero llamarles ‘patriotas’-
están acomplejados y se esconden. Un ejemplo
reciente lo pudimos ver en la manifestación, en Barcelona, del 12 de Octubre
pasado. Participaron unas 40. 000 personas pero, como dice el articulista,
solamente con los 300.000 votantes de Ciudadanos la manifestación habría sido
mucho más impresionante y multitudinaria. ¿Por qué no fue así? Porque los
nacionalistas españoles están acomplejados.
Ahora
bien ¿tiene sentido criticar a los nacionalistas catalanes y vascos y reclamar
el nacionalismo español? Resulta que, por mucho que les pese, no somos iguales.
Ellos defienden la identidad. Nosotros defendemos la ciudadanía. Ellos
son excluyentes. Sólo sienten como propia la cultura catalana, o la vasca.
Nosotros, en cambio, no somos excluyentes. Finalmente, ellos promueven la
ruptura de España, con las peligrosas consecuencias que se derivan. Nosotros
defendemos la unidad de España. No la uniformidad. En fin, que ya es hora de salir
del armario.
Ahora
bien ¿por qué es importante salir del armario, suponiendo que lo sea? Porque
llevamos más de treinta y cinco años observando, pasivamente, las expresiones
de orgullo catalán y vasco, odios a España aparte. Música, gastronomía, deporte,
literatura y lo que haga falta. Esto ha terminado por ser normal.
Afortunadamente, excepto lo del odio a España. Pero lo que no es normal es que
los españoles nos sintamos acomplejados y con la cabeza gacha porque han hecho
creer, gracias a la propaganda progre y nacionalista, que lo español está
vinculado a lo franquista, a lo cerril y oscurantista.
Hay que
decir basta a tanto ridículo complejo y tanta estupidez. Somos la excepción de
Europa. Esta pasiva y acomplejada actitud favorece la fragmentación de España.
Si usted comulga con esta fragmentación, o no le da importancia, siga así. Pero
si usted rechaza la ruptura de España y cree que la unidad es un valor a
proteger, es suicida seguir acomplejado y en silencio.
PD. No
crea el repetido mantra progresista-separatista por el que enarbolar la bandera
española, tararear el himno nacional, o denunciar el chantaje-victimista de los
nacionalistas, provocaría la aparición de legiones de independentistas airados
e indignados. Simplemente, quieren que sigamos en el armario, con la boca
cerrada. Y con unas bolitas de naftalina.
Usted
decide. Seguir acomplejado, o ejercer de ciudadano responsable.
Sebastián Urbina
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